Sábado, 16 de octubre, 2021
Vivas, Roxana

El 70% de las personas pobres en el mundo son mujeres, lo que resulta sumamente alarmante y contradictorio sobre la base del hecho de que estas son quienes realizan el 66% del trabajo en el mundo y producen el 50% de los alimentos. El asunto radica en que las mujeres solo reciben el 10% de los ingresos y poseen el 1% de la propiedad, además, una de cada cinco niñas en el mundo vive en condiciones de extrema pobreza. De manera que, este agraviado contexto de mujeres, adolescentes y niñas se traduce en la feminización de la pobreza


El número de personas que viven en situación de pobreza extrema en el mundo se ha reducido a más de la mitad desde el inicio de la década. Más grave aún, la pandemia causada por el COVID-19 podría aumentar la pobreza a nivel mundial hasta llegar a afectar a 500 millones de personas más, o inclusive, a un 8% más de la población mundial. Según el Banco Mundial (BM) el ritmo de disminución de las tasas de pobreza es cada vez más lento, lo que genera inquietudes sobre el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) para colocar fin a la pobreza para el 2030.

Aunado a esta problemática continuada, 70% de las personas pobres en el mundo son mujeres, lo que resulta sumamente alarmante y contradictorio sobre la base del hecho de que estas son quienes realizan el 66% del trabajo en el mundo y producen el 50% de los alimentos. El asunto radica en que las mujeres solo reciben 10% de los ingresos y poseen 1% de la propiedad, además, una de cada cinco niñas en el mundo vive en condiciones de extrema pobreza. De manera que, el agraviado contexto de mujeres, adolescentes y niñas se traduce en la feminización de la pobreza, concepto que fue acuñado en los años 70 para demostrar que la pobreza económica tiende a afectar más a las mujeres que a los hombres.

Sin igualdad de género no hay erradicación de la pobreza

A pesar de los avances que se han alcanzado respecto a la lucha para erradicar la pobreza y la pobreza extrema en los últimos años, la data indica que estos logros han sido profundamente desiguales, lo que ha mantenido a las mujeres como uno de los grupos más afectados. En este sentido, se ha llegado a un consenso mundial que comprometió a la mayoría de los países a poner fin a la pobreza como Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), parte de la Agenda 2030, pero que solo será posible si se acaba con la discriminación de género que mantiene a las mujeres atrapadas en la pobreza. Esto se traduce en la edificación de sociedades con igualdad de género.

Entre la edad de 25 y 34 años, la brecha de pobreza entre mujeres y hombres es agravada en contra de las primeras, esto en razón de que las mujeres luchan por combinar un trabajo remunerado con una distribución desigual en el cuidado de niñas, niños y otras personas dependientes. Estos factores -en muchas circunstancias- se deben a que se las mujeres son acostumbradas a realizar tales cuidados por la crianza obtenida desde temprana edad. Cabe mencionar que esta situación es sumamente reiterada en América Latina.

En la región latinoamericana, solamente  49% de las mujeres participan en el mercado laboral. De ese porcentaje, se tiene que al menos el 54% de las mujeres trabajan en el sector informal con poca o nula protección social y con ingresos mucho más bajos de los que pueden llegar a tener los hombres. Adicionalmente, muchas mujeres en la región también dedican un promedio de tres veces más de tiempo que los hombres al trabajo no remunerado de cuidados y del hogar lo cual limita sus oportunidades de desarrollo en ámbito profesional/laboral. En ese mismo sentido, según las Naciones Unidas, por cada 100 hombres pobres en este grupo de edad, hay 122 mujeres a nivel mundial.

La pobreza de las mujeres tiene su causa en la desigualdad al momento en el que estas acceden a los recursos económicos. Más alarmante es el hecho de que algunas de las legislaciones pueden restringir su capacidad para heredar tierras o incluso, pedir préstamos, lo que conlleva a que las mujeres tengan que depender económicamente de los hombres y tiendan a ser más vulnerables a la exposición frente a la pobreza. Esto en consecuencia se traduce en mujeres menos preparadas para gestionar riesgos como las recesiones económicas.

En este sentido, para que la erradicación de la pobreza alcance sus propósitos de forma plena es imprescindible conseguir la igualdad de género, lo que significa suscitar el incremento en el número de mujeres con ingresos propios, así como el implementar acciones que permitan un balance adecuado de la vida laboral, familiar y personal, que promuevan responsabilidades de cuidado equitativas entre mujeres y hombres. Estos planteamientos deben permitir la erradicación la pobreza en sus múltiples formas para consecuentemente beneficiar la igualdad real para todas las personas. Las premisas mencionadas deben ser consideradas sobre la base de que la igualdad de género no solamente se plasma dentro de los ODS como un objetivo más, sino también  como un elemento transversal en toda la agenda.

De manera que, el enfoque de género dentro del análisis diversificado de la pobreza busca crear una mirada completa de la mujer dentro de la pobreza en la región, tomando en cuenta los efectos e impactos adversos que dejan a ciertas personas en situación de desventaja, y además, promueve la igualdad de oportunidades sin pasar por alto la discriminación de género existente en los diversos ámbitos en los que las personas en condiciones de pobreza se desenvuelven.

Lograr la igualdad de género y empoderar a las mujeres no solo es lo correcto, sino que es una pieza fundamental para la lucha contra la pobreza extrema, el hambre y la desnutrición.

Mujeres rurales como pieza fundamental para la erradicación de la pobreza

Las mujeres rurales representan más de un tercio de la población mundial y el 43% de la mano de obra agrícola, son quienes labran la tierra y plantan las semillas que alimentan naciones enteras, buscan garantizar la seguridad alimentaria de sus comunidades y ayudan a preparar a esas comunidades frente al cambio climático. Sobre esta base, es necesario que sobre las mujeres rurales exista un especial enfoque de atención.

Las mujeres rurales son agentes clave para alcanzar estos cambios que tanto deseamos y necesitamos para el desarrollo sostenible, sin embargo, su acceso limitado a la educación, la asistencia sanitaria o incluso, el acceso al crédito, se encuentra entre uno de los muchos retos a los que ellas se enfrentan, que además se ven agravados por las crisis mundiales y el cambio climático. En este sentido, empoderar a este colectivo no sólo es fundamental para el bienestar de las familias, comunidades y personas rurales, sino además para la productividad económica general, debido a la extensa presencia de mujeres en la mano de obra agrícola mundial.

Pese a que las mujeres rurales son las que más presencia tienen en la agricultura, las barreras estructurales y las normas sociales discriminatorias continúan limitando el poder de las mismas dentro de su participación tanto dentro de sus comunidades como en sus hogares. Además, la labor de estas mujeres es invisible y no remunerada, a pesar de que sus tareas aumentan y se endurecen debido a la migración de los hombres. A nivel mundial y con muy pocas excepciones, los indicadores de género y desarrollo muestran que las mujeres rurales se encuentran en peores condiciones que los hombres del campo y que las mujeres urbanas. Esta situación está empeorando debido a los efectos del cambio climático sobre los recursos naturales y productivos que llegan a agravan las desigualdades de género existentes en las zonas rurales y a profundizar la feminización de la pobreza. Todo ello exige de todos los defensores de la igualdad de género y los Estados el asumir serios y efectivos compromisos por un cambio que erradique la feminización de la pobreza.

 

Por Roxana Vivas

 

Fuentes:

Banco Mundial. La pobreza extrema a nivel mundial continúa disminuyendo, aunque a un ritmo más lento [en línea] https://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2018/09/19/decline-of-global-extreme-poverty-continues-but-has-slowed-world-bank Consultada del 13.10 al 15.10.21

Naciones Unidas. Acabar con la pobreza [en línea] https://www.un.org/es/global-issues/ending-poverty Consultada del 13.10 al 15.10.21

Amnistía Internacional. La pobreza tiene género [en línea] https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/la-pobreza-tiene-genero/ Consultada del 13.10 al 15.10.21

ONU Mujeres. ODS 1: Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo [en línea] https://www.unwomen.org/es/news/in-focus/women-and-the-sdgs/sdg-1-no-poverty Consultada del 13.10 al 15.10.21

PNUD. Sin igualdad de género, no hay erradicación de pobreza [en línea] https://www.latinamerica.undp.org/content/rblac/es/home/presscenter/pressreleases/2019/-sin-igualdad-de-genero--no-hay-erradicacion-de-pobreza.html Consultada del 13.10 al 15.10.21

ONU Mujeres. Mujeres rurales [en línea] https://www.unwomen.org/es/what-we-do/economic-empowerment/rural-women Consultada del 13.10 al 15.10.21