Lunes, 12 de septiembre, 2016
Damiano, Daniela

Si eres prisionero en Siria ya conoces el infierno, ya que tu estadía estará caracterizada por una fiesta de bienvenida que te cubrirá el cuerpo de golpes, los días en la celda estarás lamentándote por los dolores de las torturas diarias y el hambre, y seguramente, compartirás el reducido lugar con varias personas muertas, que como tú, aguantaron los más inhumanos tratos, pero no aguantaron más


 

Si eres prisionero en Siria ya conoces el infierno, ya que tu estadía estará caracterizada por una fiesta de bienvenida que te cubrirá el cuerpo de golpes, los días en la celda estarás lamentándote por los dolores de las torturas diarias y el hambre, y seguramente, compartirás el reducido lugar con varias personas muertas, que como tú, aguantaron los más inhumanos tratos, pero no aguantaron más.

De ser mujer los abusos sexuales formarán parte de tu rutina.  

De esta manera transcurren los días de miles de hombres y mujeres bajo detención por los servicios de inteligencia sirios y otras fuerzas del Estado, quienes flagrantemente violan derechos humanos azuzados por una legislación que promueve la impunidad. Lo peor es que después del año 2011 estas prácticas han ido masificándose a pesar de los esfuerzos del gobierno por mantener la información de lo que pasa dentro de esos recintos en secreto.

Amnistía Internacional publicó “It breaks the human’ Torture, Disease and Death in syria’s prisons”, un informe donde se detallan las situaciones por las que atraviesan estas personas y muestra la realidad de las personas prisioneras en Siria a través de 65 testimonios de sobrevivientes.

Uno de sus datos más escalofriantes es que desde el inicio de la crisis en 2011 han muerto más de 17.700 personas detenidas, lo que se traduce en más o menos 300 vidas perdidas al mes.  Para Philip Luther, director del Programa para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional, este es el resultado del ataque sistemático que se realiza de toda persona que se considere opositora al gobierno actual: “Las fuerzas del gobierno sirio llevan decenios utilizando la tortura como medio para aplastar a sus oponentes”.

Fiestas de bienvenidas con festín de golpes

Las personas que han sobrevivido a las prisiones sirias coinciden en que apenas pisan el recinto penitenciario son despojados de todas sus pertenencias, incluida la ropa, y son obligados a caminar hacia un patio donde comenzará una brutal golpiza que les dará la bienvenida y les recordará que en ese país está prohibido hacer oposición al gobierno.

“Tan pronto como el prisionero sale del vehículo comienza la fiesta de bienvenida. Yo era uno de los 50 hombres trasladados ese día y todos fuimos gravemente golpeados. Se utilizan cables de plástico y metal, incluso cables eléctricos. Golpean absolutamente todas las partes, incluso la cabeza”, describió Samer un abogado que fue arrestado en febrero de 2012, cerca de Hama.

Afirmó que nunca había visto tanta sangre como la que había en aquel lugar de golpiza extrema y sintió que si moría en el lugar poco les importaba a sus torturadores. Al terminar el recibimiento y entrar a su celda, preguntó a sus compañeros si esto también les había ocurrido a ellos. Su respuesta fue que este brutal comportamiento contra los detenidos eran la rutina.

Estas fiestas suelen variar de duración según el humor y la piedad que manifiesten ese día los funcionarios de seguridad. Otro testigo indicó que su recibimiento duró 3 días de golpes continuo en un frio pasillo.

Pero si eres mujer, la fiesta es mucho más salvaje. Además de los golpes, las reclusas deben someterse a procesos de seguridad donde los guardias se sienten con el derecho de revisar cualquier cavidad del cuerpo femenino, situación que a menudo termina en violaciones sexuales.

“Me esposaron y vendaron los ojos cuando llegué. Se burlaban de nosotras, decían cosas como 'venga aquí, les tengo un regalo'. El jefe del lugar era un hombre muy malo, tocó a todas las niñas de manera inapropiada. Cuando llegamos, nos llevaron a su oficina. Él nos tocaba, mientras se estaba masturbando”, explicó Maha quien fue detenida por agentes de inteligencia militar en 2012.

Confesiones falsas a costa de tortura

La gran mayoría de los testimonios de los sobrevivientes indican que durante la detención se realizaban interrogatorios acompañados con los peores tratos que una persona pudiera recibir. Golpes, descargas eléctricas, violencia sexual y psicológica son algunos de los métodos de tortura que recibían hombres y mujeres por parte de funcionarios del Estado.

Los interrogatorios podían durar días y hasta semanas. Las víctimas admitieron haber confesado situaciones falsas solo para acabar con el sufrimiento que le propinaban sus captores, sin aspirar ser libres, se conformaba con ser trasladados a otra cárcel.

"Se podría pensar que estábamos orando para ser puestos en libertad, pero en realidad la mayoría de nosotros estábamos orando sólo para escapar del infierno en el que estábamos, incluso si eso significaba que termina en Adra, una prisión civil cerca de Damasco”, dijo Hani describiendo su experiencia en prisión.

Todas las “confesiones” estaban relacionadas con vínculo o participación con grupos insurgentes que buscaban derrocar al gobierno sirio. Así lo hizo Hamoudeh, propietario de una cafetería de Damasco, detenido por agentes de Seguridad Política en febrero de 2015:

“Le dije que iba a confesar cualquier cosa, así que me pidió que confesara que yo era el mejor combatiente de un grupo armado que inventé. Sabían que estaba mintiendo, eso no importaba. Luego me pidieron nombres. Susurré al guardia: ‘Ayúdame, no tengo nombres’ y me golpearon y se fueron, entonces el guardia regresó y dijo algunos nombres de las familias conocidas de combatientes. Me preguntaron qué armas había utilizado, dije un palo y me golpearon con fuerza después de eso. Así que le dije que tenía un AK47 (fusil de asalto)”.

Los métodos de tortura a continuación han sido documentados por Amnistía Internacional desde hace más de varias décadas en en las prisiones de Siria:

-           Falaqa

Es un término árabe que se refiere a golpes en las plantas de los pies. Sobrevivientes masculinos y femeninos dijeron a Amnistía Internacional que durante la falaqa fueron obligados a tirarse boca abajo y levantar los pies, los cuales eran posteriormente golpeados en repetidas ocasiones con palos u otros instrumentos. Esta tortura impide que el prisionero pueda mantenerse de pie y caminar, además que los golpes producen heridas o ampollas que generalmente se infectan.

-           Dulab

Generalmente la víctima es forzada a sentarse en el agujero de un neumático, mientras mantiene sus manos esposadas detrás de la espalda. En esta incómoda posición los pies de la víctima y la cabeza quedan a un lado del neumático, mientras que sus manos y la espalda están en el otro. Mientras permanece en esta posición es brutalmente golpeado con distintos instrumentos en todas partes del cuerpo.

-           Shabeh

Implica que la víctima esté suspendida en el aire durante varias horas a través de las muñecas, que suelen estar esposadas a un gancho, sobre una puerta o tuberías en el techo. En esta posición a menudo la víctima es golpeada con objetos contundentes o recibe descargas eléctricas. Los presos de mayor edad se les permite mantener sus pies en el suelo.

-           Bisat al- Rog o Alfombra voladora

Se refiere a un método de tortura en que la víctima es atada boca arriba sobre una tabla de madera o de metal plegable, con el fin de juntar el torso y las piernas de las personas produciendo un gran dolor a medida que estas dos partes del cuerpo se acercan. Mientras esto acurre, la persona es golpeada o reciba descargas eléctricas por horas.

-           Violencia Sexual

Implica golpes dirigidos a los órganos sexuales de la víctima o ser violado o violada con objetos, tales como palo, tubos o dispositivo de electroshock.

-           Violencia psicológica

Comprende amenazas de muerte y/o de tortura hacia la víctima o contra sus familiares. Simulacros de ejecución, ser obligados a mirar o escuchar a otros detenidos que están siendo torturados.

Los muertos son sus compañeros de celda

Las condiciones de hacinamiento de las prisiones sirias son insoportables. Sobrevivientes afirman que en una celda de no más de 3 metros cuadrados podían llegar a encerrar a más de 40 personas, esto quiere decir que todos debían permanecer de pie y hacer turnos para realizar necesidades básicas como dormir y comer. De esta manera lo explica Jalal, un psiquiatra de Damasco quien fue detenido en 2011:

"Mi celda, en la sucursal de la Fuerza Aérea de Inteligencia en al-Mezze, era de 3 m por 2 m, y el número de detenidos una vez varió de 28 a 41 personas. Nos dieron dos pequeños azulejos para estar de pie, que implicaba 20 centímetros por 40 para cada uno. En ese pequeño espacio teníamos que hacer turnos para sentarnos, dormir y comer”.

La situación empeoraba cuando alguno de los recluidos moría dentro de la celda porque no era apartado de sus compañeros inmediatamente. Los guardias de seguridad dejaban el cuerpo de la persona entre los vivos por días, sin importar el riesgo de enfermedad e infección que pudiera producir la carne descompuesta. Esta es la historia de Farhan, quien era un profesional de la ciudad siria de Homs:

"Mi compañero de celda murió. Él estaba descansando en mi pierna, después de haber sido torturado. Llamé a la puerta para decirle que tenía una persona muerta. Ellos dijeron: 'Él no es una persona. No es más que un cuerpo, un cadáver'. Era una habitación muy pequeña. Él estuvo allí conmigo durante tres días. Nunca olvidaré el olor”.

Después de pasar los tres días con el cadáver, el mismo prisionero tuvo que sacarlo de la celda cuando los guardias se lo permitieron. Tuvo que llevarlos hasta una pila de personas muertas que se encontraba al final del pasillo, la mayoría estaba vestida de civiles. 

El número exacto de detenidos muertos en estas instalaciones no se sabe porque la gran mayoría de los prisioneros detenidos fueron sujeto de desaparición forzada, lo que significa que el gobierno sirio no reconoce su detención por completo o se niega a proporcionar información sobre su destino y el paradero a sus familiares y abogados.

Recomendaciones de Amnistía Internacional

Ante todas estas flagrantes violaciones a los derechos humanos en Siria, Amnistía Internacional ha pedido al gobierno realizar las siguientes acciones:

-           Poner fin a las desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, torturas, otras formas de malos tratos y ejecuciones extra-judiciales, dejando claro que todas las fuerzas del gobierno y milicias no tolerarán tales violaciones;

-           Asegurar que toda persona privada de libertad sea protegida contra la tortura y otros malos tratos y sea tratada con humanidad de acuerdo con las normas internacionales;

-           Poner fin a la utilización de juicios injustos y la práctica de juzgar a civiles en tribunales militares;

-           A la espera de la abolición total de la pena de muerte, detener la ejecución de cualquier sentencia de muerte y garantizar que en los procedimientos relacionados con delitos en los que este castigo podría imponerse se respete las normas internacionales más rigurosas para un juicio justo;

-           Se les permita a monitores independientes internacionales el acceso sin trabas a todas las personas privadas de libertad y facilitar que se lleven a cabo visitas de inspección sin previo aviso a todos los centros de detención para investigar;

-           Asegurarse de que todos los detenidos están registrados, tengan acceso a un abogado, puedan impugnar la legalidad de su detención ante un tribunal independiente, cuenten con acceso a la atención médica y se les permita visitas periódicas de sus familias.

ACTÚA para poner fin al horror en las cárceles sirias haciendo clic aquí.

 

Fuente: ‘It breaks the human’ Torture, Disease and Death in syria’s prisons

Traducido por Daniela Damiano @amnistia