Lunes, 19 de marzo, 2018

Carlton Gary, de 67 años, fue ejecutado en Georgia el 15 de marzo después de haber pasado casi la mitad de su vida en el corredor de la muerte. Había sido declarado culpable en 1986 de los asesinatos de tres mujeres de los que se dijo al jurado que formaban parte de una serie de homicidios similares cometidos en 1977 y 1978


La Junta de Indultos y Libertad Condicional del estado anunció el 14 de marzo que denegaba la clemencia a Carlton Gary.

El 15 de marzo, la Corte Suprema de Georgia rechazó una moción para suspender la ejecución. Señaló que Carlton Gary “alega que su inocencia ha quedado demostrada con los resultados de los análisis de ADN realizados recientemente y otras pruebas, incluida una huella de pisada en uno de los lugares del crimen y una marca de mordedura en una de las víctimas”. No obstante, en un comunicado de prensa, la Corte declaró que “según el procedimiento, Gary debería haber presentado a la Corte una solicitud de apelación discrecional. En lugar de eso, presentó lo que se considera una ‘moción original’: una moción que se origina en esta Corte en lugar de llegar a ella como apelación contra la decisión de un tribunal inferior”. La Corte concluyó que el preso no había “demostrado por qué esta Corte debe ejercer su jurisdicción original en este caso, algo que la Corte sólo hará en casos ‘extremadamente raros’, y éste no lo es porque la reciente decisión pertinente del juicio de primera instancia podía plantearse ante esta Corte mediante una solicitud de apelación discrecional”.

También el 15 de marzo, la Corte de Apelaciones del Undécimo Circuito, corte federal, negó una apelación de los abogados de Carlton Gary para que se permitiera presentar una nueva petición en un tribunal federal de instancia inferior sobre la alegación de que su ejecución violaría la Constitución estadounidense: 1) porque el estado había destruido pruebas relacionadas con un análisis de ADN realizado tras la condena; 2) porque era inocente de los asesinatos por los que había sido condenado a muerte.

La ejecución, prevista para las siete de la tarde, se retrasó en espera de la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos. Pasadas las nueve de la noche, la Corte anunció que no iba a intervenir.

El Departamento de Prisiones emitió una declaración en la que decía que la ejecución se había llevado a cabo a las 22.33 y que Carlton Gary “no aceptó una oración final y no realizó una última declaración”.

En lo que va de año, se han llevado a cabo seis ejecuciones en Estados Unidos: tres en Texas, una en Alabama, una en Florida y una en Georgia. Con esto asciende a 1.471 el número de ejecuciones llevadas a cabo en Estados Unidos desde que se reanudaron los homicidios judiciales en el país en 1977, después de que la Corte Suprema aprobara en 1976 los nuevos estatutos de pena capital. Georgia ha sido responsable de 71 de estas ejecuciones. Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte incondicionalmente. En la actualidad hay 142 países abolicionistas en la ley o en la práctica.