Jueves, 17 de agosto, 2023

“Las autoridades israelíes deben poner en libertad a Walid Daqqah, preso palestino que padece una enfermedad terminal, para que pueda acceder a atención médica especializada y pasar con su familia el tiempo de vida que le queda”, ha declarado hoy Amnistía Internacional. Walid Daqqah, de 62 años, sufre una enfermedad pulmonar crónica y cáncer de médula ósea, y la clínica de la prisión israelí de Ayalon carece de medios para tratarlo. Tras el diagnóstico de cáncer el año pasado, el Servicio de Instituciones Penitenciarias (IPS) israelí negó a Walid Daqqah acceso a un trasplante de médula que podría salvarle la vida al negarse a trasladarlo a un hospital civil.

“El caso de Walid Daqqah ilustra la crueldad del sistema de justicia israelí hacia la población palestina, incluidas las personas enfermas de gravedad y las moribundas. El estado de salud de Walid ya ha sido agravado debido a la negligencia médica del Servicio de Instituciones Penitenciarias israelí: cuando sufrió un ictus, este mismo año, el IPS se negó durante 11 días a trasladarlo a un hospital adecuado, retraso que provocó complicaciones potencialmente mortales. Ahora Walid Daqqah se enfrenta a la perspectiva de una muerte dolorosa entre rejas”, afirmó Heba Morayef, directora regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.

El caso de Walid Daqqah ilustra la crueldad del sistema de justicia israelí hacia la población palestina, incluidas las personas enfermas de gravedad y las moribundas.

Heba Morayef, directora regional para Oriente Medio y el Norte de África

“Negar el acceso de las personas presas a atención médica adecuada viola las normas internacionales sobre el tratamiento de las personas reclusas y podría constituir tortura. Las autoridades israelíes deben poner en libertad lo antes posible a Walid Daqqah por motivos humanitarios y garantizar que se le presta la atención médica que necesita con urgencia.”

Walid Daqqah cumplió una condena de 37 años de prisión por su implicación en un grupo armado que secuestró y mató a un soldado israelí en 1984, pena que terminó de cumplir la pena en marzo de 2023. No obstante, en 2018 fue condenado a dos años más por intentar introducir de contrabando teléfonos para otros presos palestinos, por lo que no saldría en libertad hasta marzo de 2025… fecha a la que podría no llegar con vida.

El 26 de junio de 2023, una junta especial de libertad condicional denegó la solicitud de Walid Daqqah de excarcelación temprana debido a su enfermedad. El 7 de agosto de 2023, el Tribunal de Distrito de Lod desestimó el recurso que presentó Walid contra la decisión de la junta de libertad condicional.

El informe de 2022 de Amnistía Internacional sobre el apartheid israelí contra la población palestina expone cómo el sistema de justicia militar de Israel discrimina sistemáticamente a dicha población y le niega el derecho a un juicio justo y al debido proceso.

Negligencia médica

En 2022, Walid Daqqah fue diagnosticado de mielofibrosis, una forma poco frecuente de cáncer de médula ósea. Además, sufre EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica). A raíz del retraso por el IPS de trasladarlo para recibir tratamiento urgente después de sufrir el ictus en febrero, Walid Daqqah tuvo multitud de complicaciones, entre ellas neumonía y fallo renal, y hubo que extirparle la mayor parte del pulmón derecho.

Amnistía Internacional examinó una evaluación médica del caso de Walid Daqqah realizada por el hematólogo israelí Moshe Gatt, cuya opinión había pedido Physicians for Human Rights – Israel en enero de 2023. Aunque el estado de Walid ha empeorado, el IPS ha seguido haciendo caso omiso de la recomendación del doctor Gatt de que fuera trasladado a un entorno limpio e higiénico.

Sanaa Salameh, esposa de Walid Daqqah, dijo a Amnistía Internacional que su esposo había sido objeto de negligencia médica “sistemática” y prolongada en prisión.

Amnistía Internacional vio también una evaluación médica que llevó a cabo Dmitry Klotzky, director médico del IPS, que decía que el pronóstico de Walid era “muy malo” y que necesitaba ayuda para todas las actividades diarias.

Organizaciones palestinas de derechos humanos como Addamer documentan desde hace tiempo la política israelí de negligencia médica contra personas presas palestinas. La Organización Mundial de la Salud y el relator especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados desde 1967 han expresado asimismo su preocupación por el trato que dispensa el IPS a las personas palestinas reclusas enfermas.

Las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos, de la ONU, establecen que “los reclusos gozarán de los mismos estándares de atención sanitaria que estén disponibles en la comunidad exterior y tendrán acceso gratuito a los servicios de salud necesarios sin discriminación por razón de su situación jurídica”.

Reclusión punitiva en régimen de aislamiento

Walid Daqqah, ciudadano palestino de Israel, fue detenido en marzo de 1986. Un año después, un tribunal militar lo declaró culpable de comandar un grupo vinculado al Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) que había secuestrado y asesinado al soldado israelí Moshe Tamam en 1984. Walid no fue declarado culpable de cometer el asesinato, sino de ordenar a otros miembros del grupo que mataran al soldado. Walid Daqqah afirma que durante los interrogatorios lo sometieron a tortura y otros malos tratos. Fue condenado a cadena perpetua, pena que en 2012 fue reducida a 37 años de prisión, periodo que cumplió en marzo de 2023.

Amnistía Internacional condena el asesinato de Moshe Tamam por constituir una violación de la prohibición absoluta de la violencia contra la vida y la persona de los miembros de las fuerzas armadas que hayan depuesto las armas, incluidos los cautivos, que establecen los Convenios de Ginebra.

Durante el tiempo que lleva en prisión, Walid Daqqah ha escrito numerosos ensayos sobre el impacto del encarcelamiento en la sociedad palestina, una novela para personas adultas jóvenes y numerosas cartas en las que describe la vida en la cárcel, una de las cuales se ha adaptado como obra teatral. Tras la publicación de su novela, el IPS sometió a Walid a reclusión punitiva en régimen de aislamiento.

Las autoridades han denegado reiteradamente las solicitudes de visita conyugal de Walid y su esposa Sanaa. Este derecho se niega a todas las personas palestinas clasificadas como “preso o presa de seguridad”, categoría que también se suele conceder a personas reclusas israelíes judías. En 2019, Walid y Sanaa lograron concebir una hija sacando esperma de contrabando de la prisión y su hija Milad nació en 2020. Walid fue sometido a reclusión en régimen de aislamiento tras el nacimiento de la niña y no se le permitió verla durante los primeros 18 meses.

La familia de Walid Daqqah prevé presentar un recurso ante el Tribunal Supremo israelí, pero, como dijeron a Amnistía Internacional, “el tiempo es un lujo que no tenemos”.

Según las evaluaciones médicas que hemos examinado, el pronóstico de Walid Daqqah es de entre uno y dos años de vida; mantenerlo en prisión hasta 2025 es cruel e innecesario.

Heba Morayef

“Walid Daqqah y su familia no deberían estar recorriendo un laberinto legal en un momento tan doloroso. Según las evaluaciones médicas que hemos examinado, el pronóstico de Walid Daqqah es de entre uno y dos años de vida; mantenerlo en prisión hasta 2025 es cruel e innecesario”, concluyó Heba Morayef.

“Pedimos a las autoridades israelíes que excarcelen a Walid Daqqah, que pongan fin a la negación sistemática de atención médica adecuada a las personas palestinas en prisión, y que garanticen que respetan todas las normas internacionales sobre el tratamiento de las personas reclusas”