Martes, 20 de agosto, 2019

Anni Lanz no ha cometido un delito ni ha hecho nada malo. Al cruzar la frontera para ayudar a un hombre joven y traumatizado que se había visto obligado a dormir a la intemperie con temperaturas bajo cero, demostró ser compasiva, no una delincuente", declaró María Serrano, responsable de campañas de Amnistía Internacional


Sobre la vista de apelación que se celebra mañana contra el fallo condenatorio de Anni Lanz, de 73 años, declarada culpable y multada con 800 francos suizos (820 dólares estadounidenses) por cruzar la frontera de Italia a Suiza llevando en su coche a un solicitante de asilo afgano que estaba medio congelado pasando la noche a la intemperie, María Serrano, responsable de campañas de Amnistía Internacional, ha declarado:

“Anni Lanz no ha cometido un delito ni ha hecho nada malo. Al cruzar la frontera para ayudar a un hombre joven y traumatizado que se había visto obligado a dormir a la intemperie con temperaturas bajo cero, demostró ser compasiva, no una delincuente.

 

La sentencia condenatoria impuesta a Anni debe ser anulada, y se debe modificar la legislación suiza de manera que no sancione a los buenos samaritanos por sus actos de solidaridad.

Llevar a Anni Lanz ante los tribunales por unos cargos absurdos es una burla de la justicia. Los esfuerzos de particulares y ONG para ayudar a quienes buscan seguridad deben ser elogiados y defendidos, no criminalizados".

Información complementaria

Anni Lanz fue acusada de facilitar la entrada irregular en Suiza, por haber llevado en su coche a un solicitante de asilo afgano a quien encontró durmiendo en el exterior de una estación de tren con temperaturas bajo cero en Italia, cerca de la frontera con Suiza. Lo había conocido antes, en un centro de expulsión situado en Basel.

El hombre sufría graves problemas psicológicos a raíz de la noticia de la muerte de su esposa y su hijo, y estaba desesperado por ir a vivir con su hermana en Suiza. A pesar de que se habían entregado informes médicos a las autoridades suizas que recomendaban que se le permitiera vivir con su hermana, las autoridades suizas lo habían devuelto a Italia.

Al enterarse de que el joven no tenía plaza en el centro de acogida de Italia y estaba durmiendo en la calle con temperaturas de 10 grados bajo cero, Anni fue a buscarlo. El artículo 116 de la Ley Federal de Extranjería de Suiza penaliza facilitar la entrada, estancia y circulación irregular.

Aunque la Ley prevé penas diferentes para quienes lo hagan con fines lucrativos y quienes no, Amnistía Internacional considera que la justicia penal nunca debería utilizarse para castigar actos de solidaridad. Anni Lanz trabaja sobre derechos de las personas refugiadas desde 1985 y es muy conocida en Suiza.