Viernes, 07 de diciembre, 2018

El 2 de diciembre, Lev Ponomarev fue acusado formalmente de “infracción reiterada” de la restrictiva legislación rusa sobre reuniones públicas, por un texto publicado en Facebook en octubre. Se convocaba en él una concentración pacífica de solidaridad con jóvenes activistas detenidos en aplicación de las restrictivas leyes rusas “antiextremismo” y “antiterrorismo”


Las autoridades rusas deben dejar en libertad de inmediato y sin condiciones a Lev Ponomarev, activista de los derechos humanos de 77 años, que ha sido condenado hoy a 25 días de “detención administrativa” por convocar una concentración no autorizada.

“Lev Ponomarev es uno de los pilares del movimiento de derechos humanos de Rusia. Con esta condena, las autoridades rusas ponen de manifiesto su desprecio por los derechos humanos, al castigar a un hombre que ha dedicado su vida a defenderlos”, ha señalado Natalia Zviagina, directora de la oficina de Amnistía Internacional en Moscú.

“Tras denunciar públicamente las injusticias cometidas por el denominado sistema de justicia de Rusia contra otras personas, Lev Ponomarev es ahora su nueva víctima. Para las autoridades rusas, la notable contribución de Ponomarev a la promoción y protección de los derechos humanos lo convierte en delincuente. Al encerrarlo por apoyar en Facebook una concentración pacífica, las autoridades ponen de manifiesto que no piensan dejar de aplastar las libertades en Rusia.”

Información complementaria

El 2 de diciembre, Lev Ponomarev fue acusado formalmente de “infracción reiterada” de la restrictiva legislación rusa sobre reuniones públicas, por un texto publicado en Facebook en octubre. Se convocaba en él una concentración pacífica de solidaridad con jóvenes activistas detenidos en aplicación de las restrictivas leyes rusas “antiextremismo” y “antiterrorismo”. Anteriormente, en julio, le habían impuesto una multa por mantener en solitario un piquete en apoyo de activistas procesados, por lo que se consideró que había cometido un “delito reiterado”.

El destacado defensor de los derechos humanos había solicitado la autorización de las autoridades, pero se le había negado arbitrariamente. La concentración, que iba a celebrarse en Moscú el 28 de octubre, fue prohibida, y la policía dispersó a los participantes.