Jueves, 08 de junio, 2017
Fernandez, Jackeline

Este año, con ocasión del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra cada 5 de Junio, el tema escogido por la ONU fue “Alza tu voz, no el nivel del mar” incluyendo en su campaña el efecto negativo que tiene la inundación de tierras productivas sobre las mujeres que las trabajan, recogen agua ya sea para la higiene o la alimentación (62% de las mujeres en el mundo se dedican a esta labor en sus comunidades) e, incluso, para su salud.


Si bien no siempre se les reconoce, las mujeres desempeñan un papel esencial en garantizar la protección de ecosistemas frágiles, la capacidad de las familias para sobrevivir a los desastres naturales y la gestión justa, eficiente y sostenible de los recursos “ Beijing+20

 

Dian Fossey, defensora de los gorilas en el Congo; Wangari Maathai, fundadora del Movimiento Verde y ganadora del Premio Nobel de la Paz; Xinia Herrera, defensora de la naturaleza en Costa Rica; Berta Cáceres, defensora de la tierra asesinada en Honduras, son solo algunos nombres de la larga lista de mujeres que se han dedicado a la defensa de la naturaleza en el mundo.

Algunas expertas, como Alicia Puleo (España) han señalado que la ecología y el feminismo “serán dos movimientos sociales fundamentales en el siglo XXI”, considerando que el movimiento feminista seguirá avanzando impelido por la energía que ha generado desde su propio andar, y que la ecología deja al descubierto las costuras del tecno desarrollo, enfrentándonos a la necesidad imperativa de reinventar nuestra noción de desarrollo.

 

Ecología y Feminismo: El baile de las que sobran

La unión de feminismo y ecología pareciera natural. Ambos movimientos han sido fustigados desde las esferas del poder durante años. Algunos líderes mundiales continúan cuestionando el papel de la mujer en la toma de decisiones y usando lenguaje sexista en sus alocuciones. Del mismo modo, la lucha por el reconocimiento del daño que hemos producido al medio ambiente no se considera una discusión prioritaria en algunos foros internacionales. Lo ocurrido recientemente con el Acuerdo de París y la decisión de EEUU de retirarse del mismo, es muestra de ello.

  El ecofeminismo nació en los 70 y se fortaleció en los 80, sus postulados apuntan hacia la relación ancestral entre las mujeres cuidadoras y la tierra como medio de sustento, frente a las prácticas de destrucción masiva de los grupos de poder que tradicionalmente obedecen a líderes masculinos. Asimismo visibiliza el deterioro del medio ambiente como un factor determinante que afecta a las mujeres en diversos aspectos, desde la imposibilidad de suministrar a sus familias alimento, hasta enfermedades como el cáncer de cuello uterino o la infertilidad por el uso de sustancias tóxicas como los xenoestrógenos, sustancias desarrolladas por el hombre que han venido sustituyendo a los arquiestrógenos, que son fertilizantes naturales. Sobre este particular, en el año 2002, la Red Medioambiental de Mujeres de Londres realizó una campaña de información que pretendía visibilizar las nefastas consecuencias que estas sustancias tenían sobre el aparato reproductor femenino.

Existen varias tendencias de ecofeminismo, desde el llamado “clásico” cuyo enfoque es dirigido hacia la esencia opuesta de hombres y mujeres, el primero que ve a la naturaleza como una fuente de recursos cuya destrucción es parte del paquete, mientras la segunda aboga por su cuidado. Existe el ecofeminismo espiritualista, alimentado por el movimiento feminista de Latinoamérica, cuyo principal objeto es la defensa de las mujeres pobres e indígenas que ven afectadas sus vidas por la destrucción de la naturaleza. Este ecofeminismo propugna abandonar la imagen patriarcal de Dios y asumir la comunión del cuerpo y el alma, entendiendo que la relación entre mujeres y medio ambiente se fundamenta en la identificación espiritual de ambas.

Por último, tenemos al ecofeminismo constructivista, cuya visión es más objetiva en cuanto a identificar la relación entre mujeres y naturaleza con base al rol de cuidadora de la mujer y su responsabilidad frente a la economía familiar. Su visión es holística, partiendo de la interacción de las mujeres con la naturaleza en labores como la recolección de agua, leña, preparación de alimentos, crianza de animales para el sustento familiar, cuidado del huerto, etc.

Lo cierto es que más allá de los enfoques, el ecofeminismo no solo pretende visibilizar la relación mujer/naturaleza más allá del asunto simbólico (Madre Tierra), sino que intenta llamar la atención sobre el peligro y los daños que se producen en la vida de mujeres y niñas al implementar políticas medioambientales que no las toman en cuenta, lo cual incide de manera negativa en cualquier programa de desarrollo que se pretenda llevar a cabo.

 

La mujer y el medio ambiente en la Plataforma de Beijing

La Plataforma de Acción de Beijing presento doce Objetivos Estratégicos, entre los cuales estaba la Mujer y el Medio Ambiente. Este objetivo reconoce el papel determinante de las mujeres en la construcción de una visión sostenible del uso de los recursos naturales, y la relación entre pobreza y deterioro del medio ambiente, cuyas víctimas principales son las mujeres. Aún hoy en día el porcentaje de mujeres que trabajan tierras de su propiedad es insignificante, pero no así el número de mujeres que han asumido la labor de defender sus vínculos ancestrales con la naturaleza, enfrentándose a costa de su propia vida, a poderes estatales y económicos.

Dentro de ese Objetivo Estratégico, la Plataforma de Acción determino tres factores “que exigían la actuación de los gobiernos en relación con el medio ambiente”:

1.- Inclusión de las mujeres en todos los niveles de participación y toma de decisiones sobre temas relacionados con el medio ambiente;

2.- Perspectiva de género en la construcción de programas y políticas enfocados en el medio ambiente; y,

3.- Seguimiento y evaluación de las consecuencias que las políticas públicas sobre medio ambiente tienen sobre las mujeres.

Numerosas organizaciones se han dedicado a formar lideresas comunitarias en materia medioambiental, un ejemplo de ello en Latinoamérica es la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Sociales y Ambientales, que en principio buscaron visibilizar el deterioro de la calidad de vida de niñas y mujeres por causa de la minería.

Este año, con ocasión del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra cada 5 de Junio, el tema escogido por la ONU fue “Alza tu voz, no el nivel del mar” incluyendo en su campaña el efecto negativo que tiene la inundación de tierras productivas sobre las mujeres que las trabajan, recogen agua ya sea para la higiene o la alimentación (62% de las mujeres en el mundo se dedican a esta labor en sus comunidades) e, incluso, para su salud.

 “…las mujeres desempeñan un papel esencial en garantizar la protección de ecosistemas frágiles, la capacidad de las familias para sobrevivir a los desastres naturales y la gestión justa, eficiente y sostenible de los recursos naturales. Aunque las mujeres han demostrado sus capacidades para gestionar los recursos naturales y adaptarse al cambio climático, con frecuencia sus aportaciones son menospreciadas o infravaloradas” Beijing+20

 Imagen: Subbotina Ana/Shutterstock

Fuentes:

http://www.redlatinoamericanademujeres.org/historia

http://www.wloe.org/que-es-el-ecofeminismo.308.0.html

http://www.lineaysalud.com/que-es/xenoestrogenos

http://www.concienciaeco.com/2016/03/08/dia-internacional-de-la-mujer-9-mujeres-defensoras-del-medio-ambiente/

http://beijing20.unwomen.org/~/media/Field%20Office%20Beijing%20Plus/Attachments/BeijingDeclarationAndPlatformForAction-es.pdf#page=118

http://www.sismamujer.org/wp-content/uploads/2016/05/0-4.pdf

http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1921

http://beijing20.unwomen.org/es/in-focus/environment