Miércoles, 22 de julio, 2020

El 22 de julio de 2020, el Tribunal Superior para Revisión de Alor Setar anuló la pena de azotes con vara impuesta a 27 hombres rohinyás que habían llegado a las costas del país en abril de 2020. El Tribunal señaló que los hombres son refugiados que necesitan protección internacional debido a la situación en el estado de Rajine, Myanmar, de la que habían huido


Ante la noticia de que un tribunal de Malasia ha decidido hoy anular la pena de tres azotes con vara impuesta a 27 hombres rohinyás, Rachel Chhoa-Howard, investigadora de Amnistía Internacional sobre Malasia, ha declarado:

“La decisión de hoy corrige una condena cruel e inhumana que nunca debería haberse impuesto. Aunque es una buena noticia, los 27 hombres siguen en prisión, junto con decenas de personas refugiadas rohinyás más —mujeres, niños y niñas incluidos— solo por tratar de huir de una persecución terrible en Myanmar.

“El gobierno de Malasia debe excarcelar a todas las personas refugiadas rohinyás que están en prisión, a las que se ha escogido y declarado culpables ilegítimamente de presuntos ‘delitos de inmigración’, lo que es contrario al derecho internacional. Los centenares de personas rohinyás recluidas en centros de detención de Malasia deben ser asimismo puestas en libertad y quedar a cargo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

“Incluso antes de la pandemia, la detención a efectos exclusivamente de inmigración estaba permitida sólo en las circunstancias más excepcionales. En la actual crisis global de salud pública, la detención relacionada con la migración no es justificable”.

Información complementaria

El 22 de julio de 2020, el Tribunal Superior para Revisión de Alor Setar anuló la pena de azotes con vara impuesta a 27 hombres rohinyás que habían llegado a las costas del país en abril de 2020. El Tribunal señaló que los hombres son refugiados que necesitan protección internacional debido a la situación en el estado de Rajine, Myanmar, de la que habían huido. El órgano judicial manifestó también que no pueden ser devueltos a Myanmar, con arreglo al principio internacional de no devolución (non-refoulement).

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