“Esto no es Vida”, Seguridad Ciudadana y Violaciones de Derechos Humanos en Venezuela

Los diagnósticos presentados a continuación se desprenden de una investigación de Amnistía Internacional sobre la violencia armada y la situación de seguridad ciudadana en Venezuela desde una perspectiva de derechos humanos. Ésta incluye una revisión histórica de las medidas implementadas por el Estado para atender la delincuencia, así como la identificación de patrones de violencia institucional y abusos de derechos humanos en el marco de operaciones de seguridad.

Amnistía Internacional pudo determinar que el Estado venezolano es responsable de la violación del derecho a la vida y a la integridad personal de miles de víctimas, en dos niveles: el primero de ellos debido a que el Estado no ha podido garantizar el derecho a la vida en un contexto de violencia entre particulares; el segundo nivel: porque el Estado ha implementado medidas represivas, con racionalidad bélica, para atender la situación de delincuencia, lo cual ha ocasionado graves violaciones a derechos humanos y en especial, ejecuciones extrajudiciales.

Además, Amnistía Internacional pudo identificar que las políticas represivas aplicadas por el Estado venezolano, terminan por criminalizar la pobreza, en vez de aplicar mecanismos preventivos de control de la delincuencia; el Estado ha actuado usando la fuerza de forma intencionalmente letal, en contra de la población más vulnerable y excluida socialmente.

Vivir en una barriada y ser un joven ya es el primer vinculante para que te maten. Es decir, ya no puedes ser joven, porque ¿con quién están acabando? Con la juventud. Jennifer Rotundo, madre de Luis Ángelo Martínez, quien murió a manos de presuntos funcionarios policiales1

Esta investigación se desarrolla en un contexto de falta de acceso a los derechos económicos, sociales y culturales, como el derecho a la salud y a la alimentación, hasta el respeto y la garantía de los derechos civiles y políticos, tales como la libertad de expresión y el derecho a no ser sometido a torturas u otros tratos crueles. La violencia es un fenómeno que viene afectando a Venezuela desde hace décadas y que, en el contexto actual de emergencia humanitaria, agudiza el deterioro del goce y disfrute de los derechos humanos, convirtiéndose en un factor adicional de la migración forzada de las personas venezolanas.



Estar siempre en el lugar y momento equivocado: la violencia omnipresente

Tasas de homicidio: antes y ahora

En el año 2016, a nivel global, Venezuela presentó la tercera tasa de muertes violentas más alta, luego de Siria y El Salvador, así como la segunda tasa de muertes por arma de fuego más alta del mundo2 . Según cifras no oficiales, Venezuela presentó una tasa de homicidios de 89 por cada 100 mil habitantes para el 2017, por encima de países como El Salvador y triplicando la tasa de homicidios de Brasil3 .

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Según cifras oficiales, desde el año 2002, el incremento del número de homicidios en Venezuela ha ido en aumento constante. A partir del año 2010, la situación se volvió crítica porque la tasa de homicidios no ha bajado de las 50 personas por cada 100 mil habitantes (hpcmh). De acuerdo con cifras publicadas por el Ministerio Público, en 2016, la tasa aumentó a 70,1 hpcmh —la más alta de la historia—, lo cual significa que se produjeron 21.752 homicidios ese año4 .

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Violencia armada

Mientras que en América Latina las muertes por armas de fuego representaban el 74%, en Venezuela se trató del 90% del total5. Según las últimas cifras publicadas por el Ministerio Público en 2016, el 86,6% de los homicidios fueron cometidos por armas de fuego.6

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“No entiendo de dónde salen tantas balas. A veces se caen a tiros de un cerro a otro. Es una situación que se puede dar en cualquier momento y que se puede cobrar la vida de cualquiera. A una vecina mía le mataron a sus tres hijos varones; otra vecina perdió a dos hijas por balas perdidas. Esto no es vida. Cuando a uno le matan a un hijo, matan a la familia entera”.7 MARÍA ELENA DELGADO: TRES HIJOS, UN SOBRINO Y UN NIETO MUERTOS A MANOS DE LA VIOLENCIA ARMADA

Organizaciones internacionales estimaron que en 2017 existían 5.900.000 armas cortas en Venezuela8. Respecto a las medidas tomadas por el Estado venezolano para abordar la violencia armada, en 2011, se instaló la Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme (Codesarme), misma que redactó la Ley de Desarme y Control de Armas y Municiones, con el fin de normar, regular y fiscalizar el porte, tenencia, uso, registro, fabricación y comercialización de armas, municiones y partes, sancionar los hechos ilícitos para erradicar la fabricación y tráfico ilícito de armas, así como crear los planes para ejecutar el desarme. La ley estipuló la suspensión de la comercialización de armas de fuego y municiones, y de los portes por un lapso de dos años.

Pese a ello, la respuesta de las autoridades frente a la situación de acceso y regulación de armas de fuego ha sido deficiente y no ha cumplido con los objetivos de control de armas ni de reducción de la violencia armada. Por ejemplo, se ha documentado que más del 90% de las armas que ingresaron legalmente no cuentan con registro balístico y tampoco ha habido evidencias de que se haya puesto en marcha un sistema de marcaje de municiones. También se ha documentado que 80% de las armas decomisadas y recolectadas por los cuerpos policiales llegan a los parques sin cargadores o municiones, lo cual pareciera indicar que no hay controles efectivos que eviten la desviación a mercados ilegales9. Además, el Plan de Desarme no ha sido efectivo y aunque los reportes anuncian la destrucción de casi medio millón de armas, las organizaciones locales, expertas en el tema, han cuestionado este logro ya que estiman que en esa cifra se incluyen tanto municiones como partes aisladas de armas, por lo que difícilmente se puede considerar satisfactorio el resultado de esta medida.

Violencia urbana

La mayoría de los estados que presentan las tasas más altas de homicidios son parte del eje norte-costero del país, el cual se caracteriza por sus grandes concentraciones urbanas e intensa actividad económica. Según expertos, en las zonas urbanas confluyen una serie de condiciones que explican la violencia: la combinación de concentración de riqueza y desigualdad social aunada a la exclusión, la proliferación de actividades económicas clandestinas, así como una respuesta ineficaz del estado, especialmente la incapacidad para controlar las armas, el uso excesivo de la fuerza por parte de los cuerpos de seguridad y el deterioro del sistema de justicia10.

Por otra parte, existen indicios del reciente aumento de los homicidios en estados de zonas rurales y fronterizas, donde se llevan a cabo actividades ilegales vinculadas al contrabando o la minería que suscitan violencia.

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Víctimas de la violencia: hombres jóvenes y en situación de pobreza

Según la Encuesta Nacional de Victimización (ENV) de 2009, las víctimas eran, en su mayoría, hombres (81,13%), jóvenes (15 a 24 años: 36,61%; 25 a 44 años: 44,12%) y en situación de pobreza.11 De acuerdo con Unicef, en el año 2012, Venezuela era el tercer país del mundo con la tasa más elevada de homicidios de hombres jóvenes menores a 20 años.12 En el año 2013, el 94,4% de las víctimas de homicidios fueron hombres; el 43,4% de éstos de una edad entre 15 y 24 años, y el 45,5% entre 25 y 44.13 Datos no oficiales de organizaciones locales estiman que en el año 2017, las víctimas de la violencia fueron en su mayoría jóvenes (el 60% tenían entre 12 y 29 años de edad) y hombres (95%).14

El grueso de las víctimas de la violencia armada, ya sea que provenga de la delincuencia o del Estado, son los hombres jóvenes que viven en los barrios más pobres del país. Amnistía Internacional considera que esta caracterización de las víctimas en Venezuela es de suma gravedad: los hombres jóvenes están a riesgo de morir por la violencia armada sin que el Estado venezolano haya implementado medidas efectivas para contener y minimizar su victimización.

Impunidad y opacidad estatal

Venezuela no ha podido revertir la altísima impunidad, estimada en más de 90% de los casos de homicidios comunes15 ; por el contrario, ha ocultado de forma sistemática los datos oficiales sobre cuántas personas mueren anualmente como producto de la violencia armada, especialmente en los casos en los que se encuentran involucrados oficiales de seguridad del Estado. Este ocultamiento radica en la falta de información oficial en la materia, pero también en la constante negativa los familiares, de acceder a los expedientes de ejecuciones extrajudiciales.



Combatiendo la violencia con más violencia

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2018 Amnistía Internacional | Carlos Ramírez

Amnistía Internacional ha documentado cómo el Estado venezolano desde hace décadas ha cometido graves violaciones a los derechos humanos, tales como la tortura, las ejecuciones extrajudiciales y las desapariciones forzadas en operaciones del mantenimiento del orden.16 Actualmente, puede observarse que el Estado continúa sin modificar su respuesta en cuanto al mantenimiento del orden y del uso de la fuerza.



De acuerdo con el análisis de Amnistía Internacional, los planes de seguridad aplicados entre el año 2002 y el 2017:

  • Que contemplaban un enfoque integral, preventivo y potencialmente efectivo fueron desplazados por medidas altamente represivas y excesivas. Los ministros encargados de ejecutar los planes duraron en promedio un año y cinco meses en el cargo, lo que puede ser un factor en la falta de continuidad de las medidas diseñadas.
  • Han sido guiados por una lógica de mano dura, que considera la delincuencia como “el enemigo interno”.
  • Priorizaron la aplicación de elementos de represión con operativos reactivos policiales para combatir el delito, en los cuales se ha reportado la comisión de allanamientos ilegales, ejecuciones extrajudiciales y torturas.
  • Han sido influenciados por una racionalidad militar, en cuyo marco se ha empleado la fuerza de forma abusiva y excesiva con regularidad y, en algunos casos, de manera letal e intencionada.
  • Renuevan medidas problemáticas que emplean los mismos mecanismos y procedimientos, los cuales además de generar violaciones de derechos humanos son ineficaces en la reducción de homicidios. Independientemente de cómo se llame el plan, en esencia son las mismas medidas excesivas que generan abusos y no dan resultado.
¿Cuál es el resultado de un delincuente? O la cárcel o bajo tierra. Porque ése es el destino final de un delincuente.17 Jefe del Comando Regional número 5 desplegado en el marco del Dibise, 2010

La “Operación Liberación del Pueblo” (OLP) es uno de los ejemplos más recientes de operativos represivos que han sido implementados por las autoridades, la cuales tenía el objetivo de “liberar” a comunidades de la violencia por parte de bandas delictivas. Este plan contaba con la participación de cuerpos militares y tuvo como resultado miles de casos de graves violaciones de derechos humanos, como detenciones arbitrarias, ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, afectaciones a los derechos a la vida privada, a la integridad personal y al debido proceso. Preocupa además, que altos funcionarios gubernamentales hayan comunicado como un “éxito” que se hayan “abatido delincuentes” en el marco de algunos de estos operativos.

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    Procedimiento Operación Liberación y Protección del Pueblo (OLP) - Cota 905 | © 2018 Amnistía Internacional | Alexandra Blanco
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    2018 Amnistía Internacional | Carlos Ramírez
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    2018 Amnistía Internacional | Carlos Ramírez
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    2018 Amnistía Internacional | Román Camacho
“De los 12 estados del país donde ha sido desplegada la OLP18 , el parte es el siguiente: funcionarios desplegados, 16.799; detenidos por la comisión de distintos delitos, 931, de los cuales 113 son extranjeros; bandas desarticuladas junto con sus cabecillas, 27; delincuentes abatidos durante enfrentamientos (…) 52.”19. Ministro de Relaciones Interiores, 12 de agosto de 2015
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En el marco de las OLP, la mayoría de las muertes ocurrió en los estados del eje norte-costero del país y en el estado Bolívar, donde se concentran asimismo las tasas de homicidios más altas. Puede inferirse que el mayor número de operaciones o las operaciones más letales se llevaron a cabo en las zonas que reportan los índices de violencia más altos: se respondió a la violencia con más violencia.

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Según la Fiscalía General de la República,20 entre 2015 y junio de 2017, se produjeron 8.292 presuntas ejecuciones extrajudiciales: en 2015 hubo 1.777 presuntas ejecuciones extrajudiciales, lo que representa el 10% de los homicidios totales que se produjeron ese año,21 en 2016 se informó que 4.667 personas habían muerto a manos de funcionarios de seguridad, lo que corresponde al 22% de los homicidios totales,22 y entre enero y junio de 2017, se reveló que se habían producido 1.848.23

Por otra parte, la organización no gubernamental venezolana, Comité de Familiares de Víctimas de los Sucesos de Febrero y Marzo de 1989 (COFAVIC), ha documentado 6.385 casos de ejecuciones extrajudiciales ocurridas entre 2012 y 2017, las cuales han ido en aumento. En 2016 se registraron 2.379 casos, un 70% más que en el año anterior. Nuevamente, se ha podido constatar que la gran mayoría de estas víctimas fueron hombres, menores a 25 años de edad y provenientes de barriadas pobres. En el primer trimestre de año 2017, ya se había dado un incremento del 11% de ejecuciones extrajudiciales en comparación con el mismo período de 2016.24

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El Estado venezolano, además de fallar en su obligación de garantizar y proteger el derecho a la vida y a la integridad personal, cuando durante décadas ha implementado políticas ineficaces en la reducción de violencia, viola los derechos humanos cuando reacciona a la violencia con más violencia.

¿Quiénes son las víctimas de ejecuciones extrajudiciales?

Amnistía Internacional documentó ocho casos de ejecuciones extrajudiciales entre los años 2012 y 2017 que visibilizan los impactos de la violencia institucional de una forma que las estadísticas no logran hacerlo. Éstos presentaron las siguientes características:

  • Eran jóvenes entre 16 y 29 años de edad.
  • Eran padres de niños pequeños.
  • Colaboraban con la manutención del hogar.
  • Vivían en zonas populares y barriadas.
  • La mayoría había completado la educación secundaria.
  • Eran obreros: taxistas, mesoneros, cocineros, mecánicos.
  • La mayoría fueron asesinados en sus hogares en presencia de sus familias.
  • Sus muertes ocurrieron en el marco de operativos de seguridad.
  • Murieron por disparos al tórax, cabeza y cuello.


LUEGO DE ALLANAMIENTOS, AMENAZAS Y EXTORSIONES, EJECUTARON A DARWILSON FRENTE A SU FAMILIA

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Darwilson Sequera (20), quien fue ejecutado el 11 de junio de 2013 en el marco de un operativo del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC). De acuerdo a lo que pudo conocer Amnistía Internacional el operativo en el que Darwilson murió, fue realizado por alrededor de 30 funcionarios policiales, quienes “se montaron en el techo de la casa, escalaron por el poste del alumbrado público y pretendían derrumbar la puerta si no le[s] abría. Él y su hermana menor subieron a la platabanda de la casa, donde fueron alcanzados por los funcionarios. La niña pudo ver cuando hirieron a Darwilson. Su madre escuchó cuando se lo llevaban, mientras gritaba del dolor. La próxima vez que lo vieron fue en el Hospital ya sin vida.

Hasta marzo de 2018, cinco años después, ningún funcionario de los señalados en la investigación, había sido detenido por la muerte de Darwilson, uno de los cuales está implicado en otro caso de la investigación.

'¿QUÉ LE HIZO MI HIJO A ELLOS PARA QUE ME LO MATARAN? '

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Alex Yohan Vegas Azuaje era un adolescente de 16 años de edad y padre de una niña de 3 meses. Fue ejecutado el 10 de marzo de 2017 por funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en el marco de una OLP. Estaba con su familia en su hogar en El Valle, Caracas. Entre cinco y seis funcionarios subieron a la habitación de Alex Yohan, quien se encontraba durmiendo. Su padre, Alex Vegas, contó a Amnistía Internacional que vio a uno de los oficiales portando una máscara de calaveras. Cada vez que intentaba entrar a la casa, los oficiales lo amenazaban con golpearlo y le decían que estaban llevando a cabo una OLP bajo orden presidencial: “(…) esa gente andaba como loca ese día, de verdad. Decían que era orden presidencial, que era orden presidencial”.

La próxima vez que su familia pudo ver a Alex Yohan fue en el Hospital Doctor Leopoldo Manrique Terrero (conocido como hospital Periférico de Coche) ya muerto, producto de un impacto de arma de fuego en el corazón y pulmón izquierdo. Al volver a la casa, los familiares encontraron un charco de sangre en la sala y marcas de disparos. Descubrieron que habían sido robados. Al cierre de fecha de esta investigación, ningún funcionario había sido detenido por su muerte.

'TANTO CUIDARLOS PARA QUE LOS MATEN EN MI CASA'.

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El 18 de mayo de 2016, Darwin (28), Carlos Jampier (19), Yohandri (20) y Roswil (25), fueron ejecutados en su casa ubicada en el barrio Los Llanos en San Bernardino, Caracas. Entraron alrededor de 20 efectivos éstos sin identificación y con las caras tapadas gritando y empujando a la madre de Darwin y Carlos Jampier, a la hermana y sobrino de 9 años de éstos, así como a las novias de los cuatro para que salieran de la casa. A los 20 minutos empezaron a escucharse disparos. Las mujeres vieron que los muchachos, ya muertos, eran cargados a una camioneta envueltos en sábanas manchadas de sangre. Los jóvenes murieron por heridas de arma de fuego al tórax. Darwin además recibió un disparo en el cuello.

Cuando la familia regresó a la casa, descubrieron que sido habían robados. Hasta la fecha de cierre de investigación, ningún funcionario había sido detenido por la muerte de los cuatro jóvenes.

'NO HAY RAZÓN PARA QUE ELLOS DESENFUNDAN EL ARMA, ÉSA DEBERÍA SER LA ÚLTIMA MEDIDA Y AQUÍ NO HAY PENA DE MUERTE'.

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Desde que se ha agudizado la crisis económica y la escasez en Venezuela, ha sido cada vez más difícil para la población acceder a los productos básicos en los establecimientos comerciales. Es común que en las ciudades del país las personas deban realizar colas de varias horas en las afueras de los comercios para poder comprar alimentos a bajos precios. El 25 de marzo de 2016, Luis Leal Villareal, un cocinero de 20 años, salió en horas de la madrugada a un establecimiento comercial ubicado al oeste de Caracas, en Catia, para poder comprar productos a precios regulados. Aquí, un funcionario de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) le disparó y detuvo a cinco de las personas que estaban con él.

Según la Policía, Luis y los otros cinco jóvenes que estaban haciendo la fila con él estaban robando y luego se enfrentaron con el funcionario de la PNB. No obstante, se lograron recabar evidencias que indicaban que Luis no había disparado ningún arma. De acuerdo con el testimonio de los jóvenes, el policía disparó sin dar la voz de alto y luego presenciaron cómo éste actuó para alterar la escena de los hechos con la complicidad de otros oficiales.

A la fecha del cierre de la investigación de este informe, el funcionario continuaba en libertad.

Esperanza de justicia: lucha contra la impunidad y reparación

Además de sufrir la muerte de sus familiares, las víctimas sobrevivientes deben enfrentarse a un sistema de justicia penal con altos niveles de impunidad, lleno de irregularidades y obstáculos, que conlleva a la ausencia de investigación, enjuiciamiento y condena de las personas responsables de la violencia armada y de los homicidios. Según cifras de COFAVIC, la impunidad en casos de violaciones de derechos humanos en Venezuela alcanza el 98%.25

En los casos incluidos en este informe, se han podido identificar ciertos patrones de denegación de justicia, que van desde las fallas en las etapas iniciales de investigación hasta los hostigamientos, amenazas y maltratos por parte del personal de la Fiscalía y de los tribunales a los familiares:

  • En muchos casos, funcionarios encargados de la investigación criminal, concretamente del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalística (CICPC), son los que perpetran las muertes.
  • Los funcionarios investigados continúan siempre en funciones.
  • Se produce un retardo importante en la distribución de documentación clave para proseguir las investigaciones por parte del (CICPC) sin que se dé una respuesta efectiva de las Fiscalías.
  • Algunos familiares manifestaron que han sido exhortados por los fiscales a buscar testigos y pruebas por su cuenta.
  • En los casos donde se han realizado imputaciones, la investigación se estanca y pocas veces llegan a juicio. La identificación de las personas no se traduce en obtención de justicia.
  • El sucesivo cambio se ha vuelto una práctica que incide en el retardo de los procesos.
  • No hay acceso a los expedientes o a parte de la documentación clave por parte de familiares y abogados, ya sea porque las Fiscalías no expiden las copias de forma oportuna, o porque los familiares no cuentan con los recursos para poder obtenerlas (los familiares deben pagar las copias las cuales hasta mayo de 2018 salían en casi lo correspondiente a un salario mínimo integral).
  • Es común que los familiares reciban amenazas y maltratos, inclusive de los fiscales, para que desistan en su búsqueda de justicia.
  • En casos de hostigamiento y amenazas, las medidas de protección solicitadas por las familias no son otorgadas.

En los casos documentados, ninguna de las víctimas ha recibido una reparación integral que incluya compensación económica y atención psicológica. Tal como pudo observarse, los familiares sufren los efectos económicos a largo plazo por el homicidio de un miembro de la familia. En el caso de las madres, muchas de ellas son amas de casa, no poseen un empleo formal, se encuentran desempleadas, dada la crisis económica, trabajan en el sector informal (negocios caseros, vendedoras ambulantes o trabajos domésticos), o ganan salario mínimo y no logran obtener beneficios suficientes para sustentar a sus familias. En los casos documentados por Amnistía Internacional, la mayoría de las víctimas colaboraban con la manutención del hogar. La pérdida de un familiar cobra mayor importancia en el contexto actual de grave crisis económica, en el cual la hiperinflación acompañada de escasez de alimentos y medicinas afecta especialmente a poblaciones en situación de mayor vulnerabilidad y exclusión social.

La ausencia de una atención integral que incluya no sólo el acceso a la justicia, sino también reparación económica y asistencia psicosocial, perpetúan la impunidad, profundizan la situación de exclusión social de las familias de las víctimas y producen ciclos de revictimización de las miles de familias cuyos derechos han sido violados en el marco de operativos de seguridad ciudadana.



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Conclusiones y recomendaciones

La situación de violencia y uso abusivo de la fuerza ha sido uno de los grandes retos en materia de derechos humanos que Venezuela no ha podido resolver. La violencia armada y criminalidad culminan cada año con altas tasas de homicidios, y miles de víctimas en el país, preponderantemente hombres jóvenes en situación de pobreza. Estos homicidios, aunque cometidos por particulares, son en definitiva responsabilidad del Estado venezolano al actuar con la debida diligencia para impedirlos adecuadamente, a través de la investigación y sanción de los responsables por esas muertes. El Estado venezolano ha ocultado también las cifras en materia de seguridad y no ha sabido atender de forma efectiva la disponibilidad de armas por parte de la población civil, lo que repercute de forma directa en la violencia armada.

Por otro lado, al analizar la respuesta estatal para resolver la crisis de violencia en Venezuela, Amnistía Internacional, además de identificar distintas fallas en las políticas gubernamentales, considera de suma gravedad el respaldo de las autoridades del uso intencionalmente letal de la fuerza y a la práctica de ejecuciones extrajudiciales, cuyas víctimas en su mayoría son hombres jóvenes en situación de pobreza. Tales actuaciones son dictadas por una lógica en la que estos hombres jóvenes, en virtud de su perfil, son considerados delincuentes, por lo que han sido convertidos en “enemigos internos” que deben ser erradicados. En el marco de las labores de mantenimiento de orden público y cumplimiento de la ley, las autoridades tienen la obligación de garantizar el respeto de la integridad y vida de todas las personas, y cuando corresponda, proceder a la detención de las personas sospechosas de la comisión de delitos de acuerdo con la ley.

Así, es imperioso que las autoridades a cargo de la seguridad modifiquen radicalmente el enfoque de la política pública de seguridad. Es necesaria una política que ponga los derechos humanos de la ciudadanía en el centro, con claros enfoques preventivos, con mecanismos de contraloría efectivos, y de atención a la población en situación de exclusión social, que es la más vulnerable ante esta problemática. Asimismo, la política estatal debe contener un sistema de control de armas efectivo, transparente y sujeto a contraloría social que realmente evite el desvío de armas y la corrupción en torno a la tenencia de las mismas.

Amnistía Internacional, de acuerdo a las obligaciones internacionales recomienda al Estado venezolano –entre otras acciones- que:

  • Desarticule los mensajes que avalan la política de represión, que incluye el uso abusivo e intencionalmente letal de la fuerza en contra de los jóvenes en situación de pobreza;
  • Implemente una política de transparencia y publicidad de la información que permita tomar medidas de política pública adecuada (tanto preventivas de cara a la violencia, como de reforma policial y desarme) sobre las que las organizaciones de sociedad civil puedan ejercer un rol de contraloría social;
  • Investigue de manera inmediata y urgente los casos tratados en el presente informe, y además cree un mecanismo de priorización de investigación y sanción de los casos de ejecuciones extrajudiciales;
  • Adecúe las actuaciones policiales a los Principios Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego por los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley.
  • Retomar la implementación de las medidas de desarme aconsejadas por la Comisión Presidencial de Desarme, y fortalecer la política de control y regulación de armas.
  • Acepte las visitas de los procedimientos especiales de la Organización de Naciones Unidas y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos cuyos mandatos son relevantes para la presente temática.
Entrevista personal realizada el 28 de julio de 2016 en las oficinas de Amnistía Internacional Venezuela.
Small Arms Survey, Global Violent Deaths 2017, 2017, disponible en www.smallarmssurvey.org/fileadmin/docs/U-Reports/SAS-Report-GVD2017.pdf
Insight Crime, InSight Crime’s 2017 Homicide Round-Up, 18 de enero de 2018, disponible en www.insightcrime.org/news/analysis/2017-homicide-round-up/
Ministerio Público, Informe Anual de Gestión 2016, p.13.
Organización Mundial de la Salud y Organización Panamericana de la Salud, Informe sobre la Situación de la Prevención de la Violencia en la Región de las Américas, 2014, Washington D.C., 2016, p. 2, disponible en http://iris.paho.org/xmlui/bitstream/handle/123456789/18831/9789275074527_spa.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Ministerio Público, Informe Anual de Gestión 2016, p.12
Entrevista personal realizada el 28 de julio de 2016 en las oficinas de Amnistía Internacional Venezuela.
Small Arms Survey, Estimated Global Civilian Held Firearms Numbers, junio de 2018, p. 4, disponible en www.smallarmssurvey.org/fileadmin/docs/T-Briefing-Papers/SAS-BP-Civilian-Firearms-Numbers.pdf
Red de Apoyo por la Justicia y la Paz, Balance de Política Pública de Control de Armas, Municiones y Desarme 2011-2017, Caracas, octubre de 2017, p. 36, disponible en www.reddeapoyo.org.ve/wp-content/uploads/2017/11/Balance-de-la-Pol%C3%ADtica-p%C3%BAblica-de-Control-de-Armas-Municiones-y-Desarme-1.pdf
Verónica Zubillaga, 'Menos desigualdad, más violencia: la paradoja de Caracas', en Revista Nueva Sociedad, enero-febrero de 2013; Roberto Briceño-León, 'Estructura urbana, tipología de la violencia y miedo en Caracas', en Sociología de la violencia en América Latina, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), diciembre de 2007, pp. 247-270
Instituto Nacional de Estadística, Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Ciudadana 2009, Caracas, mayo de 2010, pp. 70-71, disponible en www.oas.org/DSP/PDFs/encuestavictimizacion2009.pdf.
Sólo superada por El Salvador y Guatemala. Unicef, Hidden in plain sight. A statistical analysis of violence against children, 2014, p. 35, disponible en files.unicef.org/publications/files/Hidden_in_plain_sight_statistical_analysis_EN_3_Sept_2014.pdf
Ministerio del Poder Popular para la Salud, Anuario de Mortalidad 2013, Caracas, diciembre de 2015, pp.389-390, disponible en: www.ovsalud.org/descargas/publicaciones/documentos-oficiales/Anuario-Mortalidad-2013.pdf
Observatorio Venezolano de Violencia, Informe del Observatorio Venezolano de Violencia 2017, 28 de diciembre de 2017, Caracas, p. 7.
Insight Crime, Lynchings Jump 650% In Venezuela In 2016, 19 de enero de 2016, disponible en www.insightcrime.org/news/analysis/lynchings-jump-650-percent-venezuela-2016/
Amnistía Internacional, Venezuela: Eclipse de los derechos humanos (Índice: AMR 53/07/93).
Véase declaraciones en video en Noticias24, La frase del día: ‘El destino de los delincuentes es la cárcel o bajo tierra’, 6 de septiembre de 2010, disponible en: www.noticias24.com/actualidad/noticia/171254/la-frase-del-dia-el-destino-de-los-delincuentes-es-la-carcel-o-bajo-tierra/
OLP son las siglas de la Operación Liberación del Pueblo, una medida de seguridad implementada entre julio de 2015 e inicios de 2017, en cuyo marco se desplegaron operativos represivos y violentos.
OLP han dejado 52 abatidos, según informó González López, disponible en www.youtube.com/watch?v=ewGuB8U4Eso
En funciones en el período entre 2008-2014 y 20152021, y que fue removida en el año 2017 tras una decisión de la Asamblea Nacional Constituyente, BBC Mundo, La Asamblea Constituyente de Venezuela destituye a la fiscal general Luisa Ortega, 5 de agosto de 2017, disponible en www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-40838619
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Violaciones de los derechos humanos en la República Bolivariana de Venezuela: una espiral descendente que no parece tener fin, junio de 2018, p. 16, disponible en www.ohchr.org/Documents/Countries/VE/VenezuelaReport2018_SP.pdf
El País, La exfiscal de Venezuela acusa en La Haya al régimen de Maduro de cometer más de 8.000 asesinatos, 17 de noviembre de 2017, disponible en: elpais.com/internacional/2017/11/16/america/1510850769_180858.html; Luisa Ortega Díaz, Presentación de Memoria y Cuenta completa el 31/03/2017, disponible en www.youtube.com/watch?v=DBblOpsXWGY
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Violaciones de los derechos humanos en la República Bolivariana de Venezuela: una espiral descendente que no parece tener fin, junio de 2018, p. 16, disponible en www.ohchr.org/Documents/Countries/VE/VenezuelaReport2018_SP.pdf
COFAVIC, Ejecuciones extrajudiciales, 40 historias de 6385 vidas ignoradas 2012-2017, 2017, p. 47.
Análisis presentado en Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Situación de los Derechos Humanos en Venezuela, Capítulo 3 Protesta Social y Libertad de Expresión, 31 de diciembre de 2017, p.148 (Índice: OEA/Ser.L/V/II), con base en OVV, Impunidad alcanza a 98% de crímenes contra los DDHH en Venezuela, según Cofavic, 28 de octubre de 2016.

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