Miércoles, 04 de julio, 2018
Romero, Victoria

Atena Daemi, 27 años, fue condenada en mayo de 2015 a 14 años de cárcel por su activismo en contra de la pena de muerte. Se atrevió a críticar en Facebook y Twitter las ejecuciones y las violaciones de derechos humanos en Irán, así como a participar en concentraciones convocadas frente a la prisión en solidaridad con las familias de los condenados a muerte. Desde que la detuvieron tiene problemas de salud pero las autoridades no le permiten recibir atención médica especializada fuera de la prisión.


 

Atena Daemi, defensora de los derechos humanos por quien Amnistía Internacional lleva tiempo trabajando necesita tratamiento médico urgente y las autoridades de la prisión de Evin se niegan a hospitalizarla.

La negación deliberada de tratamiento médico a una persona cuyo estado de salud es crítico es  flagrantemente ilegal y puede constituir tortura. Al negarse a trasladar a Atena Daemi al hospital, las autoridades iraníes están dañando su salud y poniendo potencialmente su vida en peligro
Magdalena Mughrabi, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.

Los cargos contra Atena tienen su origen en su participación en concentraciones fuera de las prisiones, producto de la solidaridad que mostró con las familias de los reclusos condenados a muerte, la distribución de panfletos contra la pena de muerte y su relación con defensores de los derechos humanos y las familias de las personas que murieron durante la represión posterior a las elecciones de 2009, además de sus críticas en Facebook y Twitter de las violaciones de derechos humanos en Irán.

Atena Daemi fue declarada culpable de estos cargos después de un juicio extremadamente injusto en un Tribunal Revolucionario de Teherán en 2015. Al parecer, el juicio no duró más de 15 minutos y tuvo lugar al mismo tiempo que el de otros tres presos de conciencia.

Amnistía Internacional
El tremendo absurdo de estas condenas y las prolongadas penas de prisión reflejan hasta qué extremos es capaz de llegar el poder judicial de Irán para ahogar la libertad de expresión.

En medio de la problemática, Atena inició una huelga de hambre  y su estado de salud se ha deteriorado preocupantemente, estuvo tosiendo sangre y ha tenido una gran pérdida de peso, náuseas, vómitos, fluctuaciones de la presión sanguínea y dolor de riñones. Los médicos han advertido que necesita hospitalización inmediata, pero las autoridades de la prisión de Evin, en Teherán, se han negado a autorizar su traslado a un hospital para que reciba tratamiento médico.

Amnistía Internacional insta a  las autoridades iraníes a trasladar de inmediato a Atena Daemi, defensora de los derechos humanos encarcelada cuya salud se ha deteriorado bruscamente, a un hospital fuera de la prisión para que pueda recibir la atención médica especializada que requiere.

 “La negación deliberada de tratamiento médico especializado a una persona cuyo estado de salud es crítico no es sólo flagrantemente ilegal, sino que además es cruel y puede constituir tortura. Al negarse a trasladar a Atena Daemi al hospital, las autoridades iraníes están dañando su salud y poniendo potencialmente su vida en peligro”, ha manifestado Magdalena Mughrabi, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.

Atena Daemi fue trasladada a un hospital fuera de la prisión para que se le realizaran unas pruebas médicas organizadas por su familia, pero fue devuelta al centro penitenciario antes de que se recibieran los resultados de dichas pruebas. En una consulta de seguimiento, su médico dijo que Atena debía ser ingresada de inmediato en un hospital. Sin embargo fue devuelta de nuevo a la prisión. Más tarde, fue conducida a la clínica del centro penitenciario porque había tosido sangre.

Atena Daemi necesita atención médica urgente.

 

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