Sábado, 27 de mayo, 2017
Red de jóvenes, Red de jóvenes

La expresión “dignidad humana” no es tan usada en los principales tratados sobre DDHH porque tenga un sonido adecuado sino porque posee un significado acertado: juntando definiciones encontramos que la dignidad humana es en realidad aquello que corresponde a las personas por ser seres humanos. Encontramos también que cada derecho humano que se nos atribuye se redactó en favor de preservar nuestra dignidad y favorecer el desarrollo de nuestra personalidad… si uno solo de nuestros derechos humanos llega a faltarnos, nuestra personalidad no se está reconociendo y, por tanto, nuestra dignidad no se está respetando. Pero no se puede hablar de reconocimiento de la dignidad humana mientras se vive en pobreza.


 

 “Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.”

– Artículo 22 de la Declaración universal de los Derechos Humanos. 

(26-05-2017) Seguridad social, educación, trabajo, esfuerzo, oportunidades, derechos, igualdad... Son solo algunas de las palabras que los pueblos de las Naciones Unidas utilizaron hace más de 68 años para reafirmar “...su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana”. La palabra <<dignidad>> juega un papel fundamental en el reconocimiento de los DDHH, pero ¿Por qué? Y ¿Por qué siempre que la encontramos en la declaración se encuentra de alguna manera relacionada a la palabra <<personalidad>>?

        La dignidad, según la Real Academia Española, puede referirse, entre otras definiciones, a la cualidad de merecer algo o a que algo es correspondiente a la condición de alguien. Por su parte, la personalidad, en su significado filosófico, representa al “Conjunto de cualidades que constituyen a las personas o sujeto inteligente.” La expresión “dignidad humana” no es tan usada en los principales tratados sobre DDHH porque tenga un sonido adecuado sino porque posee un significado acertado: juntando definiciones encontramos que la dignidad humana es en realidad aquello que corresponde a las personas por ser seres humanos. Encontramos también que cada derecho humano que se nos atribuye se redactó en favor de preservar nuestra dignidad y favorecer el desarrollo de nuestra personalidad… si uno solo de nuestros derechos humanos llega a faltarnos, nuestra personalidad no se está reconociendo y, por tanto, nuestra dignidad no se está respetando. Pero no se puede hablar de reconocimiento de la dignidad mientras se vive en pobreza.

        No es únicamente la falta de dinero, la pobreza es la falta de acceso a las mismas oportunidades que reciben otras personas: entrar en la universidad y poder culminarla, conseguir esas medicinas que tanto se necesitan, divertirse sanamente, sentir que la protección legal es real o simplemente tener un lugar tranquilo y limpio en el cual descansar cada noche.

La pobreza impide que recibamos el trato digno de seres humanos pero es un problema que puede ser resuelto con el trabajo y dedicación de los gobiernos y la sociedad civil. Una persona que vive en situación de pobreza puede verse constantemente privada de derechos fundamentales como la educación de calidad, la atención médica adecuada, el acceso a agua potable o a una vivienda segura. Quien vive en situación de pobreza tiene menos posibilidades de saber que tiene unos derechos que nadie puede quitarle pero que le pueden ser vulnerados cada día.

 

Alrededor del mundo todavía hay 836 millones de personas que viven en situación de pobreza extrema por la falta de medidas públicas adecuadas en países en desarrollo según la Organización de Naciones Unidas; es por eso que el primer objetivo de desarrollo sostenible es eliminar la pobreza, en todas sus formas, para el 2030.

 

Amnistía Internacional, con su campaña <<Exige dignidad>>, ha reconocido el papel de la pobreza como obstáculo en el acceso a los derechos humanos. Si bien la campaña ha terminado, aún hay muchos casos de personas cuyos derechos han sido vulnerados por encontrarse en alguna forma de situación de pobreza.

 

        Si quieres actuar en defensa de los DDHH exigiendo dignidad, apóyanos con tu firma aquí.

 

      Conoce más de nuestra labor y ayúdanos apoyando otras campañas y casos entrando aquí.

 

 ¡Actívate!

 

Exige dignidad

 

 “Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.”

– Artículo 22 de la Declaración universal de los Derechos Humanos. 

 

 

(26-05-2017) Seguridad social, educación, trabajo, esfuerzo, oportunidades, derechos, igualdad... Son solo algunas de las palabras que los pueblos de las Naciones Unidas utilizaron hace más de 68 años para reafirmar “...su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana”. La palabra <<dignidad>> juega un papel fundamental en el reconocimiento de los DDHH, pero ¿Por qué? Y ¿Por qué siempre que la encontramos en la declaración se encuentra de alguna manera relacionada a la palabra <<personalidad>>?

 

La dignidad, según la Real Academia Española, puede referirse, entre otras definiciones, a la cualidad de merecer algo o a que algo es correspondiente a la condición de alguien. Por su parte, la personalidad, en su significado filosófico, representa al “Conjunto de cualidades que constituyen a las personas o sujeto inteligente.” La expresión “dignidad humana” no es tan usada en los principales tratados sobre DDHH porque tenga un sonido adecuado sino porque posee un significado acertado: juntando definiciones encontramos que la dignidad humana es en realidad aquello que corresponde a las personas por ser seres humanos. Encontramos también que cada derecho humano que se nos atribuye se redactó en favor de preservar nuestra dignidad y favorecer el desarrollo de nuestra personalidad… si uno solo de nuestros derechos humanos llega a faltarnos, nuestra personalidad no se está reconociendo y, por tanto, nuestra dignidad no se está respetando. Pero no se puede hablar de reconocimiento de la dignidad mientras se vive en pobreza.

 

        No es únicamente la falta de dinero, la pobreza es la falta de acceso a las mismas oportunidades que reciben otras personas: entrar en la universidad y poder culminarla, conseguir esas medicinas que tanto se necesitan, divertirse sanamente, sentir que la protección legal es real o simplemente tener un lugar tranquilo y limpio en el cual descansar cada noche.

 

La pobreza impide que recibamos el trato digno de seres humanos pero es un problema que puede ser resuelto con el trabajo y dedicación de los gobiernos y la sociedad civil. Una persona que vive en situación de pobreza puede verse constantemente privada de derechos fundamentales como la educación de calidad, la atención médica adecuada, el acceso a agua potable o a una vivienda segura. Quien vive en situación de pobreza tiene menos posibilidades de saber que tiene unos derechos que nadie puede quitarle pero que le pueden ser vulnerados cada día.

 

Alrededor del mundo todavía hay 836 millones de personas que viven en situación de pobreza extrema por la falta de medidas públicas adecuadas en países en desarrollo según la Organización de Naciones Unidas; es por eso que el primer objetivo de desarrollo sostenible es eliminar la pobreza, en todas sus formas, para el 2030.

 

Amnistía Internacional, con su campaña <<Exige dignidad>>, ha reconocido el papel de la pobreza como obstáculo en el acceso a los derechos humanos. Si bien la campaña ha terminado, aún hay muchos casos de personas cuyos derechos han sido vulnerados por encontrarse en alguna forma de situación de pobreza.

 

        Si quieres actuar en defensa de los DDHH exigiendo dignidad, apóyanos con tu firma aquí.

 

      Conoce más de nuestra labor y ayúdanos apoyando otras campañas y casos entrando aquí.

 

 ¡Actívate!