Lunes, 12 de agosto, 2019
Por Ontivero, Kristhian F.

Vivimos en una época en la que damos por sentado muchas cosas que antes no teníamos, como los teléfonos móviles y el Internet. Se trata de avances tecnológicos que han marcado nuestras vidas, al punto de que ya no podemos imaginar vivir sin ellos. Lo mismo pasa con los derechos humanos, esa “armadura” que tenemos desde el momento en que nacemos, por el simple hecho de estar de ser personas.


Vivimos en una época en la que damos por sentado muchas cosas que antes no teníamos, como los teléfonos móviles y el Internet. Se trata de avances tecnológicos que han marcado nuestras vidas, al punto de que ya no podemos imaginar vivir sin ellos. Lo mismo pasa con los derechos humanos, esa “armadura” que tenemos desde el momento en que nacemos, por el simple hecho de estar de ser personas.

Desde la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) definen esta “armadura” como “los derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición”. Es decir, se trata de derechos que no conciben discriminación alguna, y en su condición de irrevocables, inalienables, intransmisibles e irrenunciables, aplican para todos por igual y reflejan los estándares mínimos para que podamos vivir con dignidad.

Con la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) en 1948, la humanidad dio un paso inédito en dirección al surgimiento de una nueva época de progreso que dejara bien atrás los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Así las naciones de todo el mundo decidieron posicionarse en contra de la injusticia y promover la creación de un nuevo paradigma ético en el que todos estemos incluidos y vivamos en sociedades donde nuestros derechos y libertades estén plenamente garantizados.

No obstante, estos derechos no son útiles estando solo en el papel. Si no los defendemos y luchamos por que se respeten, quedarán solo como una utopía. Tal y como las plantas, deben ser regados y atendidos para que produzcan frutos y sirvan de base para generar un cambio positivo. Defender los derechos humanos no es hacer el trabajo de un héroe, es contribuir a generar un cambio democrático en las sociedades.

Ahora bien, el Estado es el principal actor que debe garantizar el respeto a los derechos humanos de los ciudadanos; sin embargo, la responsabilidad de tomar acciones para proteger los derechos humanos no recae exclusivamente en él. Todos podemos ser defensores de los derechos humanos desde los espacios en los que nos desenvolvemos día a día. Entre las formas en las que podemos promover el respeto a los derechos humanos a nivel regional y local están:

  1. Informarse sobre las actividades de las ONG, movimientos y grupos de acción en defensa de los derechos humanos más cercanos.
  2. Participar en eventos locales patrocinados por organizaciones sin fines de lucro y ONG que fomenten la educación en derechos humanos y el empoderamiento de las personas para fungir de líderes en sus comunidades.
  3. Hacer donaciones a organizaciones pro-derechos humanos que planifiquen campañas informativas, con el objetivo de animar a las personas a unirse a los grupos de voluntariado.
  4. Firmar o iniciar peticiones que tengan como fin presionar a las autoridades para la creación de leyes que defiendan los derechos humanos a nivel local, regional y nacional.
  5. Denunciar ante las autoridades competentes cualquier posible caso de violación de derechos humanos, posterior a una investigación previa.
  6. Utilizar cualquier medio de comunicación escrito o electrónico para difundir información sobre la defensa de los derechos humanos y hacer que este mensaje llegue a nuevas audiencias.
  7. Organizar acciones de activismo creativas que inviten a todos los miembros de la comunidad a integrarse a la lucha por la defensa de los derechos humanos, así como también promover talleres de sensibilización en materia de violación de derechos humanos. Entre otras.

Una persona que actúa en favor de los derechos humanos se toma las injusticias como una cuestión personal y muestra empatía ante el sufrimiento ajeno. Los defensores de derechos humanos se esfuerzan en “promover y proteger los derechos civiles y políticos y en lograr la protección y el disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales”. Asimismo, llevan a cabo actividades que sirven de apoyo para las víctimas de violaciones de derechos humanos, y trabajan para darle visibilidad a los problemas que enfrentan las minorías más vulnerables. Es por esto que desde Amnistía Internacional trabajamos incansablemente para lograr que sean liberados todos los prisioneros de conciencia, se abole la pena de muerte, se regule el comercio internacional de armas y se ponga fin a la impunidad en los casos de vulneración de derechos humanos en todo el mundo. Defender los derechos humanos necesita pasión, valentía y compromiso; porque no se trata solo de un oficio más, sino de luchar por transformar vidas y realidades.

 

Referencias:

¿Qué son los derechos humanos? Oficina del Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH). Recuperado de https://www.ohchr.org/sp/issues/pages/whatarehumanrights.aspx

Promoción de los derechos humanos. Organización de las Naciones Unidas. Recuperado de https://peacekeeping.un.org/es/promoting-human-rights

10 Ways to Defend Human Rights on International Human Rights Day (#HRD). (2010). EarthRights International. Recuperado de https://earthrights.org/blog/10-ways-to-defend-human-rights-on-international-human-rights-day-hrd/

Sobre los defensores de los derechos humanos. Oficina del Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH). Recuperado de https://www.ohchr.org/SP/Issues/SRHRDefenders/Pages/Defender.asp