Jueves, 16 de agosto, 2018

“Los gobiernos europeos deben dejar de jugar con vidas humanas. La vergonzosa negativa de Italia y Malta a permitir que personas refugiadas y migrantes desembarquen en sus puertos es pura crueldad", dijo María Serrano, directora de campañas de Amnistía Internacional sobre migración


En respuesta a la noticia de que las autoridades de Italia y Malta han cerrado sus puertos al Aquarius MV, un buque de salvamento gestionado por SOS Mediterranée con 141 personas a bordo, entre ellas 73 niños y niñas, María Serrano, directora de campañas de Amnistía Internacional sobre migración, ha declarado:

“Los gobiernos europeos deben dejar de jugar con vidas humanas. La vergonzosa negativa de Italia y Malta a permitir que personas refugiadas y migrantes desembarquen en sus puertos es pura crueldad. Estas personas han afrontado peligrosos viajes y condiciones inhumanas en Libia sólo para verse abandonadas en el mar mientras los gobiernos eluden descaradamente su deber de proteger”.

“Lo que resulta igualmente alarmante es que Gibraltar, bajo cuya bandera ha estado navegando el Aquarius, ha amenazado con poner fin a la inscripción en registro del buque, en una medida burocrática dirigida a frustrar operaciones de búsqueda y salvamento que salvan vidas en el mar. Los esfuerzos incansables de las ONG por salvar vidas en el mar deben celebrarse, no obstaculizarse o castigarse.”

“Pedimos a los y las dirigentes de Europa que acuerden urgentemente un sistema de búsqueda y salvamento predecible y fiable que garantice el desembarco sin demora de las personas supervivientes en el puerto seguro más cercano, y que defienda el derecho del mar y la primacía de salvar vidas en el Mediterráneo. Los Estados costeros deben garantizar que sus puertos están abiertos a las personas que han sido rescatadas, y los demás gobiernos europeos deben compartir la responsabilidad de procesar las solicitudes de asilo aceptando a quienes las presentan.”

 

Información complementaria

La semana pasada, Amnistía Internacional publicó un documento, Between the devil and the deep blue sea. Europe fails refugees and migrants in the Central Mediterranean, que revela el devastador impacto de las políticas europeas que han provocado más de 721 muertes en el mar únicamente en junio y julio de 2018.

El documento destaca también las nuevas políticas italianas que han dejado a personas abandonadas en el mar durante días y analiza cómo los países de la UE están conspirando para contener a las personas refugiadas y migrantes en Libia, donde se ven expuestas a tortura y otros terribles abusos y violaciones de derechos humanos.

Las demoras innecesarias en desembarcar han obligado a personas necesitadas de ayuda urgente —personas heridas, mujeres embarazadas, supervivientes de tortura, personas traumatizadas por naufragios y menores de edad no acompañados— a permanecer en el mar durante varios días.