Miércoles, 03 de junio, 2020

En 2019, Aleksandr Gabyshev recorrió cientos de kilómetros a pie hasta que la policía lo detuvo y lo ingresó durante un breve periodo en un hospital psiquiátrico. Posteriormente quedó en libertad, aunque, al parecer, fue sometido a estrecha vigilancia policial. El 12 de mayo de 2020, la policía antidisturbios entró en su casa y lo llevó a un hospital psiquiátrico, presuntamente por haberse negado a someterse a una prueba de COVID-19


Ante la decisión judicial de hoy por la que Aleksandr Gabyshev, chamán siberiano que el año pasado prometió “purgar” al presidente Vladimir Putin del Kremlin, permanecerá recluido en un hospital psiquiátrico, Denis Krivosheev, director adjunto de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central, ha declarado:

“Después de semanas de vigilancia policial intensiva, un escuadrón de policía antidisturbios trasladó forzosamente a Aleksandr Gabyshev desde su domicilio, donde se había autoconfinado, a un hospital psiquiátrico. Cuando Gabyshev exigió que le dieran el alta, fue declarado ‘peligroso para sí mismo y para otros’ y ahora el tribunal ha sancionado su reclusión en el hospital basándose en una opinión ‘médica’ cuyas conclusiones se basan en las opiniones políticas de Gabyshev.”

“Han hecho de Aleksandr Gabyshev un enemigo del Estado sólo por haber expresado su antipatía hacia Putin y por su espectacular viaje a pie desde su casa, en Siberia, hasta Moscú, y fue detenido por la policía después de que hablara de ‘purgar’ al presidente de su cargo usando sus poderes chamánicos.”

“Al utilizar primero a la policía y ahora al sistema psiquiátrico para hacer su voluntad, las autoridades rusas han revelado los increíbles extremos a los que son capaces de llegar para reprimir a quienes las critican. Esto es del todo inaceptable y Aleksandr Gabyshev debe ser puesto en libertad inmediata e incondicional."

Información general

En 2019, Aleksandr Gabyshev recorrió cientos de kilómetros a pie hasta que la policía lo detuvo y lo ingresó durante un breve periodo en un hospital psiquiátrico. Posteriormente quedó en libertad, aunque, al parecer, fue sometido a estrecha vigilancia policial. El 12 de mayo de 2020, la policía antidisturbios entró en su casa —donde se había autoconfinado— y lo llevó a un hospital psiquiátrico, presuntamente por haberse negado a someterse a una prueba de COVID-19.

El 29 de mayo, tras solicitar al hospital que pusiera fin al ingreso y le diera el alta, una comisión médica reunida rápidamente concluyó que Aleksandr Gabyshev era “peligroso para sí mismo y para otros”. El director del hospital pidió la aprobación del Tribunal Municipal de Yakutsky para ampliar la reclusión de Aleksandr Gabyshev, alegando que su paciente “sufre una sobrevaloración de su personalidad” porque había expresado ideas destinadas a “perjudicar al gobierno”. El 2 de junio, el Tribunal aprobó la hospitalización forzosa de Aleksandr Gabyshev, que ahora podría estar recluido indefinidamente en el hospital psiquiátrico.

Las normas internacionales de derechos humanos establecen claramente que los regímenes de privación de libertad basados en el presunto peligro de una persona para sí misma o para otras personas son inherentemente arbitrarios y deben ser revocados.