Lunes, 23 de mayo, 2016

El trato que dispensan las autoridades de Bangladesh a un destacado periodista de 81 años, que lleva varias semanas recluido en régimen de aislamiento y privado de atención médica necesaria para problemas crónicos de salud que pueden tener consecuencias mortales, representa un acto de crueldad. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy.


El trato que dispensan las autoridades de Bangladesh a un destacado periodista de 81 años, que lleva varias semanas recluido en régimen de aislamiento y privado de atención médica necesaria para problemas crónicos de salud que pueden tener consecuencias mortales, representa un acto de crueldad. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy.

Shafik Rehman, director de lsa revista mensual Mouchake Dhil, fue detenido el 16 de abril, por su presunta participación en un conspiración para asesinar a Sajib Wazed Joy, hijo de la primera ministra del país, Sheij Hasina.

“Las autoridades bangladeshíes debe poner fin a la prolongada reclusión de Shafik Rehman en régimen de aislamiento y garantizar su bienestar. Es absolutamente increíble que se niegue a un hombre de 82 años, diabético y con antecedentes de problemas cardíacos la atención médica que necesita”, ha señalado Champa Patel, directora de la Oficina Regional para el Sur de Asia de Amnistía Internacional.

Según el abogado y la familia de Shafik Rehman, desde el 27 de abril está en recluido en régimen de aislamiento en la cárcel central de Kashimpur, que es una prisión de máxima seguridad, sin que se le permita interactuar con otros presos. Desde que lo detuvieron apenas ha tenido acceso al equipo que se ocupa de su defensa ni a sus familiares.

Shafik Rehman padece varios problemas de salud crónicos, como diabetes y trastornos cardíacos. Sin atención médica, su salud corre peligro. Según miembros de su familia, ha empeorado considerablemente y ha perdido peso de manera notable desde que está en régimen de aislamiento. La familia está muy preocupada por su bienestar a largo plazo mientras siga en prisión.

El 19 de mayo lo llevaron apresuradamente a un hospital de Dacca por un problema relacionado con su diabetes. Tras hacerle un reconocimiento, lo devolvieron a Kashimpur, donde actualmente lo atienden en el centro médico de la prisión.

Amnistía Internacional ve también con grave preocupación los efectos que puedan tener los largos periodos de reclusión en régimen de aislamiento en su salud mental. Las autoridades de la prisión niegan a Shafik Rehman incluso lápiz y papel para escribir en la celda.

Represión constante de los medios de comunicación

Shafik Rehman es un conocido simpatizante del Partido Nacionalista de Bangladesh, principal formación política de oposición, y ha sufrido varias veces hostigamiento de las autoridades por su labor periodística.

Este año se han producido en Bangladesh una sucesión de detenciones ilegales de periodistas y directores de publicaciones, pues las autoridades con cada vez más intolerantes con los medios de comunicación independientes y las voces críticas.

El 25 de abril detuvieron también a Mahmudur Rahman, director de la publicación afín a la oposición Amar Desh, por presunta participación en la conspiración para asesinar a Sajib Wazed Joy. Anteriormente, en 2013, había sido detenido por cargos de sedición y estuvo más de dos años recluido ilegalmente.

En febrero de este año se presentaron cargos contra Mahfuz Ahnam, director del periódico Daily Star, en un total de 83 causas en aplicación de la Ley contra Sedición y la Ley contra la Difamación.  En determinado momento se dio la situación imposible de que debía comparecer ante distintos tribunales de múltiples distritos en el mismo día.

Por otro lado, en febrero de 2016 se presentaron también cargos contra Matiur Rahman, director de Prothom Alo, réplica en bengalí del Daily Star, por difamación y por “dañar los sentimientos religiosos”.

“La libertad de expresión está amenazada en Bangladesh”, ha afirmado Champa Patel. “Por un lado, el gobierno dedica todas sus energías a hostigar a los periodistas por el simple hecho de ejercer sus derechos y hacer su trabajo. Por el otro, no persigue a los responsables de los terribles asesinatos de blogueros, profesores universitarios, miembros de minorías religiosas y activistas de los derechos LGBTI.”

Información complementaria

La policía dijo que Shafik Rehman había sido detenido en relación con una causa criminal pendiente abierta en agosto de 2015 por “conspirar para secuestrar y asesinar” a Sajib Wazed Joy, que vive en Estados Unidos y es también asesor de información y tecnología de la primera ministra.

Sin embargo, a juzgar por información fidedigna de medios de comunicación publicada posteriormente, existen serias dudas de que, como afirman las autoridades bangladeshíes, haya documentos judiciales estadounidenses que implican a Shafik Rehman en esta conspiración.

Tras su detención el 16 de abril, Shafik Rehman quedó sometido a prisión preventiva, y el 28 de abril lo llevaron a la cárcel de alta seguridad de Kashimpur para su reclusión allí a la espera juicio, aunque aún no se ha fijado la fecha. Según sus abogados, dos tribunales distintos de Dacca ha rechazado sin ofrecer ninguna explicación sendas peticiones presentadas para que sea puesto en libertad con fianza.

Las condiciones que soporta Shafik Rehman en prisión constituyen un incumplimiento de las obligaciones contraídas por Bangladesh en virtud del derecho internacional, según el cual deben garantizar que todas las personas privadas de su libertad son tratadas con respeto a la dignidad inherente al ser humano y no sufren tratos ni penas crueles, inhumanos ni degradantes. Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley las autoridades penitenciaras son responsables de proteger la salud de las personas que se encuentran bajo su custodia y de prestar atención gratuita de la salud equiparable a la disponible para la comunidad en el exterior.

Además, sólo debe recurrirse a la reclusión en régimen de aislamiento en circunstancias excepcionales y durante el menor tiempo posible. Cuando se recluya a los presos en régimen de aislamiento, el Estado tiene la obligación de tomar medidas para minimizar sus efectos perjudiciales para la persona, garantizando que pueden hacer ejercicio suficiente y reciben estimulación social y mental y que se controla periódicamente su estado de salud.