SUDÁN: SOBREVIVIENTES DE EL FASHER DENUNCIAN HOMICIDIOS DELIBERADOS Y VIOLENCIA SEXUAL A MANOS DE LAS RSF

Miércoles, 26 de noviembre de 2025

Sobrevivientes que huyeron de El Fasher, en el estado sudanés de Darfur Septentrional, han contado a Amnistía Internacional que combatientes de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) habían ejecutado a decenas de hombres desarmados y violado a decenas de mujeres y niñas cuando conquistaron la ciudad.

El equipo de investigación de Amnistía Internacional entrevistó a sobrevivientes que dijeron haber presenciado que disparaban o daban palizas a grupos de hombres que eran aprehendidos como rehenes para pedir rescate. Mujeres sobrevivientes dijeron que habían sido sometidas a violencia sexual por combatientes de las RSF, así como algunas de sus hijas. Muchas personas entrevistadas dijeron haber visto centenares de cadáveres en las calles de El Fasher y en las principales carreteras que salen de la ciudad.

Los escalofriantes testimonios son algunos de los primeros procedentes de testigos presenciales que huyeron de El Fasher tras la caída de la ciudad. Amnistía Internacional entrevistó a 28 sobrevivientes que consiguieron ponerse a salvo en las poblaciones de Tawila, al oeste de El Fasher, y Tina, en la frontera con Chad, tras haber huido cuando las RSF rodeaban y luego entraban en El Fasher el 26 de octubre. Tres entrevistas se hicieron en persona en Chad y el resto, a distancia, por medio de dispositivos móviles.

“El mundo no debe mirar hacia otro lado cuando salen a la luz más detalles sobre el brutal ataque de las RSF en El Fasher. Las personas sobrevivientes a las que entrevistamos contaron los horrores inimaginables que afrontaron cuando huían de la ciudad”, dijo Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.

Esta violencia persistente y generalizada contra la población civil constituye crímenes de guerra y podría también constituir otros crímenes de derecho internacional.

Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional

“En las próximas semanas, aparecerán más testimonios de los actos de violencia cometidos por los combatientes de las RSF en El Fasher. Esta violencia persistente y generalizada contra la población civil constituye crímenes de guerra y podría también constituir otros crímenes de derecho internacional. Todos los responsables deben rendir cuentas de sus actos.

“Estas atrocidades fueron facilitadas por el apoyo de Emiratos Árabes Unidos a las RSF. El respaldo que continúa prestando EAU a las RSF está alimentando el ciclo implacable de violencia contra la población civil en Sudán. La comunidad internacional y el Consejo de Seguridad de la ONU deben exigir que EAU deje de apoyar a las RSF.

“Es imperativo que la misión internacional de investigación para el Sudán del Consejo de Derechos Humanos de la ONU tenga los recursos necesarios para cumplir de forma significativa su mandato e investigue las violaciones y abusos en Sudán, incluidos los que están cometiéndose en El Fasher. El Consejo de Seguridad de la ONU remitió la situación de Darfur a la Corte Penal Internacional; ahora es imperativo ampliar la remisión al resto de Sudán”.

“Amnistía Internacional también insta a todos los actores externos a que tomen las medidas necesarias para poner fin a la venta o suministro de armas y material afín a todas las partes en el conflicto, según el embargo de armas establecido por el Consejo de Seguridad de la ONU, embargo que debe ampliarse a todo el país”.

Amnistía Internacional pide también a los actores internacionales y regionales —incluidos EAU, Arabia Saudí, el Consejo de Seguridad de la ONU, la Unión Europea y sus Estados miembros, la Unión Africana, la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo, Reino Unido, Estados Unidos, Rusia y China— que, de forma urgente, ejerzan presión diplomática sobre la dirección de las RSF para que éstas pongan fin a sus ataques contra la población civil, incluida la violencia sexual contra mujeres y niñas.

“Mientras continúa el conflicto, las historias de las sobrevivientes aportan aún más pruebas de la inacción de la comunidad internacional en Sudán. La comunidad internacional debe aumentar los esfuerzos para garantizar la rendición de cuentas, proteger a quienes están en peligro y exigir que todos los Estados que apoyan directamente a las RSF o hacen posible su actuación cambien de rumbo inmediatamente”, dijo Agnès Callamard.

“Las RSF mataban a la gente como si fueran moscas”

El 26 de octubre, el día en que cayó El Fasher, seguían atrapadas en la ciudad alrededor de 260.000 personas civiles. Ahmed*, de 21 años, trató de escapar con su esposa, dos hijos de corta edad y su hermano mayor siguiendo a un grupo de soldados de las Fuerzas Armadas de Sudán (SAF) que habían abandonado sus puestos.

La metralla procedente de una explosión cercana mató a su esposa y Ahmed*, que quedó separado de sus hijos, se vio obligado a seguir hacia el norte con su hermano. En el camino recogieron a dos niñas de tres y cuatro años, cuyos padres aparentemente habían sido asesinados. Cuando el grupo llegó a Golo, a las afueras de la ciudad, junto con otros tres hombres y una mujer mayor, cayeron en una emboscada de combatientes de las RSF.

Ahmed* dijo: “Nos preguntaron: ‘¿Sois soldados o civiles?’ y les dijimos que civiles. Respondieron: ‘En El Fasher no hay civiles, todos son soldados’”. Entonces los combatientes de las RSF ordenaron a su hermano y a los otros tres hombres que se tumbaran. Ahmed* concluye: “Cuando se tumbaron, los ejecutaron”.

Los combatientes dejaron marcharse a Ahmed*, a las dos niñas y a la mujer mayor por razones que siguen sin entender. Tres días más tarde, Ahmed* llegó a Tawila, a unos 60 kilómetros, con las dos niñas. La mujer mayor había muerto en el trayecto, probablemente de deshidratación.

Personas refugiadas sudanesas montadas en burros en el camino entre el lago y el campamento de Oure Cassoni, en Chad, el 14 de noviembre de 2025. (Foto: Joris Bolomey / AFP) (Foto: JORIS BOLOMEY/AFP via Getty Images)

Daoud*, de 19 años, huyó de El Fasher con siete amigos del barrio. Dijo que los mataron a todos después de que los combatientes de las RSF los capturaran en el terraplén que rodea la ciudad: “Nos dispararon desde todas las direcciones […] Vi cómo morían mis amigos delante de mí”.

Khalil*, de 34 años, huyó de El Fasher el 27 de octubre. Contó que, tras conseguir inicialmente pasar el terraplén, él y otros 20 hombres fueron capturados enseguida por combatientes de las RSF que iban en coches: “Los combatientes de las RSF […] nos dijeron que nos tumbásemos en el suelo […] Dos combatientes de las RSF abrieron fuego contra nosotros […] Mataron a 17 de los 20 hombres con los que huía”.

Khalil* dijo que consiguió sobrevivir gracias a que fingió que estaba muerto: “Las RSF mataban a la gente como si fueran moscas. Fue una masacre. Ninguno de los hombres asesinados a los que he visto eran soldados armados”.

“Estaban disfrutando, se reían”

Badr*, de 26 años, estuvo en El Fasher hasta el 26 de octubre con su tío, que se estaba recuperando en el Hospital Saudí de una herida de bala en la pierna. El 27 de octubre, hacia la 1 de la mañana, organizó un carro tirado por burros para transportar fuera de la ciudad a su tío, a otros dos pacientes mayores y a sus familiares. Cuando llegaron al pueblo de Shagara, a unos 20 kilómetros al oeste de El Fasher, los rodearon unos vehículos de las RSF.

Badr* dijo a Amnistía Internacional que los combatientes de las RSF le ataron las manos y dijeron a los hombres más jóvenes que no estaban heridos que subieran a la parte de atrás de su camioneta. Exigieron que también subieran los tres hombres mayores, todos los cuales tenían más de 50 años y sufrían heridas graves.

Badr* afirmó: “Podían ver que eran mayores, que necesitaban que las subieran a la camioneta […] Pensaron que estaban haciéndoles perder el tiempo […] Uno de ellos, que tenía una ametralladora automática, bajó [de la camioneta] y […] abrió fuego. Los mató y luego mató a los burros […] Estaban disfrutando, se reían”.

Luego le vendaron los ojos a Badr* y se lo llevaron con otros cinco cautivos restantes a un pueblo cercano. Tres días después los llevaron a otro lugar a unas cuatro horas en coche. A Badr* le dejaron llamar a su familia y las RSF exigieron a ésta que pagara más de 20 millones de libras sudanesas (alrededor de 8.880 dólares estadounidenses) a cambio de su libertad.

Durante su cautiverio, Badr* vio a un soldado de las RSF filmar la ejecución de un hombre durante una llamada a sus familiares. El hombre era uno de tres hermanos detenidos cuya familia no había pagado aún el rescate por su liberación. Badr* dijo: “Dispararon a uno en la cabeza delante de la cámara y les dijeron [a sus familiares]: ‘Mirad, si no enviáis el dinero lo antes posible, mataremos a los otros dos y ni siquiera sabréis que han muerto’”.

Violencia sexual contra mujeres y niñas

Ibtisam* salió del barrio de Abu Shouk de El Fasher con sus cinco hijos la mañana del 27 de octubre. Junto con un grupo de vecinos y vecinas, se dirigió al oeste, hacia Golo, donde tres combatientes de las RSF les dieron el alto.

Una mujer sudanesa que huyó de El Fasher camina entre tiendas de campaña de un campamento para personas desplazadas en la ciudad norteña de Al Dabba, el 13 de noviembre de 2025. (Foto: AFP via Getty Images)

Ibtisam* relató: “Uno de ellos me obligó a ir con ellos, me cortó la jalabiya [túnica tradicional] y me violó. Cuando se fueron, se me acercó mi hija de 14 años. Vi que tenía sangre en la ropa y que la ropa estaba cortada. Tenía el pelo de detrás de la cabeza lleno de polvo”.

Ibtisam dijo a Amnistía Internacional que su hija no dijo una palabra las siguientes horas hasta que vio a su madre llorando: “Vino a mí y dijo: ‘Mamá, también me han violado, pero no se lo digas a nadie’. Después de la violación, mi hija se puso realmente enferma […] Cuando llegamos a Tawila, su salud empeoró y murió en la clínica”.

Vino a mí y dijo: ‘Mamá, también me han violado, pero no se lo digas a nadie’.

Ibtisam*, sobreviviente de El Fasher

Khaltoum*, de 29 años, trató de huir de El Fasher la tarde del 26 de octubre con su hija de 12 años. Junto con más de 150 personas, llegaron a la puerta de Babul Amal, en la zona occidental de la ciudad. Los combatientes de las RSF les dieron el alto y separaron a los hombres de las mujeres; mataron a cinco hombres.

Después se llevaron a Khaltoum, a su hija y a unas 20 mujeres más al campo para personas internamente desplazadas de Zamzam —a más de 10 kilómetros— a pie. Allí, los combatientes de las RSF separaron a las mujeres más jóvenes y les dijeron que se pusieran en fila para registrarlas.

Esto es lo que Khaltoum* contó a Amnistía Internacional: “Nos seleccionaron a unas 11 […] Me llevaron a una rakuba [refugio improvisado] y un combatiente armado de las RSF y otro que no iba armado me acompañaron. Me registraron y luego el hombre desarmado me violó mientras el otro miraba. Me retuvo allí todo el día. Me violó tres veces. A mi hija no la violaron, pero las otras 10 mujeres que habían seleccionado para el registro fueron todas violadas”.

Información complementaria

El conflicto en curso entre las RSF y las SAF en Sudán empezó en abril de 2023 y ha causado la muerte de decenas de miles de personas y desplazado a más de 12 millones, lo que lo convierte en la mayor crisis humanitaria del mundo.

Amnistía Internacional ha documentado crímenes de guerra cometidos por las RSF y milicias árabes aliadas, que llevaron a cabo conjuntamente ataques por motivos étnicos contra la comunidad masalit y otras comunidades no árabes en Darfur Occidental. La organización también ha documentado actos generalizados de violencia sexual a manos de las RSF en todo el país que constituyen crímenes de guerra y posibles crímenes de lesa humanidad.

Amnistía Internacional ya había documentado con anterioridad que la entrada constante de armas en el país, que viola de forma flagrante el embargo vigente de armas a Darfur, alimenta el conflicto de Sudán, y que EAU en concreto suministra armas y munición a las RSF.


Tags: SUDÁN, HOMICIDIOS DELIBERADOS, VIOLENCIA SEXUAL, FUERZAS DE APOYO RÁPIDO.

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