Miércoles, 31 de julio, 2019

La activista de los derechos laborales Sepideh Gholian está en huelga de hambre desde el 23 de julio de 2019 como protesta por los malos tratos sufridos por su familia y por las horribles condiciones de Shahr-e Rey, prisión próxima a Teherán. Su salud se ha deteriorado acusadamente, y está demasiado débil para caminar. Su juicio, junto con el también activista de los derechos laborales Esmail Bakhshi, se ha fijado para el 3 de agosto. Ambos deben ser puestos en libertad de inmediato y sin condiciones


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Fiscal general de Teherán
Prosecutor General of Tehran Ali Alghasi Mehr

Shahr-e Rey prison

Tehran-Varamin Highway, Gharchak, Irán

 

Señor Alghasi Mehr:

La activista de los derechos laborales Sepideh Gholian está en huelga de hambre desde el 23 de julio de 2019 como protesta por los malos tratos sufridos por su familia a manos de funcionarios de la prisión y por las horribles condiciones de Shahr-e Rey, prisión próxima a Teherán donde se halla recluida. Padece mareos, bajadas graves de la presión arterial y debilidad extrema, hasta el punto de que no puede caminar. También vomita ácidos del estómago. El 26 de julio la llevaron al centro médico de la prisión porque había perdido el conocimiento. Posteriormente dijo que allí la habían insultado y que no iba a volver a ir. Las autoridades le han pedido que firme una nota en la que declare que rechaza la atención médica voluntariamente.

El 23 de julio, su familia hizo las 13 horas de viaje por carretera que separan la provincia de Juzestán, en el sur de Irán, de Teherán para visitarla, tras un mes sin verla. En la prisión, los funcionarios gritaron a sus padres, los insultaron y los sometieron a registros que consideraron excesivos. Más tarde, en la sala de visita, gritaron también a Sepideh Gholian delante de su familia porque no se había cubierto el cabello y el cuerpo debidamente. La tensión aumentó al protestar ella por tales abusos. Los funcionarios pusieron entonces fin a la visita, sólo cinco minutos después de haber empezado, y se llevaron a Sepideh Gholian, dejando allí a sus padres temblando y llorando. Ella se declaró posteriormente en huelga de hambre como protesta. En una carta con fecha de 24 de julio, explicó que la huelga de hambre era también para protestar por las “horribles” condiciones de la prisión de Shahr-e Rey. Habló de las amenazas constantes del personal penitenciario a las reclusas, los peligros para la vida de éstas, las condiciones antihigiénicas y los frecuentes cortes del suministro de agua. Otras características de esta prisión que constituyen también motivo de queja son el hacinamiento, el calor extremo por falta de instalaciones adecuadas de aire acondicionado, la salinidad del agua, que hace que no sea potable, y la pésima alimentación.

Está previsto que el juicio de Sepideh Gholian y el también activista de los derechos laborales Esmail Bakhshi se celebre ante un tribunal revolucionario de Teherán el 3 de agosto. Están acusados falsamente de delitos contra la seguridad nacional, relacionados directamente con su participación en protestas obreras pacíficas por el impago de salarios en la empresa de caña azucarera de Haft Tappeh, en la provincia de Juzestán, y con el hecho de que denunciaran haber sido torturados tras su primera detención en noviembre de 2018.

Lo instó a dejar a Sepideh Gholian e Esmail Bakhshi en libertad de inmediato y sin condiciones, pues son presos de conciencia, recluidos únicamente por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica. Le pido que, hasta que sean puestos en libertad, garantice que pueden recibir visitas periódicas de sus familias y sus abogados y que Sepideh Gholian recibe atención médica adecuada, de acuerdo con la ética médica, incluidos los principios de confidencialidad, autonomía y consentimiento informado. Lo instó también a tomar de inmediato medidas para mejorar las condiciones de reclusión en la prisión de Shahr-e Rey conforme al derecho y las normas internacionales y a permitir que observadores independientes realicen visitas de inspección.

Atentamente,
[NOMBRE]

 

Información complementaria

Sepideh Gholian y Esmail Bakhshi fueron detenidos de nuevo, violentamente, por funcionarios del Ministerio de Inteligencia en Ahvaz, provincia de Juzestán, el 20 de enero, aparentemente como represalia por haber hablado de la tortura que aseguraban haber sufrido bajo custodia cuanto estuvieron detenidos en noviembre y diciembre de 2018. Sepideh Gholian fue recluida en la prisión de Sepidar, e Esmail Bakhshi, en la de Sheyban, ambas en Ahvaz, hasta el 28 de abril de 2019, cuando los trasladaron a la prisión Evin. El 3 de junio de 2019 llevaron a Sepideh Gholian a la prisión de Shahr-e Rey, situada en Varamin, ciudad próxima a Teherán. Desde entonces ambos han sido acusados de varios delitos contra la seguridad nacional, entre ellos “pertenencia a un grupo con el fin de alterar la seguridad nacional”,  reunión y colusión para cometer delitos contra la seguridad nacional”, “difusión de propaganda contra el sistema”, “publicación de mentiras con el fin de perturbar la opinión pública” y “alteración del orden público”. Estos cargos se deben únicamente a su participación en protestas pacíficas de los trabajadores de la empresa azucarera de Haft Tappeh, en la provincia de Juzestán, por impago de salarios y otros motivos de queja conexos y al hecho de que denunciaran haber sido torturados.

La seguridad y el bienestar de Sepideh Gholian corren grave peligro en la prisión de Shahr-e Rey, donde se hallan recluidas en condiciones de hacinamiento y falta de higiene mujeres en espera de juicio o ya condenadas por graves delitos violentos. Son frecuentes los informes sobre mujeres agredidas allí por otras reclusas y por personal penitenciario, así como sobre la prevalencia de problemas mentales, autolesiones y consumo generalizado de drogas. De acuerdo con los informes, el agua es salina y no apta para beber, por lo que las reclusas no tienen más remedio que comprar caras garrafas de agua potable en la tienda de la prisión. Asimismo, la comida se describe como incomestible, y la mayoría de las reclusas prefieren comprarse en la tienda sus propios alimentos, en su mayoría productos enlatados. En general, las presas reciben ayuda económica de sus familias o trabajan en la prisión para comprarse el agua y la comida. Otras quejas comunes son los frecuentes cortes de electricidad, la falta de ventilación adecuada o de instalaciones de aire acondicionado, la falta de cuartos de baño suficientes y su suciedad, la poca presión del agua de las duchas y la enorme escasez de camas, que obliga a muchas reclusas a dormir en el suelo. También se niega a las reclusas el acceso a servicios médicos adecuados, lo que fomenta la prevalencia de enfermedades contagiosas, como tuberculosis y hepatitis infecciosa. De acuerdo con el derecho internacional tal como se recoge en las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos (Reglas Mandela), las autoridades penitenciarias deben proporcionar a las personas presas alimentos nutritivos suficientes, así como agua potable y condiciones de reclusión limpias e higiénicas.

Sepideh Gholian y Esmail Bakhshi fueron detenidos por primera vez el 18 de noviembre de 2018, tras participar en una manifestación pacífica, organizada frente a la oficina del gobernador en Shush, Juzestán, para protestar por problemas relacionados con el impago de los salarios a los trabajadores de la empresa azucarera de Haft Tappeh. Tras quedar en libertad con fianza a mediados de diciembre, revelaron públicamente que habían sufrido tortura a manos de agentes de los servicios de inteligencia y de la policía de seguridad tanto en Shush como en Ahvaz. Contaron que los habían sometido reiteradamente a palizas, les habían dado golpes contra la pared y empujones que los habían tirado al suelo, y los habían humillado con insultos de carácter sexual y amenazado con flagelación, violencia sexual y asesinato. Las autoridades respondieron inicialmente prometiendo investigar las denuncias de tortura. Sin embargo, a los pocos días, altos funcionarios del Estado, como el presidente de la Magistratura, el fiscal jefe y el director de la oficina de la Presidencia, hicieron declaraciones en las que afirmaban que las denuncias de tortura eran falsas y amenazaban con presentar una denuncia contra Esmail Bakhshi por desprestigiar el sistema de la República Islámica (MDE 13/9745/201).

El 19 de enero de 2019, justo un día antes de que Esmail Bakhshi y Sepideh Gholian fueran detenidos, una cadena de televisión pública emitió las “confesiones” que ellos afirmaban haber hecho bajo tortura y otros malos tratos. En los vídeos emitidos “confiesan” estar en connivencia con grupos marxistas y comunistas de fuera de Irán para orquestar el derrocamiento del sistema organizando huelgas y manifestaciones. Según contó Esmail Bakhshi a Amnistía Internacional, antes de filmar las “confesiones”, sus interrogadores lo peinaron y lo afeitaron y le dieron un guion. Dijo que las autoridades paraban de grabar y le gritaban cuando les parecía que la expresión de su rostro no transmitía “arrepentimiento suficiente”. Sepideh Gholian dijo que la presión para que “confesara” era tan intensa que durante los interrogatorios lloraba y temblaba incontrolablemente y se arañaba el rostro. Al obtener y emitir confesiones forzadas, las autoridades iraníes violan de manera flagrantes el derecho a un juicio justo, incluido el derecho a guardar silencio durante los interrogatorios y a la presunción de inocencia.

Está previsto que el juicio de Esmail Bakhshi y Sepideh Gholian se celebre ante la Sección 28 del Tribunal Revolucionario de Teherán el 3 de agosto. En la misma causa están también imputados otro activista de los derechos laborales, Ali Nejati, y cuatro periodistas, Sanaz Alahyari, Amirhossein Mohammadifar, Amir Amirgholi y Asal Mohammadi. Ali Nejati, ex presidente y miembro actualmente del sindicato de trabajadores de Haft Tappeh, fue detenido el 29 de noviembre de 2018 y puesto en libertad con fianza el 28 de enero de 2019. Los cuatro periodistas trabajan en la revista online Gam, que informa de cuestiones de justicia social, incluidos los derechos laborales. Amir Amirgholi, Sanaz Alahyari y Amirhossein Mohammadifar se encuentran detenidos en la prisión de Evin de Teherán desde enero de 2019. Asal Mohammadi fue detenida el 8 de diciembre de 2018 y puesta en libertad con fianza el 5 de enero de 2019. Los cuatro periodistas se enfrentan a juicio por falsos cargos relacionados con la seguridad nacional, formulados contra ellos únicamente por informar de las protestas organizadas por los trabajadores de la empresa de caña azucarera de Haft Tappeh en Juzestán (MDE 13/0639/2019).

Pueden escribir llamamientos en: Persa o inglés. También pueden escribir en su propio idioma

Envíen llamamientos lo antes posible y no más tarde del: 11 de septiembre de 2019

Consulten con la oficina de Amnistía Internacional de su país si desean enviar llamamientos después de la fecha indicada.

Nombre y género gramatical preferido: Sepideh Gholian (femenino) y Esmail Bakhshi (masculino)

Enlace a la AU anterior: https://www.amnesty.org/es/documents/mde13/9745/2019/es/