Miércoles, 16 de enero, 2019
Alvarenga, Luis Miguel

En 2008, Genevieve Garrigos fue electa presidenta de Amnistía Internacional Francia, donde movilizó e integró a más personas al movimiento por los derechos humanos y tras cumplir sus períodos, en 2016, ha continuado su labor como activista


Inspiración es una de las palabras que se podría utilizar para describir la labor que desde 2002 realiza incansablemente Genevieve Garrigos, defensora de derechos humanos y expresidenta de Amnistía Internacional Francia (2008 – 2016).

A través de sus gestos y expresiones, Garrigos logra transmitir lo que ella ha podido sentir en las manifestaciones por los derechos de las personas LGBTI: la alegría de abrazar en libertad a una persona que estuvo detenida injustamente o, incluso, el coraje al saber que todavía hay muchos casos de torturas, tratos crueles e inhumanos en el mundo.

Es justo este último tema el que hizo cambiar la vida de Garrigos en 2002, ya que la situación revelada en la prisión estadounidense de Guantánamo (ubicada en Cuba), en donde las personas detenidas sufrían torturas, tratos crueles e inhumanos, así como algunos permanecían tras las rejas injustamente, hizo que fuese el momento para actuar.

“Cuando comenzó la llamada guerra contra el terrorismo y se reveló la situación en Guantánamo sentí que fue el momento de hacerme activista, porque vi que la época del Plan Cóndor estaba de vuelta. En 1989 se pensó que en el mundo se viviría con más libertades, ya que el optimismo que generó la caída del Muro de Berlín fue muy grande, pero lamentablemente eso se disolvió en 2002. Fue una cachetada muy fuerte”, recuerda con tristeza.

Para Garrigos este tipo de violación de derechos humanos es un recuerdo trágico de su juventud. Nacida en Argelia, la defensora creció en la Argentina de las décadas de 1950 y 60, justo antes que ocurrieran los golpes de Estado que iniciarían una de las épocas más trágicas para la región: las dictaduras que promovieron y realizaron desapariciones forzadas, las torturas y las ejecuciones extrajudiciales.

Esta situación obligó a la familia a volver a Europa para radicarse en Francia, en donde se desarrolló como farmaceuta.

“Soy europea y migrante, crecí sobre 3 continentes y por eso me siento muy involucrada en defender los derechos humanos de las personas migrantes y refugiadas”, agrega.

Actuar para transformar

La vida de Garrigos dio un giro radical al involucrarse de lleno en el activismo con Amnistía Internacional Francia. La defensa de los derechos de las mujeres fue una de las primeras campañas que asumió con su propio espíritu, ya que desde su juventud se había propuesto estudiar y empoderarse de sus derechos[1].

“En 2004, por primera vez, decidimos crear conciencia sobre la violencia contra las mujeres. Siguiendo tres ejes: durante los conflictos armados, en relación con la denegación de sus derechos y, finalmente, a través de la violencia doméstica”.[2]

A medida que pasaba el tiempo y la pasión por defender derechos humanos crecía, Garrigos se involucró en más acciones y campañas. Su personalidad jovial, llena de ánimo y de valentía se contagiaba a más personas, atrayendo a los jóvenes y captando la atención de las cámaras. Poco a poco, se convirtió en una lideresa cuya voz es respetada no solo en Francia, sino en Europa y el mundo.

Son muchas las imágenes y videos en los que Garrigos está al frente de las movilizaciones, con un micrófono o un altavoz exigiendo la garantía de derechos, el fin de sus vulneraciones y demandando a las autoridades que actúen y protejan a las víctimas.

“Tenemos que hablar, que denunciar, ir a protestas, ser solidarios, conocer nuestros derechos para defenderlos y apoyarnos los unos a los otros. Somos seres humanos y tenemos que tratar de olvidar el miedo. Incluso si lo tenemos, hay que sobrepasarlo”, destaca.

En 2008 fue electa presidenta de Amnistía Internacional Francia, donde movilizó e integró a más personas al movimiento por los derechos humanos y tras cumplir sus períodos, en 2016, ha continuado su labor como activista.

“Como presidenta de Amnistía Internacional Francia tuve la suerte de encontrarme con gente extraordinaria, quienes han salido de cárceles mediante las acciones de los activistas de AI pese a estar condenados muerte o haber sido torturados”.

Además, se ha desempeñado como presidenta de la Women's Foundation Support Association y ha apoyado constantemente a otras organizaciones feministas, así como ha impulsado campañas para la adopción de la Ley de Matrimonio Igualitario en Francia en conjunto con organizaciones de derechos LGBTI, quienes incluso destacaron su labor a través de designarla madrina del desfile del orgullo.

Garrigos no esconde su alegría al enfatizar que, pese a los riesgos, el cansancio o las dificultades, se siente cada vez más comprometida con la causa de los derechos humanos a través de Amnistía Internacional, ya que “defendemos los derechos sin importar las víctimas, ni los victimarios”.

 



[1] Geneviève Garrigos : « on observe une régression du droit des femmes », http://www.mondedesgrandesecoles.fr/genevieve-garrigos-%C2%AB-on-observe-une-regression-du-droit-des-femmes-%C2%BB/

[2] Idem.