La venta propuesta del negocio petrolífero de Shell en la región del delta del Níger, en el sur de Nigeria, amenaza con agravar los abusos contra los derechos humanos y debería ser bloqueada por el gobierno a menos que se establezcan una serie de salvaguardias. Así lo ha manifestado hoy un grupo de 40 organizaciones de la sociedad civil entre las que se encuentra Amnistía Internacional.
En una carta abierta al regulador sectorial, los grupos han declarado que no debe permitirse la venta de Shell Petroleum Development Company (SPDC) a Renaissance Africa Energy a menos que la contaminación medioambiental causada por SPDC haya sido evaluada en su integridad, que SPDC proporcione fondos suficientes para garantizar que pueden cubrirse los costes de limpieza, y que se consulte plenamente a las comunidades locales.
“Durante muchas décadas, las operaciones de Shell en el delta del Níger se han llevado a cabo a expensas de los graves abusos contra los derechos humanos de la población de la zona. Los frecuentes vertidos de petróleo de su infraestructura y sus inadecuadas prácticas de mantenimiento y limpieza han contaminado las fuentes de agua subterránea y potable, han envenenado tierras agrícolas y zonas de pesca, y han dañado seriamente la salud y los medios de sustento de quienes habitan en la región”, ha manifestado Olanrewaju Suraju, presidente de Human and Environmental Development Agenda (HEDA).
Isa Sanusi, director de Amnistía Internacional Nigeria, ha manifestado: “Ahora existe un riesgo sustancial de que Shell se embolse miles de millones de dólares de la venta de esta empresa y se marche dejando a quienes han sufrido daños sin reparación y enfrentándose a constantes abusos y problemas de salud. Antes de dar luz verde a esta venta, deben establecerse garantías y salvaguardias económicas para remediar de inmediato la contaminación existente y proteger a la población frente a daños futuros. No se debe permitir que Shell eluda sus responsabilidades respecto a la limpieza y el remedio de su legado generalizado de contaminación en la zona”.
Ahora existe un riesgo sustancial de que Shell se embolse miles de millones de dólares de la venta de esta empresa y se marche dejando a quienes han sufrido daños sin reparación y enfrentándose a constantes abusos y problemas de salud.
Isa Sanusi, director de Amnistía Internacional Nigeria
La carta vino precedida del anuncio hecho por Shell en enero de que había acordado vender SPDC al consorcio Renaissance, que se compone de cuatro empresas de exploración y producción con sede en Nigeria y un grupo internacional de energía, en un acuerdo por valor de 2.400 millones de dólares estadounidenses financiado en parte con un préstamo de Shell a los compradores.
Según la carta, el acuerdo parece incumplir varios requisitos normativos y legales. Entre ellos se encuentra la aparente falta de un estudio medioambiental para evaluar los requisitos de limpieza, y una evaluación para garantizar que se dedican fondos suficientes para el posible desmantelamiento de la infraestructura petrolera: una suma que probablemente ascienda a varios miles de millones de dólares. La carta también señala la ausencia de un inventario de los bienes físicos que se venden, una señal de advertencia que puede indicar el estado de deterioro de los oleoductos e infraestructuras de los que han procedido muchos vertidos. Los vertidos han tenido con frecuencia consecuencias devastadoras para la salud y el bienestar de la población local. Todo el mundo tiene derecho a un medioambiente limpio, saludable y sostenible.
La carta señala ventas anteriores similares en Nigeria que, en ocasiones, han expuesto a la población de comunidades contaminadas a daños duraderos, pues los compradores carecían de recursos económicos suficientes para gestionar de forma efectiva las infraestructuras, e incluso han cesado por completo las operaciones.
También señala que, tras una desinversión previa de Shell de Oil Mining Lease 26 (OML 26) a First Hydrocarbon Nigeria en 2010, el accionista mayoritario de la empresa compradora entró en liquidación y su director gerente y su dirección de operaciones fueron declarados culpables de fraude en Reino Unido.
Entre los firmantes de la carta al regulador, la Nigerian Upstream Petroleum Regulatory Commission (NUPRC), se encuentran Amnistía Internacional Nigeria, Stichting Onderzoek Multinationale Ondernemingen – Centro de Investigaciones sobre Empresas Multinacionales (SOMO), The Corner House, Human and Environmental Development Agenda (HEDA), ReCommon, Centro para el Medioambiente, los Derechos Humanos y el Desarrollo (CEHRD), Stakeholder Democracy Network (SDN), Hawkmoth y Amigos de la Tierra/Acción pro Derechos Ambientales. Pueden consultar la lista completa de firmantes aquí.
Renaissance African Energy es un consorcio compuesto por ND Western Limited, Aradel Holdings Plc, FIRST Exploration y Petroleum Development Company Limited, el Waltersmith Group y el Petrolin Group.
Durante las décadas que Shell ha estado operando en Nigeria, ha habido cientos de vertidos de petróleo de sus infraestructuras.
Tags: Nigeria, Derechos Humanos, Seguridad Humana.
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