Sábado, 20 de junio, 2020
petraglia, Enza

El financiamiento, las políticas y la colaboración internacional no han sido suficientes para el Ecuador, Perú, Colombia, Panamá y otros países que son destinos frecuentes de migrantes venezolanos con necesidad de protección internacional, agudizan el proceso migratorio e inevitablemente, no han cesado las trabas sociales para que los refugiados tengan una sana convivencia en los países donde deciden establecerse y reciban asistencia humanitaria


Por Héctor Alejandro Bernal

Durante los últimos años, las principales organizaciones y medios de comunicación han fortalecido la importancia de la participación y la cooperación óptima de las naciones en la asistencia humanitaria, que no solo incluye enviar la ayuda necesaria a los países en crisis, sino recibir el debido proceso a inmigrantes en busca de un refugio temporal o permanente.

En la Asamblea General de las Naciones Unidas, llevada a cabo el 11 de diciembre de 2008, “fueron reconocidos los beneficios que genera la colaboración y la coordinación con los agentes humanitarios competentes para la eficacia de la respuesta humanitaria y se motiva a continuar colaborando con las organizaciones internacionales de ayuda humanitaria. Filippo Grandi, Alto Comisionado de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), hizo referencia a la situación de los refugiados venezolanos, durante una conversación con El mundo de España: “es una enorme crisis humanitaria, pero no captó la atención de la comunidad internacional, excepto en la región; y eso se tradujo en contribuciones financieras que hasta ahora han sido muy, muy pobres ".

Hasta ahora, la ayuda proveniente del Fondo de Emergencia de la ONU se ha centrado en las naciones sudamericanas que han recibido la mayoría de los cuatro millones de venezolanos que han abandonado el país en medio de un éxodo masivo. El sitio web del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia muestra que ha proporcionado $ 6.2 millones para la «Crisis Regional de Refugiados y Migración de Venezuela». , las políticas y la colaboración internacional no han sido necesarias para que Ecuador, Perú, Panamá y otros países que son destinos frecuentes de migrantes venezolanos, agudicen el proceso migratorio e inevitablemente, no han cesado las trabas sociales para que los refugiados tengan una sana convivencia en los países donde deciden establecer y recibir asistencia humanitaria. ¿Quiénes deben tomar acciones ante la crisis de refugiados?

La periodista venezolana Raylí Lujan, colaboradora de Prodavinci, reportó la dificultad que significó el intento del ingreso de la ayuda humanitaria a Venezuela en febrero de 2019, al narrar cómo muchas personas colaboraron con el tránsito de los vehículos que transportaban comida, medicamentos y otros recursos que representan unos meses más de vida para enfermos y personas de bajos recursos en estados adyacentes a la frontera de Cúcuta. "No necesito la ayuda y tampoco nadie de mi familia, gracias a Dios, pero aquí estoy. Vine por quienes sí la necesitan, por mi país, porque salga adelante ”, consideró un hombre que estaba presente, mientras se encontró sobre uno de los camiones; un destello de solidaridad desinteresada.

Es imprescindible destacar que la asistencia humanitaria no es una cuestión que le compite específicamente a la administración de cada país; sus ciudadanos forman parte activa de la respuesta ante las situaciones que pueden poner el riesgo el bienestar y el desarrollo de las personas.

Asimismo, los Estados del mundo deben dirigir sus esfuerzos a la educación de corto y largo plazo en la sociedad actual y de relevo, que genere conciencia sobre la actuación que se debe tener frente a la llegada de inmigrantes, las donaciones y el envío de asistencia humanitaria, para poder participar de forma activa como agentes de cambio y que la solidaridad se torne un valor natural. De igual manera, los líderes de cada país son quienes tienen la responsabilidad de ser los principales agentes de cambio para generar las condiciones idóneas que requieren el recibimiento adecuado, gestión migratoria y desarrollo de los refugiados en todos los aspectos humanos bajo el cumplimiento de derechos universales .

La xenofobia, racismo, estigma por enfermedades, género, religión y profesión siguen siendo problemas que interfieren con la respuesta oportuna ante la crisis y quienes asisten a asistencia humanitaria. Continúa siendo un conflicto individual, que genera más daños y problemas sistemáticos del que implican las personas en situación de peligro que se desplazan a otros países.

Es importante que cada ser humano comprenda el valor de la generosidad y su futura retribución. Hoy son los venezolanos, sirios, mexicanos, entre otros. Mañana podría ser cualquier país el que esté en medio de la crisis social, económica o natural. Por lo que cada quien debe comprender una oportunidad, una donación o simplemente la modificación de un estigma, puede traducirse a la preservación de la vida de las personas que están en una situación crítica y es un trabajo que nos atañe a todos.