Lunes, 13 de junio, 2022

Según ha podido saber la organización, las autoridades han comunicado a los hombres que en los próximos días los trasladarán a una prisión que dispone de una guillotina para aplicar la pena


La comunidad internacional debe utilizar todos los medios diplomáticos a su alcance para que las autoridades iraníes no amputen los dedos de la mano a ocho hombres, de los cuales al menos tres fueron declarados culpables en juicios manifiestamente injustos y basándose en “confesiones” obtenidas mediante tortura, ha declarado Amnistía Internacional.

Según ha podido saber la organización, las autoridades han comunicado a los hombres que en los próximos días los trasladarán a una prisión que dispone de una guillotina para aplicar la pena.

“La amputación de los dedos de la mano a las personas presas es una forma de tortura y otro impactante recordatorio de la patente deshumanización del sistema de justicia penal iraní, que legaliza la tortura, un crimen de derecho internacional. Ejecutar un castigo tan atroz no es un acto de justicia, sino una repugnante agresión a la dignidad humana. Las autoridades iraníes deben revocar las sentencias condenatorias y las penas de amputación dictadas contra estos ocho hombres y concederles nuevos juicios que se lleven a cabo con garantías y sin recurrir a castigos corporales”, ha señalado Diana Eltahawy, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.

“Pedimos la intervención urgente de la comunidad internacional para impedir que estas penas se ejecuten, y también para exigir a las autoridades iraníes la abolición de cualquier forma de castigo corporal. Es inaceptable que en Irán las autoridades sigan cometiendo impunemente semejantes actos delictivos de crueldad.”

 

Los ocho hombres están en la penitenciaría central del área metropolitana de Teherán. Hadi Rostami, Mehdi Sharfian y Mehdi Shahivand fueron trasladados allí el 15 de mayo de 2022 desde la cárcel de Urumieh (provincia de Azerbaiyán Occidental) en previsión de la ejecución de sus penas. En cuanto a los otros cinco, sólo se conoce el nombre de uno de ellos (Yaghoub Fazeli), y Amnistía Internacional no ha podido averiguar los del resto. Los ocho fueron declarados culpables de robo y condenados a la amputación de todos los dedos de la mano excepto el pulgar. Amnistía Internacional entiende que las condenas de todos ellos han sido confirmadas por el Tribunal Supremo y enviadas a la Oficina de Aplicación de Condenas, lo cual quiere decir que pueden ser ejecutadas en cualquier momento.

 

El 8 de junio de 2022, la fiscalía comunicó a los hombres que serían trasladados a la cárcel de Evin de Teherán, o a la de Raja’i Shahr de Karaj (provincia de Alborz), para ejecutar allí sus condenas, pero el traslado se pospuso en el último minuto por motivos que se desconocen. A todo esto, activistas de derechos humanos de Irán han denunciado que el mes pasado se llevó una guillotina a la clínica de la cárcel de Evin, y que el 31 de mayo las autoridades de esta cárcel amputaron todos los dedos de la mano excepto el pulgar a un preso que había sido trasladado allí desde la cárcel de Dizel Abad (provincia de Kermanshah) para ejecutar su condena.

La amputación de los dedos de la mano a las personas presas es una forma de tortura y otro impactante recordatorio de la patente deshumanización del sistema de justicia penal iraní, que legaliza la tortura, un crimen de derecho internacional.

Diana Eltahawy, Amnistía Internacional

Las penas inhumanas, como la amputación, constituyen tortura, un crimen de derecho internacional prohibido por el artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en el que Irán es Estado Parte. Irán tiene la obligación legal de prohibir y castigar la tortura en todas las circunstancias y sin excepción.

A pesar de ello, el Código Penal Islámico de Irán también contempla otros castigos corporales judiciales que constituyen tortura, como la flagelación, la ceguera, la crucifixión y la lapidación.

“Para evitar esta tortura autorizada por el Estado y proporcionar resarcimiento a las víctimas, pedimos a todos los Estados que apliquen el principio de jurisdicción universal cuando sea posible para investigar a autoridades iraníes —incluidos profesionales de la medicina— responsables de ordenar, cometer, ayudar a llevar a cabo o apoyar actos de tortura como las amputaciones y, si hay suficientes pruebas admisibles, que emitan órdenes de arresto y soliciten su enjuiciamiento.”

Información complementaria

Hadi Rostami y Mehdi Shahivand se pusieron en huelga de hambre el 29 de mayo de 2022 para protestar por sus condenas. Abandonaron la huelga el 2 de junio de 2022, al garantizarles las autoridades que serían indultados.

A Hadi Rostami, Mehdi Sharfian y Mehdi Shahivand les negaron el acceso a asistencia letrada durante la fase de investigación de sus causas, y los tribunales se basaron para condenarlos en “confesiones” conseguidas mediante tortura y otros malos tratos, a pesar de que los acusados se retractaron de ellas en el juicio. El tribunal no ordenó ninguna investigación sobre estas denuncias de tortura. Según sus sentencias, que Amnistía Internacional ha examinado, los tres fueron condenados a “la amputación total de los dedos de la mano derecha de manera que sólo les queden la palma y el pulgar”, que es la pena establecida para determinados tipos de robo en el artículo 278 del Código Penal Islámico de Irán.

Debido a la presión internacional, en septiembre de 2020 las autoridades iraníes detuvieron su plan de ejecutar las condenas dictadas contra Hadi Rostami, Mehdi Sharfian y Mehdi Shahivand.

En febrero de 2021, Hadi Rostami recibió 60 azotes en la cárcel tras ser declarado culpable de “perturbar el orden penitenciario”, una represalia por sus protestas pacíficas —incluidas huelgas de hambre— por las condiciones penitenciarias inhumanas en las que vive y las reiteradas amenazas de ejecución inminente de su condena de amputación. Hadi ha intentado suicidarse dos veces en la cárcel, con graves consecuencias para su salud.