Lunes, 29 de abril, 2019

La protesta comenzó el 24 de abril, después de que varias personas representantes de organizaciones kurdas protagonizaran una sentada en el vestíbulo de la oficina del Secretariado Internacional de Amnistía Internacional en Londres. Al día siguiente, alrededor de 30 personas irrumpieron en la zona de recepción del edificio


Amnistía Internacional lamenta profundamente tener que confirmar que, justo antes de las 10 de la pasada noche, un grupo de aproximadamente 40 personas irrumpió en las oficinas del Secretariado Internacional de la organización en Londres. El grupo empujó, arrojó al suelo y pisoteó a un guardia de seguridad, que resultó afectado pero ileso y que, afortunadamente, no requirió tratamiento hospitalario.

Dado que la situación ya no podía considerarse una protesta pacífica y que no se podía seguir garantizando la seguridad del personal que estaba en la oficina, se llamó a la policía. Esta evaluó la situación y, tras determinar que se habían cometido delitos, actuó para desalojar a quienes ocupaban el edificio. Lamentablemente, algunas de las personas que protestaban se negaron a marcharse y la policía tuvo que detenerlas y sacarlas físicamente del lugar.

Todo este episodio ha sido enormemente preocupante. Durante la protesta, reiteramos continuamente nuestra voluntad de hablar con las personas que la protagonizaban e invitamos a una delegación a que se reuniera con la organización una vez que hubiéramos tenido ocasión de estudiar la información que nos habían entregado.

Aunque Amnistía Internacional dejó claro a las personas que se manifestaban que se trataba de una entrada ilegal no deseada en nuestra propiedad, la organización estaba dispuesta a tolerar su presencia y a permitirles que protestaran en la zona de recepción si lo hacían pacíficamente. Sin embargo, no podíamos permitirles que pasaran más allá de ese espacio debido al riesgo que conllevaría para la seguridad del personal y para la integridad del edificio. Lamentamos enormemente que esta protesta se volviera violenta y no nos diera más opción que pedir la ayuda de la policía para proteger a nuestro personal en el edificio.

Información complementaria

La protesta comenzó el 24 de abril, después de que varias personas representantes de organizaciones kurdas protagonizaran una sentada en el vestíbulo de la oficina del Secretariado Internacional de Amnistía Internacional en Londres. Al día siguiente, alrededor de 30 personas irrumpieron en la zona de recepción del edificio.

El jueves 25 de abril, teniendo presentes la salud, la seguridad y el bienestar de nuestro personal, tomamos a regañadientes la decisión de cerrar el edificio. Esto hizo que más de 300 miembros del personal no pudieran acceder a la oficina, lo que ha causado un importante trastorno a nuestra capacidad para llevar a cabo nuestra labor por los derechos humanos.

El viernes por la tarde el número de manifestantes se había reducido a nueve. Sin embargo, esa noche llegaron a la oficina 80 personas más, de los que 40 irrumpieron en el edificio.

Los grupos pidieron a Amnistía Internacional una declaración sobre las huelgas de hambre que se estaban llevando a cabo en las prisiones y la exigencia que se concediera al líder del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK), Abdullah Öcalan, recluido en la prisión de İmralı, acceso periódico a su familia y abogados. La organización estudió, y sigue estudiando, la información facilitada sobre presuntas violaciones de derechos humanos de las personas que están realizando huelgas de hambre en las prisiones.

Amnistía Internacional se opone a la reclusión en régimen de aislamiento y al aislamiento de pequeños grupos en las prisiones de Turquía y de todo el mundo, pues constituyen violaciones graves de los derechos de las personas encarceladas.

Amnistía Internacional es profundamente consciente de las huelgas de hambre que comenzaron en Turquía en noviembre de 2018 y del sufrimiento de quienes las están llevando a cabo. Sin embargo, para informar sobre violaciones de derechos humanos, la organización debe verificar de forma independiente las denuncias y recabar el consentimiento de las personas afectadas.

En el curso de la ocupación, las personas que protestaban acusaron a Amnistía Internacional de vulnerar sus derechos humanos al negarles agua, aire fresco e instalaciones sanitarias, extremos que rechazamos rotundamente.

Existe un sistema de circulación de aire fresco en la zona de recepción que estaban ocupando y se les proporcionó agua y comida cuando lo pidieron.

Nuestras instalaciones sanitarias están en el centro del edificio y, dada la conducta anterior de las personas manifestantes al irrumpir en la recepción, en aras de la seguridad y la integridad de la oficina no podíamos darles acceso a ellas; no obstante, tenían total libertad para salir del edificio cuando quisieran para usar los numerosos servicios existentes a corta distancia de nuestra oficina.