Martes, 28 de junio, 2022

El Tribunal de Apelación confirmó su condena a muerte tras un juicio manifiestamente injusto


Abdullah al-Huwaiti, que fue detenido cuando tenía 14 años, corre peligro inminente de ser ejecutado en Arabia Saudí. El 13 de junio de 2022, el Tribunal de Apelación confirmó su condena a muerte tras un juicio manifiestamente injusto. Durante el tiempo que ha permanecido privado de libertad, a Abdullah lo recluyeron en régimen de aislamiento, le negaron el acceso a un abogado y lo obligaron a “confesar” mediante coacción. El 2 de marzo de 2022 fue condenado de nuevo a muerte por un tribunal de lo penal de Tabuk por cargos entre los que se encontraban el robo a mano armada y el asesinato de un agente de seguridad. Amnistía Internacional pide al Tribunal Supremo y al rey que no ratifiquen la condena a muerte de Abdullah al-Huwaiti, que anulen su declaración de culpabilidad y que lo juzguen de nuevo en procedimientos que sean plenamente conformes con las normas internacionales sobre juicios justos, sin recurrir a la pena de muerte.

 Actúen: redacten su propio llamamiento o utilicen la siguiente carta modelo

Rey de Arabia Saudí
King Salman bin Abdul Aziz Al Saud

Office of His Majesty the King

Royal Court, Riyadh

Arabia Saudí

Fax: +961 11 403 3125

Twitter: @KingSalman

Majestad:

 

Me alarma saber que Abdullah al-Huwaiti corre peligro inminente de ser ejecutado después de que, el 13 de junio de 2022, el Tribunal de Apelación decidiera confirmar su condena a muerte.

 

Como quizá sabrá, Abdullah al-Huwaiti sólo tenía 14 años en el momento de su detención y cuando fue juzgado junto con otros cinco acusados el 11 de mayo de 2017. Después de que, en 2021, el Tribunal Supremo ordenara un nuevo juicio, Abdullah fue condenado de nuevo a muerte por un tribunal de lo penal de Tabuk el 2 de marzo de 2022. Puesto que, desde entonces, esta decisión ha sido confirmada por el Tribunal de Apelación, temo por la vida de Abdullah al-Huwaiti, ya que el Tribunal Supremo podría ratificar su condena a muerte en cualquier momento.

 

Los angustioso de la situación se acrecienta por el hecho de que, durante su privación de libertad, a Abdullah al-Huwaiti lo recluyeron durante cuatro meses en régimen de aislamiento y, durante ese periodo y durante los interrogatorios, no le permitieron hablar con su familia ni acceder a un abogado. Resulta inquietante que, pese a que en el momento de su detención Abdullah era un niño, fue recluido en la unidad de investigaciones penales de Tabuk en lugar de en el centro de detención de menores (Dar Al Mulahaza). Abdullah al-Huwaiti dijo al tribunal: “Nada de lo que se dice en la ‘confesión’ es cierto, me obligaron a confesar mediante golpes y amenazas [...] También me dijeron que cambiara mi testimonio para que coincidiera con el de otros acusados”. Abdullah al-Huwaiti se negó a firmar su testimonio, ya que asegura que no es cierto; sin embargo, el tribunal se negó a retirarlo y, por tanto, condenó a Abdullah a muerte.

 

La Comisión de Derechos Humanos saudí dijo en una declaración a Amnistía Internacional en febrero de 2022 que el país ya no ejecuta a personas “por delitos cometidos por menores” y ha conmutado todas las condenas de ese tipo que estaban pendientes. Mientras tanto, la condena a muerte de Abdullah al-Huwaiti fue confirmada tras un nuevo juicio.

 

Le insto a que no ratifique la condena a muerte de Abdullah al-Huwaiti y a que anule su declaración de culpabilidad dada la honda preocupación existente en torno al cumplimiento de las debidas garantías en su juicio y a su edad en el momento de la detención; le insto asimismo a que ordene que Abdullah sea juzgado de nuevo en procedimientos que sean plenamente conformes con las normas internacionales sobre juicios justos, sin recurrir a la pena de muerte. Además, le insto a que ordene que se lleve a cabo con prontitud una investigación imparcial, independiente y efectiva sobre las denuncias de tortura y otros malos tratos que Abdullah formuló ante el tribunal, y a que dicte de inmediato una moratoria oficial de las ejecuciones con vistas a abolir la pena capital en Arabia Saudí.

 

Atentamente,
[NOMBRE]

Información complementaria

El 27 de octubre de 2019, Abdullah al-Huwaiti fue condenado inicialmente a muerte por un tribunal de lo penal de Tabuk por cargos relacionados con “formación de banda y robo a mano armado en una joyería”, “homicidio intencional y agresivo de un agente de seguridad”, “robo de oro” y “ocultación de las armas usadas y el oro robado”. El 10 de noviembre de 2021, el Tribunal Supremo anuló su condena a muerte y ordenó un nuevo juicio. El 2 de marzo de 2022, Abdullah al-Huwaiti fue declarado culpable sobre la base de las mismas pruebas y fue condenado de nuevo a muerte por el tribunal de lo penal de Tabuk.

Dada la inexistencia de información transparente sobre los procesos judiciales en Arabia Saudí, sobre todo en los casos de pena de muerte, las familias sólo conocen la suerte de sus seres queridos a través de los medios de comunicación. La evaluación realizada por Amnistía Internacional sobre la decisión del Tribunal de Apelación de confirmar la declaración de culpabilidad y la condena a muerte de Abdullah al-Huwaiti indica que éste correrá peligro inminente de ejecución en cuanto el Tribunal Supremo ratifique la condena, lo que podría suceder en cualquier momento, ya que a las familias no se las informa cuando el rey ratifica las condenas a muerte en la etapa final.

En 2020 se emitió un Real Decreto que anunciaba el fin del uso de la pena de muerte contra personas que fueran menores de 18 años en el momento del delito. No obstante, el Real Decreto no se extendía a las causas que estuvieran relacionadas con la principal ley antiterrorista saudí —la Ley Penal de Delitos de Terrorismo y su Financiación (2017)— y, de un modo más general, los delitos hadd (castigados con penas duras y fijas) y los delitos punibles en virtud del principio de qesas (castigo equivalente al delito cometido) por la sharia (ley islámica).

El 13 de marzo de 2022, el ministerio del Interior saudí anunció la ejecución de 81 personas en una impactante ejecución colectiva que afectó a personas declaradas culpables de un amplio abanico de delitos, entre ellos crímenes de “terrorismo”, asesinato, robo a mano armada y contrabando de armas. Varias de las personas ejecutadas también habían sido declaradas culpables de delitos como “desestabilizar el tejido social y la cohesión nacional” y “participar en sentadas y protestas y promoverlas”, que incluyen actos amparados por el derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica. De esas personas, 41 pertenecían a la comunidad chií, minoritaria en Arabia Saudí.

En 2021, Amnistía Internacional documentó un fuerte aumento, del 140%, del número de ejecuciones llevadas a cabo por las autoridades saudíes: de las 27 de 2020 a 65, incluida la de una mujer. En 2022 continúa la tendencia creciente en las ejecuciones, con 120 personas ejecutadas hasta el momento entre enero y junio.

En la actualidad, 144 países han abolido la pena de muerte en la ley o en la práctica. Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción, con independencia del carácter o las circunstancias del delito, de las características y la culpabilidad o inocencia de la persona acusada o del método de ejecución utilizado por el Estado. La organización hace campaña en favor de la abolición total de esta cruel pena.

 Pueden escribir llamamientos en: Inglés o árabe

También pueden escribir en su propio idioma.

Envíen llamamientos lo antes posible y no más tarde del: 15 de agosto de 2022

Consulten con la oficina de Amnistía Internacional de su país si desean enviar llamamientos después de la fecha indicada.

 Nombre y género gramatical preferido: Abdullah al-Huwaiti (masculino)