Lunes, 22 de noviembre, 2021
Damiano, Daniela

Es importante, urgente y fundamental, visibilizar y luchar por atender la desprotección generalizada a la que están sometidas las mujeres, las víctimas son invisibilizadas, y además, en la mayoría de los casos no tienen acceso a la justicia


Por Gonzalo Albano Gutiérrez

En Venezuela, hay un aumento significativo en temas psicológicos muy importantes, a los que se les ha dado una connotación de tabú, en esa lista destacan los casos de suicidios, abortos, violaciones a los derechos humanos, la violencia de género y los feminicidios, y aunque se han querido abordar desde un punto de vista preventivo, continúan siendo silenciados y los implicados se convierten en un número más de unas cifras no oficiales, es decir, inexistentes para el Estado.

Para la psicóloga clínica, Francis Trevisi, el feminicidio ha sido uno de los hechos más trágicos que vienen ocurriendo en el mundo y específicamente en nuestro país, apuntando hacia un problema grave de tipo psicológico y social, ocurriendo cada vez con más frecuencia y dejando interrogantes que tal vez nunca puedan ser respondidas. La realidad que implica el feminicidio es el resultado en la mayoría de los casos de todo un proceso de violencia previo en torno a la víctima, podríamos decir que el suceso como tal es el desenlace fatal de la descomposición de una sociedad donde se le ha vulnerado su salud mental, se les ha privado de una atención accesible de tipo psicológico a cualquiera que lo amerite,  se les ha engañado queriendo normalizar lo que por naturaleza, sentido común, moral y ética sabemos que no lo es, se les ha querido vender una ideología de un falso poder y se les ha impugnado y justificado a los maltratadores, victimarios y asesinos su culpabilidad”.

Todo esto amparado por un sistema que presenta múltiples fallas en sus procedimientos tanto preventivos como de acción inmediata a los asuntos relacionados con la violencia. La ayuda que se le presta a una mujer en nuestro país que está siendo acosada, maltratada o violentada de cualquier forma es deficiente ya que no garantiza la protección necesaria, ni la adecuada atención psicológica que estos casos ameritan, resaltó Trevisi.

“Aunque la premisa psicológica siempre será denunciar al victimario, existe mucho miedo en la población femenina para llevar a cabo esta acción, pues al realizar una denuncia las acciones a tomar no son suficientes para evitar que el hecho continúe ocurriendo”.

La psicóloga explicó que, las mujeres se sienten expuestas y con un margen amplio de accesibilidad ante el victimario al no realizarse un procedimiento adecuado al momento de levantar nuestra voz. Es por ello que, las campañas preventivas no alcanzan para solucionar el problema, la psicoeducación con respecto al tema de la violencia de género no consigue mitigar la situación ya que no hay garantías posteriores a una denuncia, así mismo este tema ha sido utilizado para otros fines, radicalizando ideologías relacionadas al feminismo y tergiversando el objetivo real que es promover el empoderamiento de la mujer para el compendio con el género masculino donde se trabaje en pro de desarrollar una sociedad basada en los valores, en la familia y en la salud”.

Situación actual y perfil social y psicológico de la violencia y los feminicidios en el estado Cojedes

Para Trevisi, en el estado Cojedes se ve con preocupación cómo los casos aumentan ante una población enmudecida. Basta sólo mirar la redes sociales y encontrar información trivial, insignificante y frívola, pero no con información veraz acerca de los casos registrados, aún sabiendo lo que ha sucedido, tal vez a pocas cuadras de nuestras casas o la de algún familiar, sin embargo no se hace eco de esta información con un tono de rechazo o repudio, todo pasa desapercibido, y el hecho es olvidado en unas cuantas semanas, inclusive si el victimario es detenido, los avances del caso no son difundidos y se desconoce su desenlace.

“Existen otro tipos de casos y muy comunes en el estado Cojedes donde el victimario se suicida luego de haber cometido el feminicidio, hecho tal que está relacionado desde el punto de vista psicológico con el tema cultural y con el perfil  psicológico del victimario, donde  queda en evidencia el estilo de afrontamiento del sujeto y su salud mental afectad”.

Otro punto importante son las familias implicadas, hijos, padres, hermanos, todos ellos afectados por una tragedia como lo es el feminicidio, poco se sabe y poco se aborda psicológicamente a estas familias que pasan por un duelo donde en la mayoría de los casos se ha perdido a ambos miembros (madre y padre), lo que contribuye a una población desatendida que debe lidiar con las frustraciones, dolor, comentarios, poca empatía y juicios, situación que favorece a que se promueva un escenario de poca salud mental y desintegración de la familia.

Los medios de comunicación juegan un papel fundamental en la difusión de la información con respecto a este tema, hechos, cifras, estatus así como las campañas preventivas que deben continuar enfocadas en ejercer influencia en el Estado para que estos garanticen una gran parte de la solución al problema (atención psicológica oportuna y preventiva/respuesta legal, justicia y procedimientos correctos en atención a la víctima).

Erradicar la violencia contra la mujer es un trabajo integral y multidisciplinario

“Evidenciar esta problemática nos hace ser conscientes y nos hace reflexionar acerca de nuestros patrones de creencias, modelos y paradigmas que nos hacen actuar como entes activos dentro de la sociedad, tanto hombres como mujeres deben apoderarse de los temas relacionados a la salud mental, el respeto, la autoestima, la inclusión, la aceptación, la igualdad de oportunidades, el trabajo en equipo, la conformación de la familia como pilar esencial en la construcción del país que merecemos y la erradicación por completo de la violencia basados en el manejo de la inteligencia emocional y las habilidades para la vida. Se debe incluir en este proceso a las generaciones que vienen formándose, no podemos olvidarnos de los niños y adolescentes, por ello debemos adoptar estilos de crianza democráticos fundamentados en crear modelos con actitudes de comprensión, disciplina respetuosa, actitudes amorosas que generen vínculos igualitarios, saludables y satisfactorios desde la niñez.  Así como fomentar en nuestros niños la resolución de conflictos de manera pacífica donde se valore la igualdad y la no discriminación en razón de sexo, orientación sexual, raza, religión, y libre de violencia. Es un reto que nos concierne a todos por igual”, explica Trevisi.

El feminicidio no es un motivo exclusivo de repudio por un grupo radical de pensamiento, es un problema social y psicológico que amerita con urgencia acciones por parte de toda la sociedad.

La impunidad en los casos de violencia contra la mujer es una realidad catastrófica

Para Nhelsyr González socióloga, defensora de los derechos de la mujer y gerente de operaciones de Acción Campesina, en Venezuela, la impunidad en los casos de femicidios y la violencia basada en género es un hecho catastrófico que agudiza la vulnerabilidad de las mujeres, porque la respuesta y el preocupante mensaje que está enviando el Estado Venezolano a la sociedad es que no pasa nada, y que los hombres son libres de hacer lo que mejor les parezca con las mujeres, al Estado no le preocupa lo que les suceda a las mujeres y eso es muy grave.

“Es importante, urgente y fundamental, visibilizar y luchar por atender la desprotección generalizada a la que están sometidas las mujeres, las víctimas son invisibilizadas, además, en la mayoría de los casos no tienen acceso a la justicia, a la protección y a un trato digno, por eso hay que insistir en el cumplimiento de las leyes, en la capacitación y  sensibilización de la perspectiva de género en las comunidades, las escuelas e instituciones públicas, asimismo, hay que brindar herramientas y hacer uso de los instrumentos legales que están definidos como marcos regulatorios nacionales e internacionales en los cuales Venezuela es signataria”.  

La socióloga comenta que es necesario tomar las riendas e impulsar cambios que reviertan la actual situación de vulnerabilidad de las mujeres.

“Debemos hacer un llamado que implique la sustitución o capacitación de funcionarios en todos los niveles que atienden esta materia porque es una realidad que el Estado no se está ocupando de desarrollar las instancias previstas en ley para atender la situación de violencia basada en género, esto por supuesto también toca al sistema judicial, porque no garantizan justicia para las víctimas y adicionalmente a sus miembros no se les capacita de manera correcta para abordar estos casos, esto representa un extrema violación de los derechos humanos de las mujeres en materia de protección”.

“Además el problema no son solos femicidios o la violencia basada en género, los derechos de las mujeres son muchos y se vulneran de múltiples formas, por ejemplo no hay un sistema de salud, que atienda las necesidades médicas de las mujeres, desafortunadamente es un hecho común y reiterativo que a las venezolanas se les dé un ruleteo al momento del parto”.

“Existen varios casos documentados de venezolanas que paren agarradas a la cerca de un centro hospitalario, en la vía pública, en el transporte y en formas inhumanas, inadecuadas e inseguras, sin la atención del personal de salud especializado que garantice la vida de la madre y del niño o niña que viene al mundo, eso convierte al parto en un trauma y un acto de violencia profundo contra las mujeres”.     

Para González la educación es una de las claves para transformar y balancear las perspectivas de género:La educación es fundamental porque puede cumplir un rol transformador y al mismo tiempo un rol reproductor de un mensaje correcto y empático que ponga fin a los estereotipos; a través de la educación se pueden corregir y transformar muchas situaciones que actualmente marcan una diferencia y una brecha desbalanceada entre hombres y mujeres. Un sistema educativo con un enfoque de género, igualdad, respeto, inclusión y solidaridad, es capaz de cambiar la mirada y la concepción de los hombres y mujeres en la sociedad, en el mundo y en todos los ámbitos de la vida”.