Viernes, 03 de agosto, 2018

“Negarnos el derecho a visitar a Oleg Sentsov es indefendible. Lleva casi tres meses en huelga de hambre, y se teme por su salud. Teníamos pensado visitar a Oleg en compañía de un perito médico independiente que pudiera evaluar su estado de salud. Era una visita imprescindible, a fin de despejar toda duda sobre su salud y la necesidad de prestarle asistencia médica", declaró Oksana Pokalchuk, directora de Amnistía Internacional Ucrania


En respuesta a la negativa de las autoridades rusas a permitir a Amnistía Internacional el acceso al cineasta ucraniano Oleg Sentsov, que lleva ya 81 días en huelga de hambre en una colonia penal del Ártico ruso, Oksana Pokalchuk, directora de Amnistía Internacional Ucrania, ha declarado:

“Negarnos el derecho a visitar a Oleg Sentsov es indefendible. Lleva casi tres meses en huelga de hambre, y se teme por su salud. Teníamos pensado visitar a Oleg en compañía de un perito médico independiente que pudiera evaluar su estado de salud. Era una visita imprescindible, a fin de despejar toda duda sobre su salud y la necesidad de prestarle asistencia médica.

“Amnistía Internacional pide que Sentsov sea puesto en libertad de inmediato y exige que, mientras continúe detenido, tenga acceso a profesionales de la salud cualificados, que le presten la debida atención de acuerdo con la ética médica, incluidos los principios de confidencialidad, autonomía y consentimiento informado. Además, las autoridades rusas deben permitirle el acceso a personal consular ucraniano.”

El 30 de julio de 2018, la oficina de Amnistía Internacional en Moscú recibió una carta de Valery Balan, directora adjunta del Servicio Penitenciario Federal, en la que se denegaba a la organización el permiso para visitar a Sentsov en la colonia penal de Labytnangi, sin ofrecer ninguna explicación. En la carta se explicaba que se había examinado el estado de salud de Sentsov y era estable y sin ninguna “dinámica negativa”.

Información complementaria

El director de cine ucraniano Oleg Sentsov se declaró en huelga de hambre el 14 de mayo de 2018 como protesta por el encarcelamiento de decenas de ucranianos en la Federación Rusa por motivos políticos.

En 2015 fue condenado a 20 años de prisión, tras ser sometido a un juicio injusto por cargos de “terrorismo” basados en su oposición a la ocupación rusa de Crimea.