Lunes, 02 de abril, 2018
Daniela Damiano

Debido a la tasa de mortalidad por armas de fuego que se han registrado en Venezuela durante varios años y preocupados por el respeto y garantía de los derechos humanos, Amnistía Internacional Venezuela lanzó en 2012 la campaña "Basta de Balas", que busca generar conciencia en la población sobre la necesidad de la reducción de la violencia armada y en la exigencia de políticas públicas efectivas para el control de las armas y municiones en el país


“Basta de Balas” es una campaña local de Amnistía Internacional (AI) Venezuela que nace bajo la premisa de fomentar el control de armas y municiones que se crean, importan, distribuyen y utilizan en el país, con el fin de disminuir los índices de violencia y mortalidad causadas por las armas de fuego.

Esta campaña local se desprendió de un tema global prioritario para AI enfocado en la “prevención del comercio de armas”. Basta de Balas, posteriormente, fue moldeada para atender los problemas que existen en Venezuela con respeto al tema macro.

Desconcertados por un panorama venezolano bastante desalentador que mostraba que la tasa de mortalidad por armas de fuego superaba la cantidad de fallecidos por epidemias mortales a nivel mundial, AI decide lanzar una nueva campaña llamada “Basta de Balas” en el año 2012.

En la actualidad Venezuela tiene una tasa de homicidios de más de 70 asesinatos por cada 100 mil habitantes. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS); al momento de atender epidemias, una tasa de fallecimientos de 20 personas por cada 100.000 habitantes se considera una situación grave, y una tasa de 30 fallecimientos por cada 100.000 habitantes se considera una situación extremadamente grave.

A estos mortales indicadores, se sumó el hecho de que en nuestro país, la industria militar venezolana producía 30 millones de municiones por año, lo que representaba más de una bala por habitante.

Según el encargado Senior de Campañas Tácticas y Respuesta a la Crisis para el Secretariado de Amnistía Internacional (AI), de la Oficina Regional de México, César Marín, “Basta de Balas” surge en un momento en que estaba en escena la discusión de políticas públicas para el control de armas en Venezuela, y la preocupación sobre el respeto a los derechos humanos asociado a la violencia armada.

¿AI Venezuela había trabajado anteriormente el tema de la violencia armada en nuestro país?

No era la primera vez que AI abordaba estos temas, ya que antes de Basta de Balas se habían lanzado otras campañas vinculadas con el respeto a la vida y la disminución de la violencia armada. “A finales de los años 90 AI lanzó una campaña llamada Respetemos la vida, cuyo objetivo era posicionar los derechos humanos alrededor del tema de la violencia armada, y rechazar los discursos que eran contrarios y promotores de la transgresión de este tipo de derechos”, dijo Marín.

Posteriormente, en el año 2004, se creó otra campaña denominada No Disparen que surge en el preciso momento en que AI intentaba influenciar los primeros debates públicos para generar políticas sobre el control de armas y desarme en el país. Esta campaña también coincidió con el auge de la campaña mundial por el Tratado de Comercio de Armas, destacó.

¿Es una campaña que nace en la sede de Amnistía Venezuela o intervinieron factores externos?

“Basta de Balas salió de una reunión que tuvimos algunos integrantes de Amnistía Venezuela en su sede principal, donde se analizó la alta producción que tenían las balas en nuestro país y las consecuencias que esto ocasionaba. El dato de la creación masiva de balas dio pie para la creación del lema”, explicó.

Posteriormente, para la creación del logo, dijo que se hizo una competencia abierta a todo público de cualquier parte del planeta, donde se le exigía a la gente que enviaran los mejores diseños basados en el concepto de la campaña. Afortunadamente, el ganador fue un venezolano miembro activo de Amnistía que residía en la Isla de Margarita. 

¿Cuál es la estrategia de acción de Basta de Balas?

Marín manifestó que esta campaña orienta sus esfuerzos hacia tres carriles: “El primario era intentar vincular a otras organizaciones de la sociedad civil, para hacer una plataforma de influencia hacia distintas instancias públicas que generen una política de control de armas, económicamente sostenible a largo plazo”.

En el segundo componente se trató de posicionar un mensaje público asociado a unos de los principales datos de impacto que le dio forma a la campaña, basado en las declaraciones del presidente de la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares, (CAVIM), quien, en ese momento, afirmó que en Venezuela se producían 28 millones de balas al año, cifra que no era suficiente para cubrir la demanda del mercado que existía.

Partiendo de estas declaraciones, AI realizó un mensaje audiovisual que, de manera muy clara, rechazaba el hecho de que en Venezuela se pretendía producir más balas, superando el número total de la población.

Finalmente, el tercer carril, tenía como propósito “apuntalar el activismo con la sección y el de la gente en general, a favor de la fase final de la discusión del Tratado de Comercio de Armas que se realizaba en la Organización de Naciones Unidas (ONU) y, por supuesto, instar a que Venezuela suscribiera este acuerdo”, indicó.

¿Basta de Balas sirvió para influenciar a otras campañas en otras partes del mundo sobre el control de armas?

“Por supuesto. Los productos que hicimos y los conceptos de campaña que realizamos, fueron usados en secciones tan lejanas como las de Amnistía Hungría. Igualmente, la conceptualización de Basta de Balas ha sido utilizada por Amnistía Brasil, para intentar establecer una campaña interna vinculada a los “Jóvenes negros vivos” y, en Estados Unidos, se usó contra la brutalidad policial hacia personas afrodescendientes”, indicó.

Del mismo modo, reiteró que la campaña no solo sirvió desde la perspectiva de su aplicabilidad y manifiesto público, sino que también se está utilizando en la actualidad para dar pie a nuevas campañas en otros países, que tienen alguna relación con el uso indiscriminado de armas de fuego y el flagelo a los derechos humanos.

¿La campaña trata casos particulares de personas afectadas por la violencia armada?

“No, la campaña no se refiere directamente a las víctimas de este tipo de violencia; se enfoca más bien en el proceso anterior: la prevención”. Marín manifestó que todo lo que Basta de Balas procura es que exista una política que prevenga la ocurrencia de una violencia armada a niveles tan altos como el caso venezolano, controlando las armas que están en manos de los cuerpos encargados de hacer cumplir la ley y en las manos de los civiles.

Sin embargo, la campaña tiene una arista que se dirige a alentar la creación de políticas públicas que protejan y den atención psicológica y/o fisioterapéutica adecuada a las personas que han sido víctimas de la violencia armada y a familiares afectados por esta situación, explicó.

En el caso de las víctimas y victimarios, el experto afirmó que en el país existe un problema de sectorización de la violencia, ya que “prácticamente el 82%  de las personas que están implicadas en este tipo de violencia como víctimas o victimarios, son jóvenes, varones, provenientes de zonas populares”.

Sin embargo, esta observación no reduce el campo de acción de la campaña. Para Basta de Balas es importante cualquier persona que es víctima o una posible víctima de cualquier agresión con armas de fuego, “sea hombre, mujer, niño o anciano”.

¿Qué se ha logrado a través de esta campaña?

Durante el período de picos de la campaña, hubo cambios positivos en el activismo. “Muchísima gente se plegó a Amnistía, la membresía creció enormemente, casi duplicándose, y, definitivamente, cumplimos con el posicionamiento del mensaje”, dijo.

Marín indicó que la influencia para el cambio o corrección de políticas públicas, hasta ahora no se ha logrado: “Aún no hay una política pública integral sobre el control de armas en el país”.

Sin embargo, dijo que la campaña sí influenció en algunos aspectos de la Ley para el Desarme y Control de Armas y Municiones, y en la actuación de algunos organismos de seguridad del Estado: “Sirvió para trabajar y discutir con algunas instancias el tema de la necesidad de mayores controles para la intermediación y el corretaje de armas de fuego entre países; en el aumento de la participación de organizaciones en planes de canje y desarme civil, y, también funcionó, para definir algunas regulaciones en materia de producción de armas”.

No se logró que se considerara textualmente dentro de la legislación la oportuna atención a las víctimas, pero sí se reconoció en mesas de análisis y debate como un problema al que hay que prestarle atención con urgencia, puntualizó.

Basta de Balas también influenció en gran medida a la campaña por el Tratado del Comercio de Armas y la firma de este en otros países, pero paradójicamente, no se logró que Venezuela se adhiriera a este acuerdo internacional. 

¿Por qué Venezuela no ha suscrito el Tratado de Comercio de Armas?

La razón es una mala interpretación que le da el gobierno venezolano a este acuerdo. “Ellos interpretan que el tratado es una herramienta para que países productores de armas puedan limitar el acceso a otra naciones que no son productoras para debilitar la seguridad y defensa de su soberanía nacional”, explicó Marín.

Sin embargo, existen ejemplos claros de países productores e importadores de armas como Brasil, México y Argentina, que han reconocido este tratado como la mejor manera para disminuir los índices de violencia en la región, a través de la regulación adecuada de la circulación de armas.

El experto resaltó la necesidad de que Venezuela suscriba inmediatamente este tratado, en aras de establecer controles a los productores, intermediarios y receptores, para evitar que las armas circulen entre personas inadecuadas,  y hagan de nuestro país un lugar más inseguro. 

“Sin regulación en la trasferencia de armas, es mucho más probable que ellas lleguen a personas que atenten contra la seguridad integral de los demás. La seguridad humana, entendida como la posibilidad de que los ciudadanos puedan llevar una vida normal y digna, también está en peligro”, reiteró.

¿Quién es el principal responsable de que se use ilegalmente las armas en el país?

La responsabilidad de producir, importar, distribuir y comercializar las armas en Venezuela, recae en los organismos de seguridad del Estado, aseguró Marín.

“Si ahora se está notando con más frecuencia que ciertos grupos de personas están portando ilegalmente armas para cometer actos delictivos, existe una debilidad en las leyes y en su aplicación que debe ser revisada”, señaló.

También exhortó a las personas responsables del control de armas en el país, a preguntarse cómo se pierde un arma y/o una bala del arsenal de la Fuerza Armada Nacional. El experto destacó que evidentemente se están vulnerando los sistemas de abastecimiento de armas para que estas lleguen a las manos equivocadas.

Sin embargo, manifestó que los grupos que tienen acceso a este tipo de armas aún son muy reducidos, y que pueden ser controlados por ciertos tipos de cuerpos de seguridad ,entrenados para ello.

¿Cuál es su opinión sobre la Ley de Control de Armas venezolana?

La ley actual no es perfecta, pero tampoco es la peor. Es una ley que permite mucho trabajo en favor de la reducción de la violencia armada y el fomento de policías de control a todos los niveles. Lo malo es que no se ha visto un intento de implementación ni reporte serio, explicó.

Hizo hincapié en que ninguna ley cambia la realidad, por muy buena que sea. En Venezuela el error recurrente ha sido tratar de vender que la solución para los problemas se resuelve a través de las leyes.

“La ley no va a cambiar la realidad de Venezuela si no hay voluntad, la obligación de implementarla, ni de rendir cuentas sobre lo que ha logrado y lo que falta por hacer”, señaló.

Finalmente, Marín destacó que la campaña Basta de Balas continúa teniendo vigencia hoy en día por la situación en la que está el país y porque los índices de violencia armada se han mantenido, e incluso han aumentado aún más desde el año de su lanzamiento.

“Tiene tanta vigencia que aún AI Venezuela participa en los debates, publicaciones y cualquier otro esfuerzo de la sociedad civil y de la academia en pro de proponer insumos y mejores medidas de control de armas en el país”, manifestó.

El trabajo por los derechos humanos y la reducción de la violencia armada en la sección de AI Venezuela es histórico, porque viene de la década de los 90, y no va a parar ahora, a pesar de que se manejen otras campañas y otras prioridades a nivel mundial.