De acuerdo con informaciones de prensa, para junio de 2025 Naciones Unidas solo había recibido un 13 % (5.600 millonesde dólares) de los 44.000 millones solicitados a finales de 2024 para atender las crisis globales. Se proyecta que para 2026 se perderán alrededor de 3.000 puestos de trabajo
Desde Laboratorio de Paz expresamos nuestra profunda preocupación por la recienterenuncia de dos integrantes de la Misión Internacional Independiente de Determinaciónde los Hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela (FFM) —Francisco Cox y Patricia Tappatá— debido a la crisis presupuestaria que enfrenta estemecanismo de Naciones Unidas.
Desde su creación en 2019 por el Consejo de Derechos Humanos, la Misión ha cumplido un rol fundamental en la documentación rigurosa e independiente de las graves violaciones de derechoshumanos ocurridas en Venezuela. Sus informes han permitido visibilizar patrones de represión, identificar cadenas de mando y aportar insumos clave a los esfuerzos de justicia, incluyendo la investigación que lleva adelante la Fiscalía de la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad.
Ante las omisiones y la falta deindependencia del Ministerio Público y de la Defensoría del Pueblo en Venezuela, la Misión se ha constituido en el principal mecanismo de verdad conel que cuentan las víctimas venezolanas.
Según información pública, una crisis deliquidez causada por los pagos tardíos o impagos de las cuotas de países como Estados Unidos y China ha obligado al Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, a suspender la presentación de informes, talleres y otras actividades. El Consejo de Derechos Humanos también ha reducido la duración de sus sesiones, lo que limita el espacio para que Estados, expertos y sociedadcivil aborden algunas de las crisis más graves del mundo.
El International Service for Human Rights alertó que el recorte presupuestario a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH) es mayor que el de otras áreas. Su director ejecutivo, Phil Lynch, advirtió: “Históricamente, el pilar de derechos humanosde la ONU ha recibido una financiación considerablemente menor que los dedesarrollo y paz y seguridad, representando tan solo el 7 % del presupuestoordinario de la ONU y menos del 1 % de su gasto total. Cualquier recortesupondría ahorros mínimos, pero tendría consecuencias negativas significativasy desproporcionadas para los derechos de las personas en todo el mundo”.
De acuerdo con informaciones de prensa, para junio de 2025 Naciones Unidas solo había recibido un 13 % (5.600 millonesde dólares) de los 44.000 millones solicitados a finales de 2024 para atender las crisis globales. Se proyecta que para 2026 se perderán alrededor de 3.000 puestos de trabajo. No solo el seguimiento al caso venezolano se ve afectado, sino también el de contextos críticos como Gaza, Myanmar y la República Democrática del Congo.
En sus cartas de renuncia, Francisco Cox aludió a “las condiciones bajo las cuales hemos tenido que trabajar este año”, mientras Patricia Tappatá mencionó “las continuas dificultades con que la Misión ha trabajado y las limitaciones recientemente anunciadas que agregarían precariedad”.
La falta de recursos que hoy amenaza la continuidad de la FFM no es solo un problema administrativo: es un golpe a las víctimas, a las organizaciones que han aportado testimonios bajo riesgo y a los principios mismos del sistema internacional de protección de los derechoshumanos.
Además, las limitaciones al trabajo de la Misión no han sido únicamente financieras. De manera incomprensible, nunca se logró una verdadera coordinación y complementariedad entre su labor y la de la Oficina del ACNUDH en Venezuela. Que dos mecanismos de Naciones Unidas designados para el mismo país no hayan establecido sinergias ni un plan integral de abordaje repercutió negativamente en su capacidad de protección a las víctimas. Esto debe ser corregido en el futuro.
Lamentamos profundamente que, en el actual contexto venezolano donde las violaciones se agravan, y en un escenario de recrudecimientode los patrones de desaparición forzada y la persecución política, mecanismos creados para garantizar verdad, justicia y reparación enfrenten obstáculosfinancieros que ponen en riesgo su labor. Las asignaciones presupuestarias deben priorizar los países con crisis severas de derechos humanos.
Reiteramos nuestro reconocimiento al compromiso, la ética y el profesionalismo de quienes integraron la Misión, y hacemos un llamado urgente a los Estados miembros del Consejo de Derechos Humanos a garantizar los recursos necesarios para que, tanto el ACNUDH como la FFM, puedan seguir cumpliendo su mandato en Venezuela sin interrupciones ni limitaciones.
Sin organismos internacionales, activos y fortalecidos, para el monitoreo de lasituación de derechos humanos, será más complicada la transición hacia la democracia en Venezuela.
Más información en https://labpaz.org/
Tags: ONU, Laboratorio de Paz, Misión Internacional Independiente de Determinaciónde los Hechos, Francisco Cox, Patricia Tappatá.
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