Jueves, 09 de noviembre, 2017
Ramos, Jorgen

La tolerancia no es un fin, sino un medio. Es la calidad esencial mínima de las relaciones sociales que permite descartar la violencia y la coerción. Sin tolerancia, la paz no es posible. Con tolerancia, es posible hacer realidad numerosas posibilidades humanas y sociales, y en particular la evolución de una cultura de paz.


La tolerancia es uno de los valores humanos más respetados y guarda relación con la aceptación de aquellas personas, situaciones o cosas que se alejan de lo que cada persona posee o considera dentro de sus creencias. Se trata de un término que proviene de la palabra en latín “tolerare”, la que se traduce al español como “sostener”, o bien, “soportar”.

Podríamos definir la tolerancia como la aceptación de la diversidad de opinión, social, étnica, cultural y religiosa. Es la capacidad de saber escuchar y aceptar a los demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida, siempre que no atenten contra los derechos fundamentales de la persona.

La tolerancia no es un fin, sino un medio. Es la calidad esencial mínima de las relaciones sociales que permite descartar la violencia y la coerción. Sin tolerancia, la paz no es posible. Con tolerancia, es posible hacer realidad numerosas posibilidades humanas y sociales, y en particular la evolución de una cultura de paz.

En 1995, los países miembros de la UNESCO adoptaron una Declaración de Principios sobre la Tolerancia. La Declaración afirma, entre otras cosas, que la tolerancia no es indulgencia o indiferencia, es el respeto y el saber apreciar la riqueza y variedad de las culturas del mundo y las distintas formas de expresión de los seres humanos. La tolerancia reconoce los derechos humanos universales y las libertades fundamentales de los otros. La gente es naturalmente diversa; sólo la tolerancia puede asegurar la supervivencia de comunidades mixtas en cada región del mundo; es por ello que en todo el mundo se celebra el 16 de noviembre como el dia internacional de la toolerancia.

La Declaración describe la tolerancia no sólo como un deber moral, sino como un requerimiento político y legal para los individuos, los grupos y los estados. Sitúa a la tolerancia en el marco del derecho internacional sobre derechos humanos, elaborados en los últimos cincuenta años y pide a los estados que legislen para proteger la igualdad de oportunidades de todos los grupos e individuos de la sociedad.

La injusticia, la violencia, la discriminación y la marginalización son formas comunes de intolerancia. La educación es un elemento clave para luchar contra estas formas de exclusión y ayudar a los jóvenes a desarrollar una actitud independiente y un comportamiento ético. La diversidad de religiones, culturas, lenguas y etnias no debe ser motivo de conflicto sino una riqueza valorada por todos.

 

Concepción de la Tolerancia para la UNESCO

En un mundo diverso, la tolerancia es una condición para la paz. También es un motor del desarrollo sostenible, puesto que favorece la construcción de unas sociedades más inclusivas, y por tanto más resilientes, capaces de aprovechar las ideas, las energías creadoras y los talentos de cada uno de sus miembros.

La tolerancia es una idea en ocasiones amenazada y a menudo minoritaria. En el mundo de hoy, observo cómo en demasiados países proliferan las lógicas del repliegue y el rechazo. Observo cómo se instrumentalizan las crisis migratorias, la situación trágica de los refugiados o los conflictos armados, que son explotados para atizar el odio hacia el otro, estigmatizar a las minorías y legitimar las discriminaciones. Observo el aumento de los discursos racistas y de los estereotipos sobre las religiones o las culturas, con los que se pretende explicar que los pueblos diferentes no pueden convivir y que el mundo iría mejor si volviéramos a los tiempos antiguos en los que las “culturas puras” vivían dentro de sí mismas, protegidas de las influencias exteriores, en un pasado mitificado que nunca ha existido.

Contra esta lógica del repliegue, debemos volver a dar fuerza y sustancia a la cultura de la tolerancia. Debemos reiterar hasta qué punto las culturas se enriquecen con sus intercambios mutuos. Debemos recordar los hechos históricos, recordar cómo se mezclaron los pueblos y las identidades, dando lugar a unas culturas más ricas, más complejas, a las identidades múltiples. Podemos demostrar, apoyándonos en el testimonio vivo de las piedras del patrimonio mundial, que ninguna cultura ha crecido jamás en el aislamiento, y que la diversidad es una fuerza, y no una debilidad. Debemos reiterar que la tolerancia no es la aceptación ingenua o pasiva de la diferencia: es una lucha por el respeto de los derechos fundamentales. La tolerancia no es el relativismo o la indiferencia. Es un compromiso diario para buscar, en nuestra diversidad, los vínculos que unen a la humanidad.

La promoción del espíritu de tolerancia es el origen y el objetivo de la labor de la UNESCO. Se inspira de la Declaración de Principios sobre la Tolerancia aprobada en 1995. Se alimenta de múltiples programas educativos, culturales y científicos, en el marco del Decenio Internacional de Acercamiento de las Culturas (2013-2022), dentro de la Coalición Internacional de Ciudades Inclusivas y Sostenibles, o mediante la promoción de la educación para la ciudadanía mundial. Estos programas necesitan ser apoyados y difundidos por las políticas públicas, en los discursos oficiales y en los comportamientos cotidianos, en los medios de comunicación y en las calles de nuestras ciudades. Hago un llamamiento a todos los Estados Miembros de la UNESCO y a todos los ciudadanos del mundo para que retomen este mensaje, a fin de construir juntos unas sociedades que, precisamente por ser más tolerantes, sean más inclusivas, más pacíficas y más prósperas.

 

Premio UNESCO-Madanjeet Singh para la promoción de la tolerancia y la no violencia

El Premio UNESCO-Madanjeet Singh para la Promoción de la Tolerancia y la No Violencia recompensa actividades importantes en los ámbitos científico, artístico, cultural o de la comunicación con el objetivo de promover un espíritu de tolerancia y no violencia.

El Premio se estableció en 1995 con motivo del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia y el 125º aniversario del nacimiento de Mahatma Gandhi. También fue el año en que los Estados Miembros de la UNESCO adoptaron la Declaración de Principios sobre la Tolerancia. La creación del Premio se inspiró en los ideales de la Constitución de la UNESCO que proclama que "la paz, para no fallar, debe fundarse en la solidaridad intelectual y moral de la humanidad".

La tolerancia reconoce los derechos humanos universales y las libertades fundamentales de los demás. La gente es naturalmente diversa; solo la tolerancia puede garantizar la supervivencia de comunidades mixtas en todas las regiones del mundo.

En reconocimiento de una devoción de por vida a la paz y armonía comunales, el Premio lleva el nombre de su benefactor Madanjeet Singh , que fue Embajador de Buena Voluntad de la UNESCO, artista, escritor y diplomático indio.

Otorgado cada dos años, con motivo del Día Internacional de la Tolerancia (16 de noviembre), el Premio está marcado por una ceremonia y el ganador se presenta con la suma de US $ 100.000.

 

Fuentes consultadas:

  • http://www.unesco.org/new/es/unesco/events/prizes-and-celebrations/celebrations/international-day-for-tolerance/
  • http://www.unesco.org/new/en/social-and-human-sciences/events/prizes-and-celebrations/unesco-prizes/madanjeet-singh-prize/
  • http://www.cinu.org.mx/prensa/especiales/2007/tolerancia/
  • http://latolerancia-valorimportante.blogspot.com/2011/03/definicion-de-la-tolerancia.html
  • Imagen de shutterstock_613188038.jpg