Jueves, 14 de marzo, 2019

“Hay razones fundadas para temer por la seguridad y el bienestar psicológico de Malak al-Kashef. Las autoridades egipcias tienen un terrible historial de persecución de personas debido a su orientación sexual e identidad de género con métodos que incluyen la realización de exámenes anales forzados, que constituyen tortura”, ha afirmado Magdalena Mughrabi, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África


Aumenta el temor por la seguridad y el bienestar de Malak al-Kashef, mujer transgénero de quien no se sabe nada desde que la policía se la llevó de su casa, en Giza, el 6 de marzo de madrugada, ha manifestado Amnistía Internacional.

Se ignora adónde la llevaron. Sus abogados no han podido localizarla, y las comisarías de policía niegan que esté bajo custodia.

“Hay razones fundadas para temer por la seguridad y el bienestar psicológico de Malak al-Kashef. Las autoridades egipcias tienen un terrible historial de persecución de personas debido a su orientación sexual e identidad de género con métodos que incluyen la realización de exámenes anales forzados, que constituyen tortura”, ha afirmado Magdalena Mughrabi, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.

Amnistía Internacional cree que la detención de Malak está relacionada con sus llamamientos a organizar protestas pacíficas por un grave accidente ferroviario que tuvo lugar en la estación central de El Cairo el 27 de febrero y en el que murieron al menos 25 personas.

“Malak al-Kashef parece haber sido detenida únicamente por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica. En vez de tenerla recluida en un lugar no revelado, las autoridades deben dejarla en libertad de inmediato y sin condiciones”, ha añadido Magdalena Mughrabi.

“Debido a su identidad de género está especialmente expuesta a sufrir tortura a manos de la policía, incluida violencia sexual, así como a ser agredida por otras personas detenidas junto con ella. Las autoridades egipcias son responsables de su seguridad física y psicológica. Deben revelar de inmediato su paradero y, mientras proceden a ordenar su libertad con prontitud y sin condiciones, garantizar que está protegida contra la tortura y otros abusos".

En los últimos días se ha detenido a decenas de personas por protestas organizadas contra el gobierno debido a un accidente ferroviario ocurrido la semana pasada, en el que murieron al menos 25 personas y resultaron heridas muchas más. Al menos 32 personas continúan en prisión preventiva por cargos infundados, relacionados con la expresión pacífica de sus opiniones.

Malak al-Kashef es una mujer transgénero que se está sometiendo a cirugía de afirmación del género. Sin embargo, aún no ha conseguido que se reconozca oficialmente su identidad de género, por lo que aparece como varón en los documentos oficiales. Sus abogados han acudido a la Fiscalía y al Ministerio del Interior para preguntar por su paradero.

En los últimos años, las autoridades egipcias han llevado a cabo una siniestra campaña contra las personas LGBTI, en la que se han practicado decenas de detenciones y exámenes anales forzados, violando de manera flagrante el derecho internacional.