Martes, 02 de junio, 2020

En las últimas semanas la policía de Hong Kong ha reprimido reiteradamente las protestas pacíficas mediante detenciones arbitrarias multitudinarias y uso excesivo de la fuerza, incluido el uso de gas lacrimógeno y perdigones de pimienta. Al considerar ‘ilegal’ este importante acto conmemorativo, la policía ha vuelto a avivar innecesariamente las tensiones, cuando lo único que quieren miles de personas es encender una vela en memoria de quienes perdieron la vida


Ante la noticia de que, por primera vez en 30 años, la vigilia anual del 4 de junio en Hong Kong para conmemorar el aniversario de Tiananmen ha sido prohibida por las autoridades debido a las medidas de distanciamiento social por la COVID-19, Joshua Rosenzweig, director adjunto de Amnistía Internacional para el Este y el Sureste de Asia, ha declarado:

“La COVID-19 no debe usarse como excusa para reprimir la libertad de expresión. Las autoridades de Hong Kong deberían ayudar a facilitar el distanciamiento social en la vigilia por Tiananmen en lugar de prohibirla directamente. Más que nunca, el 4 de junio debe permitirse a la población de Hong Kong ejercer pacíficamente sus derechos a la libertad de expresión y reunión.”

“En las últimas semanas hemos visto a la policía de Hong Kong reprimir reiteradamente las protestas pacíficas mediante detenciones arbitrarias multitudinarias y uso excesivo de la fuerza, incluido el uso de gas lacrimógeno y perdigones de pimienta. Al considerar ‘ilegal’ este importante acto conmemorativo, la policía ha vuelto a avivar innecesariamente las tensiones, cuando lo único que quieren miles de personas es encender una vela en memoria de quienes perdieron la vida en los terribles acontecimientos del 4 de junio de 1989.”

“Con esta prohibición, y la catastrófica ley de seguridad nacional que se avecina, no está claro que vuelva a autorizarse alguna vez la vigilia por Tiananmen en Hong Kong.”

Información complementaria

La noche del 3 al 4 de junio de 1989, cientos de personas, posiblemente miles, murieron en la plaza de Tiananmen de Pekín cuando los soldados abrieron fuego contra estudiantes y trabajadores que estaban reivindicando pacíficamente la adopción de reformas políticas y económicas y el fin de la corrupción. Nadie conoce el número exacto de víctimas mortales porque las autoridades chinas han reprimido y censurado el debate sobre aquella represión durante las últimas tres décadas.

Desde 1990, cada 4 de junio, decenas de miles —en ocasiones, cientos de miles— de personas han participado en una vigilia con velas en el parque Victoria de Hong Kong para recordar a las víctimas y pedir a las autoridades que digan la verdad de lo ocurrido y asuman la responsabilidad por las muertes causadas.

El lunes, la policía prohibió el acto previsto para el jueves por motivos de salud pública. La prohibición de reuniones de más de ocho personas en Hong Kong debido a la COVID-19 ha sido recientemente ampliada hasta el viernes 5 de junio. La ciudad ha registrado un total de 10 casos de transmisión local del virus en las últimas seis semanas.

En las últimas semanas se han reavivado las protestas en Hong Kong contra el marco impuesto por Pekín para promulgar una ley de seguridad nacional en la ciudad, y también contra una propuesta de ley local que penalizaría los actos que ridiculicen el himno nacional de China.

El pasado miércoles, la policía disparó perdigones de pimienta de forma indiscriminada para disolver una manifestación y se detuvo arbitrariamente a más de 300 personas en una dura operación policial.

El mes pasado, el gobierno de Macao también prohibió la exposición fotográfica anual de la ciudad sobre Tiananmen a pesar de que no se habían implantado medidas de distanciamiento social.