Miércoles, 21 de febrero, 2018

“La pena de muerte no tiene lugar en la era moderna. En lugar de ejecutar a personas, el gobierno de Botsuana debería establecer inmediatamente una moratoria oficial de las ejecuciones con vistas a abolir esta pena cruel e inhumana”, declaró Deprose Muchena, director regional de Amnistía Internacional para África Austral


Ante el ahorcamiento de Joseph Tselayarona, de 28 años, por el asesinato en 2010 de su novia y de su hijo de tres años, Deprose Muchena, director regional de Amnistía Internacional para África Austral, ha declarado:

“La ejecución de Joseph es un paso atrás para Botsuana y muestra hasta qué punto desprecia la vida el gobierno. La pena de muerte es un castigo abominable y no debe utilizarse nunca, en ninguna circunstancia".

“Mientras muchos países de la región se alejan de esta forma cruel de castigo, Botsuana está retrocediendo.

“La pena de muerte no tiene lugar en la era moderna. En lugar de ejecutar a personas, el gobierno de Botsuana debería establecer inmediatamente una moratoria oficial de las ejecuciones con vistas a abolir esta pena cruel e inhumana”.

Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción, independientemente del delito del que se trate, de las características del delincuente y del sistema de ejecución utilizado por el Estado. La pena de muerte es una violación del derecho a la vida y el exponente máximo de pena cruel, inhumana y degradante. Amnistía Internacional pide a Botsuana la abolición de la pena de muerte para todos los delitos, como ya han hecho 105 países del mundo.