Lunes, 20 de diciembre, 2021

Muchas personas haitianas expulsadas han desembarcado de los vuelos de deportación estadounidenses enfermas, esposadas, hambrientas, traumatizadas y desorientadas para encontrarse en una “pesadilla humanitaria”


Las deportaciones a Haití desde Estados Unidos, incluidos los vuelos en aplicación del Título 42, violan los derechos humanos de las personas haitianas y han ido seguidas de un aumento de las deportaciones de personas haitianas en todo el continente americano, mientras Haití sigue inmerso en una crisis humanitaria y de derechos humanos, denuncian Amnistía Internacional, el Center for Gender & Refugee Studies, Haitian Bridge Alliance, el Global Justice Clinic at NYU School of Law, el Groupe d’Appui aux Rapatriés et Réfugiés (GARR), Refugees International, Rezo Fwotalye Jano Siksè y el Servicio Jesuita a Migrantes Haiti.

En el informe conjunto publicado hoy, las organizaciones firmantes ponen de relieve los principales aspectos de la crisis humanitaria y de derechos humanos de Haití, así como datos que demuestran que Estados Unidos viola sus obligaciones legales de evaluar individualmente las solicitudes de quienes piden asilo y garantizar que no se devuelve a nadie a una situación de persecución o tortura. Muchas personas haitianas expulsadas han desembarcado de los vuelos de deportación estadounidenses enfermas, esposadas, hambrientas, traumatizadas y desorientadas para encontrarse en una “pesadilla humanitaria”: violencia generalizada de bandas, una crisis política en curso tras el asesinato del presidente de Haití Jovenel Moïse, inseguridad alimentaria, un sistema sanitario “al borde del colapso”, la devastación causada por un terremoto reciente y el riesgo de contraer la COVID-19 en un país donde las tasas de vacunación son, según informes, de alrededor del 0,4%.

So pretexto de la salud pública, Estados Unidos hace un uso indebido sistemático de la orden del Título 42 para llevar a cabo expulsiones masivas e impedir que las personas procedentes de Haití y de otros países soliciten asilo. Esta práctica, ampliamente criticada por la ONU, personas expertas en salud, organizaciones de derechos humanos e incluso autoridades estadounidenses, pone a las personas en un riesgo cada vez mayor de contraer la COVID-19 y contribuye a fomentar el racismo, la xenofobia y la discriminación en las políticas de fronteras de Estados Unidos. La fuerza excesiva empleada contra las personas haitianas migrantes y solicitantes de asilo por agentes de frontera a caballo en Del Rio, Texas, en septiembre, es un reflejo del racismo sistémico inherente en el sistema policial del país.

Las organizaciones piden al gobierno estadounidense que detenga inmediatamente todas las deportaciones a Haití, incluidas las expulsiones en aplicación del título 42; ponga fin a los malos tratos discriminatorios de personas haitianas solicitantes de asilo y migrantes; y les dé acceso al sistema de asilo.