Lunes, 13 de julio, 2020

Según el Código Penal Islámico de Irán, el consumo de bebidas alcohólicas puede ser castigado con 80 latigazos y, si una persona es declarada culpable y condenada tres veces, la cuarta sentencia es la condena a muerte


Tras la confirmación por las autoridades judiciales iraníes de que el 8 de julio había sido ejecutado un hombre en la ciudad de Mashhad después de recibir reiteradas sentencias condenatorias por beber alcohol, Diana Eltahawy, directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África, ha declarado:

“Las autoridades iraníes han dejado de manifiesto una vez más la crueldad y la inhumanidad extremas de su sistema judicial con la ejecución de un hombre simplemente por beber alcohol. La víctima es la última persona ejecutada en la prisión de Valkalibad, lugar de numerosas ejecuciones masivas secretas y grotesco escenario del desprecio de Irán hacia la vida humana.

“Lamentamos el reiterado uso por las autoridades iraníes de la pena de muerte, que les ha granjeado la vergonzosa posición de segundo verdugo más prolífico del mundo. No hay justificación para la pena de muerte, que es el castigo cruel, inhumano y degradante por excelencia, e instamos a las autoridades iraníes a que procedan a su abolición”.

Según el Código Penal Islámico de Irán, el consumo de bebidas alcohólicas puede ser castigado con 80 latigazos y, si una persona es declarada culpable y condenada tres veces, la cuarta sentencia es la condena a muerte.

Mortaza Jamali, de 55 años, es el nombre de la víctima de la ejecución que se llevó a cabo en Mashhad, provincia de Jorasán Razaví, según medios de comunicación independientes y las redes sociales. Cuando se redactan estas líneas, Amnistía Internacional no había podido obtener aún más información sobre los detalles de su juicio y condena.

En respuesta a la indignación de la opinión pública por la ejecución, el departamento de justicia de la provincia de Jorasán Razaví he emitido hoy una declaración oficial en la que da a conocer los antecedentes penales del hombre relativos a causas anteriores no relacionadas con esta condena a muerte, en lo que parece un tosco intento de “justificar” su ejecución.

Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción, con independencia del carácter o las circunstancias del delito, de las características y la culpabilidad o inocencia del acusado y del método utilizado por el Estado para llevar a cabo la ejecución. Amnistía Internacional registró al menos 251 ejecuciones en Irán en su Informe sobre la pena de muerte anual de 2019.