Lunes, 05 de junio, 2023

En respuesta a la crisis de escasez de combustible que se cierne sobre Nigeria, provocada por la retirada de una subvención gubernamental, Isa Sanusi, director en funciones de Amnistía Internacional Nigeria, ha manifestado:

“La decisión del presidente Bola Tinubu de retirar la subvención para combustible ha aterrorizado a millones de personas nigerianas por las repercusiones que tendrá en su vida cotidiana. A muchas de ellas les preocupa no poder afrontar los gastos de educación, alimentación y atención sanitaria. El gobierno no ha sugerido aún forma alguna de mitigar el impacto de esta decisión sobre las personas con bajos ingresos.”

“Aunque se exige a todos los países que eliminen todas las subvenciones para combustibles fósiles para cumplir sus obligaciones en materia de derechos humanos en el contexto de la crisis climática, no deben hacerlo de un modo tal que impida que las personas con bajos ingresos ejerzan su derecho a un nivel de vida adecuado. Por tanto, es esencial que la retirada de la subvención se acompañe de medidas de atenuación y protección social.”

“La población nigeriana no tiene que pagar el precio de décadas de mala gestión política y económica en cuanto al régimen de subvenciones. Las autoridades deben responder por fin a las continuadas peticiones de la sociedad civil y del Parlamento para que se investigue la cadena del mercado del combustible y se responsabilice a todas las personas implicadas en el contrabando, el acaparamiento y el ‘fraude de las subvenciones’, independientemente de su rango o condición.”

“Las autoridades nigerianas deben aplicar urgentemente medidas para proteger los derechos de las personas más afectadas por la retirada de las subvenciones para combustible y dar prioridad a combatir el hambre generalizada, el aumento del desempleo y el acelerado descenso del nivel de vida.”

Información complementaria

El lunes 29 de mayo, en su discurso de investidura, el presidente Bola Tinubu declaró que se suprimirían las subvenciones para combustible en Nigeria, alegando motivos presupuestarios. La decisión provocó una fuerte subida de los precios del combustible y desató un frenesí de compra de combustible. Algunas empresas de autobuses no han podido repostar y han dejado a muchas personas sin servicio.