Martes, 19 de marzo, 2019

La condena a cuatro años de prisión impuesta a Oyub Titiev constituye una afrenta a los derechos humanos, a la razón y a la justicia. Al declararlo culpable a pesar de que todas las pruebas indicaban lo contrario, el tribunal ha puesto de manifiesto los graves defectos del sistema de justicia ruso 


A raíz de la decisión pronunciada hoy por el Tribunal Municipal de Shali, en Chechenia, por la que condena al defensor de derechos humanos y preso de conciencia Oyub Titiev a cuatro años en una colonia penitenciaria, Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central, ha dicho:

“La condena a cuatro años de prisión impuesta a Oyub Titiev constituye una afrenta a los derechos humanos, a la razón y a la justicia. Al declararlo culpable a pesar de que todas las pruebas indicaban lo contrario, el tribunal ha puesto de manifiesto los graves defectos del sistema de justicia ruso. Ha demostrado que ser poco más que un mero instrumento en manos de las autoridades regionales, que lo han utilizado para amordazar a uno de los pocos defensores de los derechos humanos que seguían trabajando en Chechenia.”

“Cuando comenzó esta farsa de juicio, la comunidad de derechos humanos pidió a las autoridades rusas que trasladaran las actuaciones fuera de Chechenia, señalando que el tribunal estaría sujeto a las presiones de las autoridades regionales y no podría juzgar imparcialmente a Oyub Titiev ni tomar una decisión independiente. Las autoridades rusas no lo hicieron, demostrando ser cómplices en esta flagrante injusticia y en la violación de los derechos humanos de Oyub Titiev.”

“Pedimos a las autoridades rusas que liberen a Oyub Titiev de forma inmediata e incondicional ya que es preso de conciencia, encarcelado únicamente por su defensa de los derechos humanos en Chechenia.”

Información complementaria

El 18 de marzo, el tribunal municipal de Shali condenó a Oyub Titiev, director de la sede del Centro de Derechos Humanos Memorial en Chechenia, a cuatro años de reclusión en una colonia penitenciaria. Oyub fue declarado culpable de “posesión de drogas” (artículo 228.2 del Código Penal ruso). Con anterioridad al pronunciamiento de la sentencia, permaneció un año y dos meses en prisión preventiva.