Lunes, 03 de julio, 2017

Tres hermanos, condenados a un año de prisión por presunto abandono de su domicilio en Cuba durante el periodo de luto oficial tras la muerte de Fidel Castro, están en huelga de hambre después de haber sido objeto de acoso e intimidación tras ser puestos en libertad condicional en abril. Sus sentencias condenatorias deben ser anuladas y su libertad debe ser incondicional


Tres hermanos, condenados a un año de prisión por presunto abandono de su domicilio en Cuba durante el periodo de luto oficial tras la muerte de Fidel Castro, están en huelga de hambre después de haber sido objeto de acoso e intimidación tras ser puestos en libertad condicional en abril. Sus sentencias condenatorias deben ser anuladas y su libertad debe ser incondicional.

El 27 de noviembre de 2016, dos días después de la muerte de Fidel Castro, fueron detenidas las gemelas Anairis y Adairis Miranda Leyva, junto con su hermano, Fidel Manuel Batista Leyva, y la madre de los tres, Maydolis Leyva Portelles, todos ellos defensoras y defensor de los derechos humanos. Los hermanos fueron condenados a un año de prisión por “difamación de las instituciones y organizaciones y de los héroes y mártires” de la República de Cuba y por “desórdenes públicos”, presuntamente por salir de su casa durante el periodo de luto oficial.

El 2 de abril, tras una prolongada huelga de hambre, los tres hermanos quedaron en libertad condicional (“licencia extrapenal”). Este tipo de libertad condicional significa que los cargos no se retiran, pero permite que las personas declaradas culpables cumplan el resto de su condena fuera de la prisión. La madre ha permanecido bajo arresto domiciliario.

El 8 de junio, los tres hermanos comenzaron otra huelga de hambre para protestar por su acoso e intimidación y solicitar la anulación de las penas contra los cuatro miembros de la familia.

Según Maydolis Portelles, desde su puesta en libertad condicional, la familia ha sido objeto de hostigamiento e intimidación por parte de diversas entidades estatales. El juzgado municipal de Holguín convocó a los hermanos varias veces y los amenazó con revocar su libertad si no comenzaban a trabajar. Miembros de la familia fueron también objeto de al menos dos “actos de repudio”, un tipo de manifestación dirigida por el gobierno que es común en Cuba. Además, varios médicos del Hospital Lenin negaron tratamiento médico a los hermanos a menos que renunciaran a su huelga de hambre, según Maydolis Portelles. Los tres hermanos están actualmente en casa, donde han estado desde que dejaron el hospital el 20 de junio.