Martes, 24 de abril, 2018
Alvarenga, Luis Miguel

Para las personas con enfermedades crónicas o con cualquier tipo de condición no hay tiempo que perder. Las ONG como Acción Solidaria constantemente hacen llamados a las autoridades venezolanas, así como a las organizaciones internacionales, para que actúen ante la emergencia humanitaria que afecta a toda la población


“En este momento, puedo decir responsablemente que las 77 mil personas registradas para recibir tratamiento antirretroviral por el Ministerio de Salud no tienen acceso a los medicamentos”, alertó el defensor de derechos humanos y fundador de la asociación civil Acción Solidaria, Feliciano Reyna, sobre la situación de las personas con VIH/Sida en un país sumergido en la peor emergencia humanitaria que ha vivido en su historia.

Una persona en Venezuela con alguna enfermedad crónica sufre día a día las penurias de: no conseguir medicamentos, que un centro de atención no pueda recibirlos o, lo que es peor, no poder comprar alimentos necesarios para vivir o sobrevivir.

La escasez de medicamentos, el colapso del sistema de salud y la cada vez más asfixiante situación económica hace que las personas tengan que añadir a sus condiciones de salud la preocupación de no saber cuándo podrá conseguir lo que necesitan, porque las autoridades venezolanas niegan la existencia de la emergencia y, por consiguiente, no hacen lo necesario para superarla.

De acuerdo con los datos recogidos por Amnistía Internacional Venezuela en el sitio web Salida de Emergencia, al menos 3 mil personas con enfermedades crónicas han estado un año sin recibir medicamentos, además de haber 120 mil personas con VIH, 16 mil ciudadanos que necesitan dializarse para vivir, 4.800 con trastornos hemorrágicos y 50 mil con distintos tipos de cáncer.

Por ello, Reyna enfatiza con dureza que en estos momentos los defensores,  activistas de derechos humanos y todos los ciudadanos deben “levantar la voz, con muchísima fuerza, y señalar a quienes desde el poder tienen la capacidad de hacer un enorme daño o de abrir las puertas para que ese daño deje de hacerse”.

Acción Solidaria, junto a otras organizaciones de derechos humanos y de la sociedad civil tienen meses alertando sobre la cada vez peor situación del país, siendo la voz de quienes sufren día a día la emergencia humanitaria y exigiendo a las autoridades que accedan a la cooperación internacional para que permitan el ingreso de medicamentos y alimentos al país.

“Esa labor es vital. Hay cantidades enormes de personas sufriendo los daños de esta situación, que es por acción y decisión humana. Es decir, esto tiene unos responsables individuales que pudiendo cambiarla, y hacer que se solucionen, no toman esas decisiones”.

Reyna recalca que “en estos momentos no hay nada que no esté siendo afectado en cualquier aspecto de la vida de cualquier persona, desde lo individual hasta lo comunitario. Todas las vidas están desestructuradas en estos momentos”.

Oídos no tan sordos

El presidente de Acción Solidaria recuerda que, en los primeros años del mandato del fallecido presidente Hugo Chávez, las organizaciones de derechos humanos y de la sociedad civil, pudieron acceder a conversar con algunos funcionarios del alto gobierno, quienes reconocieron las necesidades de algunos sectores sociales como las personas con VIH/Sida.

“Aún en 2004, cuando todavía se rendían cuentas de alguna manera, nosotros pudimos sentarnos en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales con cuadernos abiertos para señalar cuáles son las deudas, las empresas farmacéuticas, los mecanismos para la adquisición de medicamentos genéricos, las cantidades que se necesitan. De hecho, tuvimos un proceso de negociaciones muy significativas”.

Relata que en la Organización Panamericana de la Salud sostuvieron encuentros con representantes de la Defensoría del Pueblo y del Programa Nacional de VIH, así como con las autoridades del IVSS, con quienes se lograron “decisiones políticas en materia de salud muy importantes”.

En la actualidad, Reyna lamenta que los oídos de las autoridades se hayan vuelto cada vez más sordos, que va en consonancia con un “desvío hacia un proyecto político de mayor dominación que está causando los gravísimos daños” y que ha tenido en la mira a los defensores y activistas de derechos humanos.

Muchas han sido las situaciones en las que se registran persecuciones, señalamientos y desprestigio contra la labor que realizan las personas dedicadas a defender la dignidad de la vida, en especial cuando las condiciones del país hacen que la vulnerabilidad de estas sea mayor.

“Siempre va a ser una relación de mucha tensión, porque la tentación de abusar del poder, de manipular los instrumentos nacionales e internacionales siempre va a estar ahí, aún donde se estima que hay desarrollos muy importantes en materia de derechos humanos”.

Acciones de vida o muerte

Para las personas con enfermedades crónicas o con cualquier tipo de condición no hay tiempo que perder. Las ONG como Acción Solidaria constantemente hacen llamados a las autoridades venezolanas, así como a las organizaciones internacionales, para que actúen ante la emergencia humanitaria que afecta a toda la población.

Feliciano Reyna pide encarecidamente a quienes están en lo más alto del poder que entiendan lo que su decisión, o falta de ella, provocan en la población.

“Cuando digo sus decisiones, me refiero a crear mecanismos que no son garantía universal de derecho, como las bolsas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), porque se convierten en un mecanismo de control coercitivo contra las personas en condiciones más vulnerables”.

El defensor apunta, con tristeza, que el diálogo político que se realizó en República Dominicana fue un espacio en el que “hubo una mínima posibilidad” de lograr que las autoridades venezolanas escucharan el clamor de los ciudadanos, pero no se logró.

En estas reuniones, realizadas entre 2017 y 2018, participaron representantes del Estado, de partidos políticos opositores y de diferentes organizaciones no gubernamentales para tratar de establecer una hoja de ruta que permitiera destrabar el juego político y solucionar las crisis económicas, sociales y, sobre todo, en materia de salud.

“En la negociación que empezó a ocurrir en República Dominicana se abría una puerta a nosotros para poder tener un diálogo con quienes ahí estaban representando al gobierno, pero al final no fue posible”.

Pese a ello, los defensores y activistas de Acción Solidaria, así como de las ONG agrupadas en la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y a la Vida (Codevida), no desmayan en su titánica labor de exigir que se garanticen los derechos humanos de todos los venezolanos.

Acceder a la cooperación internacional, permitir el ingreso de alimentos y medicinas al país, a través de las agencias de la Organización de Naciones Unidas (ONU), y aceptar los donativos de países que ya manifestaron su disposición de ayudar a los venezolanos, son algunos de los clamores hechos a quienes ostentan el poder.