Viernes, 15 de marzo, 2019
Ruocco, Darlymar

La violencia es una de las principales causas de violaciones de derechos humanos en el mundo. Y que la violencia esté presente en los espacios escolares y millones de niños en el mundo se vean afectado por esta problemática global, no es un secreto.


Hoy en día, existe una parte significativa de los jóvenes que asisten a las escuelas y su posible encuentro con situaciones de amenazas, agresiones, difamaciones y condiciones de baja autoestima no es un hecho aislado de su convivencia escolar. Sin embargo, nunca es tarde para visibilizar y prevenir lo que ocurre en esos lugares tan importantes para su crecimiento personal, que sean espacios totalmente seguros para ellos y para toda persona que haga vida en él, y que su desenvolvimiento académico no se vea afectado, por no tener un ambiente escolar seguro y de sana convivencia.

El dolor, las angustias por ser diferentes y el miedo a sus pares o a cualquier miembro de la institución educativa se ha vuelto una presión diaria intolerable para aquellos que han sido víctimas de la violencia escolar o han sido observadores de un hecho en el cual no han podido intervenir de manera positiva. Evitar por completo las consecuencias negativas que la violencia escolar les ha causado a muchos jóvenes o a cualquier persona que se encuentra en el ambiente escolar, es una de las tareas más difíciles e importantes que hoy muchas personas afrontan con los más pequeños y no tan pequeños del hogar.  

La violencia es una de las principales causas de violaciones de derechos humanos en el mundo. Y que la violencia esté presente en los espacios escolares y la posibilidad de que millones de niños en el mundo se vean afectado por esta problemática global, no es un secreto.

Palabras claves como “Concientizar, formar y promover” debe estar orientado el enfoque de los responsables que hacen vida en las instituciones educativas y pueden crear planes de acción para que la violencia escolar no sea un indicador más, donde muchas veces también pueden ser ellos, víctimas de una situación de violencia escolar, los docentes, el personal administrativo, visitantes, padres y representantes.

Amnistía Internacional Venezuela se ha enfocado en las palabras claves mencionadas con anterioridad en el texto. Concientizar en cuanto a los desafíos que afrontan los niños y niñas en ambientes escolares no seguros, invitando a todos los que forman parte de él, a formarse en derechos humanos, empoderar a los jóvenes para que sean agentes de cambio a través de actividades participativas. Con la puesta en practica a generar propuestas para promover el fortalecimiento de los valores sociales, creando un espacio seguro y de sana convivencia, no hace falta ser víctima de violencia escolar para querer cambiar esta situación.

 

El miedo, el maltrato y la intimidación ya no será “algo nuevo que contar” deun niño, niña o adolescente, la escuela será un lugar seguro.

 

La Red de Jóvenes de Amnistía Internacional Venezuela ha elaborado un plan de “Activismo creativo para la reducción de la violencia escolar” en donde participan alumnos, docentes, personal administrativo y otros acompañantes de la institución educativa en actividades creativas, innovadoras y atractivas para los jóvenes, incrementando la participación juvenil en busca de crear espacios seguros, dinámicos y de aprendizajes sostenibles en el tiempo para la reducción de la violencia escolar.

Las perspectivas juveniles ocupan un lugar central en el trabajo de Amnistía Internacional, integrar las preocupaciones de la gente joven en nuestro trabajo y empoderar a jóvenes a través de la educación en derechos humanos, posibilita la participación de las personas jóvenes y se crea un mundo más inclusivo donde las desigualdades e injusticias no tienen ni tendrán espacios.

La invitación siempre se les realizará a todos los colegios, que están dispuestos a crear ambientes seguros, fomentar la educación en derechos humanos, fortalecer los valores sociales e impulsar una generación de jóvenes, líderes que reclaman y defienden sus libertades.

“La educación en derechos humanos sirve para empoderar a las personas, especialmente a las víctimas de abusos, para que exijan pleno respeto de sus derechos. Buscamos que las personas desarrollen habilidades y actitudes necesarias para promover la igualdad, la dignidad y el respeto”.

Amnistía Internacional.