Jueves, 14 de mayo, 2020
petraglia, Enza

Para las Naciones Unidas todo esfuerzo que se haga para modificar actitudes y comportamientos que prevengan conflictos, que puedan engendrar violencia se le llama cultura de paz


Por: Enza Petraglia.

Coordinadora de Redes Universitarias AIVEN

 

Este 16 de mayo del 2020 se conmemora el Día Internacional de la Convivencia Para la Paz. Fecha en que la asamblea general de la ONU, reconoce la necesidad de eliminar todas las formas de discriminación e intolerancia, y se dispone a declarar esta fecha propicia para movilizar a fomentar acciones que desde la sociedad civil implican a generar sociedades más justas, pacificas, e inclusivas, sociedades libres de temor y de violencia.

Si damos una mirada desde la perspectiva de los DDHH, la paz es mucho más que la ausencia de conflictos, para los defensores y defensores de los derechos humanos, convivir en paz consiste en aceptar las diferencias y desarrollar habilidades que pueden afectar las capacidades de escuchar, acompañar, defender, reconocer, respetar y valorar a los demás empezando primero por nosotros mismos, partiendo de la verdad y la responsabilidad de admitir que todas las personas "nacen libres e iguales en dignidad de derechos".

Para las Naciones Unidas, todo esfuerzo que se haga para modificar actitudes y comportamientos que prevengan conflictos, que puedan engendrar violencia se le llama cultura de paz .

El reto acá esta, en ¿cómo convertimos este concepto en una realidad desde los espacios que nos toca trabajar? ¿Cómo hablamos de cultura de paz en una sociedad actual inmersa en una profunda crisis social?

Como lo hablamos cumpliendo un confinamiento de más de 50 días a causa de una pandemia mundial llamada COVID_19 que aparece en medio de una crisis profunda de derechos humanos en la región y en nuestro país.

Para el Padre SJ. Francisco Virtuoso, rector actual de la UCAB, "Venezuela atraviesa uno de los momentos de violencia más agudos, una situación que es consecuencia de la represión estatal, la inseguridad personal, la violación de los derechos humanos y el desplazamiento de la calidad de vida".

¿Cómo restauramos la paz y la confianza en las poblaciones que han sufrido durante tanto tiempo privaciones de todo tipo y han estado a veces episodios de verdadera violencia y abuso en materia de DDHH?

La realidad es que hoy tenemos sociedades que necesitan más que nunca generar una simbiosis con perspectiva de los DDHH. Familiarizarse con los términos de respeto, inclusión, no discriminación, democracia, entendida esta como una forma de vida, donde los ciudadanos tienen la oportunidad de aprender a ayudar a otros, un recontracontrato con los valores que les permite construir una cultura cívica.

Una cultura que trascienda a los conflictos armados, y que se extienda a todos los sectores de la sociedad: colegios, universidades, parlamentos, lugares de trabajo, salas de prensa, comunidades, comunidades religiosas, barrios, familias y lugares de recreación, comunidades virtuales .

Para el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres “La discriminación nos denigra a todos e impedimentos a las personas y las sociedades alcancen su pleno potencial” Para Mariana Romero abogada y Defensora de los DDHH en su ponencia sobre Venezuela control social y discriminación muestra como estos mecanismos de control social que se hacen desde el estado, han contribuido a generar una política que afecta a los derechos humanos de los ciudadanos. Y por supuesto afecta la consolidación de una cultura de paz, ya que la segregación y la política de terror y discriminación y como consecuencia de control social genera un ambiente conflictivo y violento entre los ciudadanos.

Una temática que nos ocupa es la necesidad de erradicar la violencia de género y la desigualdad y la discriminación contra las niñas y las mujeres, ya que son las principales causas de ello. No podemos pensar en una cultura de paz sino que incluye políticas dirigidas a equiparar los derechos y erradicar las relaciones de poder y políticas de protección de las mujeres y niñas.

Para Victor Frank en su libro en busca del sentido, habla sobre la importancia de aprender a recuperar la capacidad de alegrarnos, recuperarnos de la amargura y la desilusión.

Entendernos como víctimas de la represión, la injusticia, recuperarnos de los abusos, documentales y reconciliares con la responsabilidad de participar en un proceso que requiere justicia, reparación y educación, y sobretodo constante de no repetición sin duda un buen comienzo.

Paz, cultura de paz y derechos humanos se forjan en una voz férrea a poner fin a la guerra, proponer la destrucción de toda la cultura que tienda a dañar daño, destruir y violentar.

La paz y los DDHH, no pueden hacer eco de discriminaciones, ni avalar nuevas formas de exclusión, ninguna actividad debe generar ganadores y perdedores, al contrario deben promover la inclusión dentro de la sociedad y la reparación a víctimas.

Los derechos humanos y la cultura de paz son una invitación a pensar, hablar e idear formas asertivas de convivencia. Los resultados obtenidos buscar sociedades más justas, comprensivas, respetuosas, solidarias, repletas de oportunidades para vivir en y para los DDHH.

 

Enzapetraglia@hotmail.com

@ vincenzapj1

Imagen de  Annette Jones  en  Pixabay