Lunes, 23 de abril, 2018

La salud y la vida del machi Celestino Córdova, líder espiritual mapuche encarcelado desde 2014 en Temuco, en el centro de Chile, corre peligro tras más de 90 días en huelga de hambre, una huelga que inició para protestar cuando las autoridades le negaron el acceso a su altar ceremonial


El machi Celestino Córdova es un líder espiritual del pueblo indígena mapuche que permanece recluido en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Temuco, Chile, desde que en 2014 fue declarado culpable en relación con el caso Luchsinger-Mackay. Es un machi, la máxima autoridad religiosa del pueblo mapuche.

Su papel como machi exige que visite periódicamente su rehue (altar ceremonial) para llevar a cabo las ceremonias de renovación, esenciales para garantizar el bienestar físico y psíquico de los mapuches. Sin embargo, la Gendarmería chilena (la autoridad penitenciaria) le ha negado varias veces sus peticiones formales de un traslado de 48 horas a su rehue para estos fines.

En respuesta a ello, el machi Celestino Córdova inició una huelga de hambre líquida el 13 de enero de 2018 para exigir a las autoridades que le concedieran su petición. La tarde del 18 de abril, ante la gravedad de su estado, fue trasladado al Hospital Regional de Temuco. Ese mismo día anunció su intención de iniciar una huelga de hambre seca —en la que se niega a ingerir líquidos—, en un esfuerzo por obligar a las autoridades a reconocer sus derechos como machi. Esta situación es sumamente preocupante a causa de la complejidad de su estado de salud.

En el informe sobre su visita de 2016 a Chile, el Subcomité de la ONU para la Prevención de la Tortura expresó su preocupación por la negación de los derechos de los detenidos mapuches a practicar sus ritos religiosos de acuerdo con su concepción del mundo, por ejemplo, utilizando métodos ancestrales para curar dolencias, y recomendó a las autoridades chilenas que garantizaran las tradiciones y costumbres culturales de acuerdo con las normas internacionales.

Escriban inmediatamente, en español o en su propio idioma:

- pidiendo a las autoridades que permitan al machi Celestino Córdova visitar su rehue durante las 48 horas que solicita, para garantizar que se protege su derecho a practicar sus creencias espirituales, tradiciones culturales y costumbres;

- pidiéndoles que revisen sus condiciones de reclusión para facilitarles a él y a otros detenidos mapuches el derecho a vivir de acuerdo con sus creencias, costumbres y cultura mientras estén encarcelados;

- pidiéndoles que garanticen que todo el tratamiento médico que se proporcione al machi Celestino Córdova se realiza con su consentimiento informado y conforme a sus deseos, y que no se le somete a tratamiento no deseado o a alimentación forzada que puedan constituir tortura y otros malos tratos.

 

Envíen llamamientos antes del 31 de mayo de 2018 a:

 

Ministro de Justicia y Derechos Humanos
Hernán Larra Fernández
Morandé 107

Santiago de Chile, Chile.
Nº de teléfono/fax: +56 (2) 2674 3100
Correo-e: srios@minjusticia.gov.cl

Tratamiento: Dear Minister/ Estimado Señor Ministro

 

Directora Nacional de la Gendarmería

Claudia Bendeck Inostroza

Rosas 1264, 4° piso

Santiago de Chile, Chile.

Nº de teléfono/fax: +56 (2) 2916 3250 / 3251

Correo-e: patricia.roman@gendarmeria.cl

Tratamiento: Dear Director/ Estimada Señora Directora

 

Y copias a:

Amnistía Internacional Chile

Correo-e: info@amnistia.cl

 

Información complementaria

El  4 de enero de 2013, la anciana pareja compuesta por Vivian Mackay y Werner Luchsinger murió en un incendio provocado por un grupo de personas que, según la información, entró en su propiedad en la región de la Araucanía. Minutos después, el machi Celestino Córdova fue detenido cerca del lugar, y más tarde fue acusado de homicidio en virtud de la Ley Antiterrorista chilena. En 2014, el poder judicial desestimó los cargos de terrorismo y condenó al machi a 18 años de cárcel por homicidio mediante incendio provocado.

Desde entonces, el machi Celestino Córdova ha pedido formalmente en varias ocasiones que lo trasladen para visitar su rehue o altar, una acción espiritual esencial para todo el pueblo mapuche. La constante negativa a concederle ese permiso le ha causado varias dolencias y afecciones físicas.

Aunque existen registros de casos anteriores en los que la Gendarmería ha concedido el traslado de mapuches encarcelados, en el caso del machi Celestino Córdova las autoridades se han mostrado reacias. Alegan que el decreto chileno sobre prisiones no permite esas acciones, y que no se podría garantizar la seguridad física de los funcionarios a causa del clima de violencia que impera en la zona en la que se celebraría esta ceremonia religiosa.

Amnistía Internacional considera que este enfoque es contradictorio y que infringe las normas internacionales de derechos humanos establecidas en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 27), en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales (art. 5) y en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (arts. 11, 12, 31 y 34).

El pueblo mapuche es un grupo indígena americano que habita en el sur de Chile y el suroeste de Argentina. Lleva luchando en defensa de sus tierras ancestrales durante toda la historia de Chile. Aunque el Estado de Chile reconoce la existencia de territorios mapuches, el tamaño de estos territorios se ha ido reduciendo progresivamente, lo que ha provocado un fuerte aumento de las tensiones en regiones como la Araucanía, donde el pueblo mapuche sigue reclamando la propiedad de su territorio y el respeto de su identidad cultural.

Índice: AMR 22/8251/2018