Viernes, 18 de agosto, 2017
Red de jóvenes, Red de jóvenes

 A pesar de la rapidez con la que viaja la información en la actualidad, quienes lideran el mundo, en representación de Estados y de diversos sectores económicos de la sociedad actual, siguen actuando como si viviéramos en sociedades totalmente independientes la una de la otra frente a los resultados de los conflictos armados y las catástrofes naturales, incluso cuando en varias ocasiones sus acciones militares y/o en pro de intereses económicos tienen en parte la responsabilidad de las situaciones de crisis, tal como es en el caso de la guerra en Siria, el conflicto árabe-israelí en Gaza, los derrames petroleros en África o las hambrunas en Asia.


         La guerra y los desastres naturales no son algo nuevo: la raza humana está tan acostumbrada a su presencia a lo largo de la historia documentada que ya no es extraño escuchar acerca de estos acontecimientos. Sin embargo, gracias a la globalización no solo nos enteramos más rápido que en siglos anteriores de los acontecimientos en lugares alejados físicamente de nosotros sino que  también conocemos con mayor exactitud cuáles son sus consecuencias, cómo, a quiénes y a cuántas personas afectan.

        A pesar de la rapidez con la que viaja la información en la actualidad, quienes lideran el mundo, en representación de Estados y de diversos sectores económicos de la sociedad actual, siguen actuando como si viviéramos en sociedades totalmente independientes la una de la otra frente a los resultados de los conflictos armados y las catástrofes naturales, incluso cuando en varias ocasiones sus acciones militares y/o en pro de intereses económicos tienen en parte la responsabilidad de las situaciones de crisis, tal como es en el caso de la guerra en Siria, el conflicto árabe-israelí en Gaza, los derrames petroleros en África o las hambrunas en Asia.

         La asistencia humanitaria busca dar paliativos a las rudas condiciones de vida de las personas en situaciones de conflicto o catástrofes naturales; pero a pesar de la labor humanitaria que personas voluntarias realizan en grandes y pequeñas organizaciones alrededor del mundo, se calcula que en el último siglo más de 231 civiles inocentes murieron como resultado de conflictos armados, mueren por falta de respuesta rápida frente a los desastres naturales mientras que otras pierden sus hogares y se ven obligadas a desplazarse como resultado de alguna de estas situaciones. De estas cantidades más del 51% son menores de 18 años, por lo cual la población más afectada a nivel mundial por las crisis son personas jóvenes, es decir: nuestro futuro (y nuestro presente) como humanidad está en crisis.

¿Qué puedes hacer?

Puedes actuar.

         Ya sea respecto a la situación en IrakPalestina o Europa, tu voz y tu firma pueden hacer la diferencia, ayúdanos a presionar a quienes toman las decisiones que nos afectan a todas las personas. En el último siglo se han registrado más de 231 millones de personas han muerto por conflictos armados, apoya la campaña de Naciones Unidas #NotATarget para que las fuerzas armadas de naciones y otros grupos beligerantes entiendan que las personas son seres humanos, no objetivos de guerra.

         Suma tu voz a la defensa de los derechos humanos, demos un paso al frente por aquellas personas que se han visto envueltas en conflictos y desastres que no provocaron pero de los cuales sufren las consecuencias que otros patrocinan. Apoya para que cada vez seamos más quienes puedan sumar a impactar en los cambios que queremos ver en la sociedad.

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Es nuestro deber, como jóvenes, tomar conciencia de lo que pasa alrededor del mundo, formarnos, promover el conocimiento y defensa de los DDHH, para que quienes se desempeñen como autoridades el día de mañana, no cometan los mismos errores que sus antecesores en pleno siglo XXI, haciendo de los abusos de la historia un ciclo repetitivo.

 

¡Actívate!

 

Sofìa Rojas Ustáriz.