COMUNICACIÓN CLIMÁTICA EN LA ERA DE LA DESINFORMACIÓN

Jueves, 10 de julio de 2025
Por: Hernández, Daniel

En un panorama mediático cada vez más complejo, donde la desinformación y el negacionismo se propagan a velocidades sin precedentes, comunicar sobre el cambio climático se ha convertido en uno de los desafíos más apremiantes para el periodismo y la sociedad en general. La periodista especializada en cambio climático y defensora de los derechos humanos, Tais Gadea Lara, abordó esta problemática en el reciente webinar "Cómo comunicar sobre cambio climático en tiempos de desinformación y negacionismo", organizado por Huella Cero en alianza con la Asociación de Periodistas Venezolanos en el Extranjero. Durante el encuentro, Gadea Lara desglosó los factores que han propiciado este escenario y ofreció estrategias fundamentales para que los comunicadores enfrenten esta "ola mayor de desinformación" con inteligencia y rigor.

El doble desafío de la comunicación climática

Según Gadea Lara, el periodismo actual enfrenta un doble desafío en materia climática: por un lado, la tarea inherente de comunicar un tema que, a menudo, no es prioritario en las agendas mediáticas y políticas, y por otro, la creciente necesidad de hacerlo frente a un contexto de desinformación y negacionismo rampante. Hace 15 años, cuando la periodista comenzó a abordar el tema, la intensidad del negacionismo no era tan marcada como lo es hoy. Este recrudecimiento se debe a varios factores clave:

  1. Ascenso de voces negacionistas: Ha habido un incremento de figuras, incluyendo líderes en el sector público y privado, que niegan la ciencia del cambio climático. La negación de la ciencia climática es una forma de desinformación que busca sembrar la duda en la población.
  2. Cambios en las políticas de redes sociales: Plataformas como X (anteriormente Twitter) han modificado sus normas, favoreciendo la propagación de desinformación. Gadea Lara citó el ejemplo de Elon Musk y la priorización de cuentas verificadas que pagan, lo que permite que mensajes negacionistas pagados tengan mayor alcance que la información basada en evidencia difundida por científicos.
  3. Democratización de la comunicación sin filtros: La emergencia de nuevas tecnologías ha democratizado la emisión de mensajes, lo que, si bien es positivo al permitir que cualquier persona cree contenido (como un podcast), también facilita que negacionistas o quienes difunden información no basada en hechos lleguen a una vasta audiencia sin verificación.

Estos factores han creado un entorno donde la desinformación se propaga de manera constante, al punto de generar dudas incluso en el círculo cercano de las personas. La clave de estas tácticas es la "búsqueda por instalar la duda". Muchas veces, el objetivo no es que la audiencia crea una "verdad" basada en datos falsos, sino simplemente que duden de la información científica existente. Esta duda es funcional a los intereses de los actores que promueven la desinformación, ya que una audiencia que duda tiende a no actuar o a no exigir compromisos a los actores públicos y privados.

Tácticas antiguas en un nuevo contexto

Gadea Lara enfatizó que la propagación de desinformación con fines de confundir a las audiencias no es un fenómeno nuevo. Estas tácticas tienen sus raíces en estrategias históricas implementadas por diversas industrias para proteger sus intereses económicos. El primer gran precursor fue la industria del tabaco, que buscó instalar la duda sobre el impacto negativo de sus productos en la salud, a pesar de conocer perfectamente los riesgos. Este modelo se replicó posteriormente en otras industrias, como la de los combustibles fósiles. Se han revelado documentos, como los de Shell en 1988, que demuestran que las petroleras eran conscientes de las emisiones contaminantes de sus actividades pero ocultaron la información para evitar demandas y paralización de sus actividades.

Lo preocupante, señala Gadea Lara, es que en los últimos años, estas tácticas han evolucionado. Ya no buscan evitar la acción por completo, sino retrasarla (el "delay"). Las empresas presentan reportes de sostenibilidad o se declaran "carbono neutral", mientras que, en segundo plano, se busca instalar desinformación para eludir cambios estructurales significativos. Es fundamental para los periodistas discernir entre un compromiso genuino y un "marketing disfrazado".

Negacionismo vs. Desinformación: Una distinción crucial

Para comprender a fondo el desafío, Gadea Lara estableció una diferenciación clave entre los conceptos de "negacionismo" y "desinformación" en el contexto climático. El negacionismo se refiere a la postura de quien no acepta la ciencia del cambio climático, por ejemplo, que es producto de actividades humanas. La periodista subrayó que no se trata de "creer o no creer" en el cambio climático, sino de aceptar o no la evidencia científica. En este sentido, recordó un incidente en el que una representante del gobierno argentino de Javier Milei afirmó que el presidente se adhería a una "corriente científica" que negaba la responsabilidad humana en el cambio climático, cuando, en realidad, el 99.9% de los científicos consensuan que el cambio climático es antropogénico. Marcar esta diferencia es vital para los comunicadores, ya que equiparar una creencia personal con una corriente científica falsa le otorga una legitimidad indebida.

Cinco Estrategias para Enfrentar la Desinformación

Ante este panorama desafiante, Tais Gadea Lara propuso cinco elementos clave para que los periodistas y comunicadores aborden la desinformación climática de manera más efectiva, fruto de su experiencia y de investigaciones realizadas en el Constructive Institute de Dinamarca:

  1. Comunicación basada en la ciencia y datos: En un contexto de tanta desinformación, es fundamental que cada mensaje, por mínimo que sea, esté respaldado por evidencia científica y datos verificables. No se trata de sobrecargar al público con reportes técnicos, pero sí de incluir siempre un dato o una fuente certera que refuerce la información. La base de todo es la búsqueda constante de evidencia.
  2. No difundir la desinformación (evitar la viralización): Uno de los errores más comunes y peligrosos es difundir el mensaje de desinformación al intentar refutarlo. Al compartir un video o declaración negacionista para explicar por qué es falso, se termina viralizando la desinformación misma. La audiencia, con su limitada capacidad de atención, puede quedarse solo con el mensaje inicial y no con la explicación. En lugar de eso, la estrategia debe ser ignorar el mensaje de desinformación directamente y, en cambio, enfocarse en lo que sí importa: la evidencia científica que muestra la realidad del cambio climático, sus causas y las acciones posibles. Es necesario ser "más inteligentes" que quienes buscan provocar una discusión constante en torno a la duda.
  3. No legitimar el negacionismo dando voz a voces no científicas: A diferencia de la práctica periodística tradicional de dar voz a todas las partes, Gadea Lara, citando al biólogo divulgador Andreo Escribá, argumentó que no se debe dar voz a quienes niegan la ciencia del cambio climático. Poner a un científico y a un negacionista en el mismo plano en un debate público legitima las afirmaciones no científicas y crea la percepción de que ambas posturas tienen una validez similar, lo cual no es cierto. Así como no se debatiría la gravedad con un "mentalista que dobla cucharas", tampoco debería hacerse con la ciencia climática.
  4. Mantener un propósito de comunicación claro y coherente: Ante la aparición de desinformación, es crucial no cambiar la estrategia de comunicación por completo. Existe una estrategia deliberada detrás de la propagación de desinformación, y los comunicadores deben tener su propia estrategia con objetivos claros: informar a la ciudadanía, concientizar y promover la acción. No se debe caer en el juego de quienes buscan desviar la atención y obligar a los periodistas a girar en torno a sus mensajes falsos.
  5. Ser inteligente en la audiencia a la que se busca llegar: No todas las audiencias son susceptibles de cambio. Gadea Lara, basándose en la opinión de expertos en psicología, sugirió aceptar que no se cambiarán las creencias de quienes tienen una negación del 100%. Por ejemplo, una persona que cree que la Tierra es plana no cambiará de opinión por ver reportes científicos. La oportunidad de cambio reside en quienes están en duda o tienen preguntas genuinas, no en los negacionistas acérrimos. Los esfuerzos de comunicación deben centrarse en esta audiencia más abierta a la reflexión basada en evidencia, en lugar de generar un circuito de "mensajes de odio y más desinformación" al intentar convencer a quienes no desean ser convencidos.

Tais Gadea Lara dejó claro que comunicar sobre el cambio climático en la era de la desinformación es un desafío persistente, pero no insuperable. Las tácticas para sembrar la duda no son nuevas, y, del mismo modo, las estrategias para contrarrestarlas han evolucionado. La clave reside en un periodismo riguroso, basado en la ciencia, que sepa sortear las trampas de la desinformación y enfoque sus esfuerzos en informar y empoderar a las audiencias receptivas a la verdad. La colaboración y el aprendizaje continuo son esenciales para surfear esta "ola" y seguir avanzando en la comunicación climática.

 

Imagen de Pixabay


Tags: CAMBIO CLIMÁTICO, DESINFORMACIÓN, DERECHOS AMBIENTALES.

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