Viernes, 06 de noviembre, 2020

Según la Organización Mundial de la Salud, las poblaciones reclusas están especialmente expuestas a contraer enfermedades infeccionas, como la COVID-19, y las condiciones de reclusión pueden agravar los riesgos, entre ellos el que supone la existencia de unos índices de transmisión más elevados, especialmente cuando las cárceles están superpobladas y los sistemas de salud son de peor calidad que en el resto de la comunidad


MassudMossaheb, de 73 años y doble nacionalidad, austriaca e iraní, cumple una condena de 10 años de prisión que le fue impuesta en un juicio manifiestamente injusto por imprecisos delitos contra la seguridad nacional. Se halla recluido en la prisión de Evin de Teherán y sufre problemas médicos graves, como insuficiencia cardíaca y diabetes. Corre un elevado riesgo de enfermar de gravedad o morir si contrae COVID-19.

Actúen: redacten su propio llamamiento o utilicen esta carta modelo 

Presidente de la Magistratura / Head of the Judiciary
Ebrahim Raisi

c/o Permanent Mission of Iran to the UN

Chemin du Petit-Saconnex 28, 1209 Geneva, Suiza

Señor Raisi:

MassudMossaheb, de 73 años y doble nacionalidad, austriaca e iraní, se halla recluido en la prisión de Evin de Teherán y está cada vez peor de salud, hasta el punto de que su vida podría correr peligro. Padece graves problemas médicos, como insuficiencia cardíaca y renal, diabetes e hipertensión arterial, para los que necesita recibir atención especializada constante y medicación diaria. Según fuentes informadas, las autoridades se niegan a trasladarlo a un centro médico fuera de la prisión para que lo vea un cardiólogo a pesar de las recomendaciones de un médico de la prisión. La propagación de la COVID-19 en las prisiones de Irán hace que corra un gran riesgo de enfermar de gravedad o morir, dados su edad y sus problemas médicos preexistentes.

El 29 de enero de 2019, MassudMossaheb fue detenido en Teherán por agentes del Ministerio de Inteligencia vestidos de civil. De acuerdo con dichas fuentes, lo tuvieron recluido durante tres días en una habitación de hotel, donde lo sometieron a tortura por medio de privación del sueño, lo interrogaron sin la presencia de un abogado y lo coaccionaron para que firmara dos documentos con falsas promesas de dejarlo en libertad y permitirle regresar a Austria. Luego lo trasladaron a la Sección 209 de la prisión de Evin, donde, según las fuentes, fue torturado con métodos como reclusión prolongada en régimen de aislamiento, negación de atención médica, amenazas de flagelación y bombardeo con brillantes luces eléctricas durante las 24 horas del día, lo que le impedía dormir y le producía angustia mental. Entre el 31 de julio y el 7 de agosto de 2019, lo sacaron tres veces de la prisión y lo llevaron al mismo hotel donde había estado recluido tras la detención para obligarlo a leer ante una cámara “confesiones” incriminatorias ya escritas. Se le negó el acceso a un abogado durante la fase de investigación, y el que eligió él fue rechazado por el presidente de la Sección 15 del Tribunal Revolucionario de Teherán, quien le asignó uno de una lista aprobada por el Estado. La primera vez que tuvo acceso a este abogado de oficio fue el 2 de octubre de 2019. El 27 de abril de 2020 fue declarado culpable de “espiar para Alemania”, “colaborar con un gobierno hostil” (en referencia a Israel) y “recibir fondos ilícitos” de los gobiernos alemán e israelí. Fue condenado a 22 años de prisión. Él negó todos los cargos. Su juicio fue manifiestamente injusto, pues el tribunal se basó en confesiones forzadas de las que Massud se retractó, diciendo al juez que las había hecho bajo tortura. Su condena se confirmó en una vista de apelación. Según las directrices de Irán sobre la ejecución de penas, debe cumplir 10 años de condena. El 13 de agosto de 2020, los medios de comunicación oficiales emitieron sus “confesiones” forzadas en un vídeo propagandístico.Amnistía Internacional cree que el encarcelamiento de MassudMossaheb es arbitrario, porque los procedimientos penales a que fue sometido fueron manifiestamente injustos y no cumplieron las normas internacionales sobre juicios justos.

Lo insto a anular la sentencia y la condena de MassudMossaheb y a dejarlo en libertad si no está acusado de ningún delito reconocible internacionalmente ni va a ser juzgado de acuerdo con las normas internacionales sobre juicios justos. Dada la pandemia de COVID-19, le pido además que lo deje de inmediato en libertad por razones médicas, pues, al ser una persona de edad avanzada y con problemas médicos preexistentes, corre un gran riesgo de enfermar de gravedad o morir si contrae COVID-19 en la prisión. Hasta que sea puesto en libertad, se debe garantizar que tiene acceso a los servicios médicos necesarios, a sus familiares, a un abogado de su elección y a asistencia consular de las autoridades austriacas.

Atentamente,
[NOMBRE]

Información complementaria

MassudMossaheb estaba ya mal de salud antes de su encarcelamiento y recibía periódicamente atención médica especializada. De acuerdo con la información proporcionada a Amnistía Internacional por fuentes informadas y con una carta que MassudMossaheb escribió a las autoridades desde la prisión el 5 de agosto de 2020 para solicitar atención médica, padece graves problemas de salud y se ha sometido a numerosas operaciones anteriormente. Padece una dolencia cardíaca, diabetes, insuficiencia real, enfermedad del hígado graso y problemas musculo-esqueléticos de rodilla, pies y espalda. También sufre episodios recurrentes de inflamación intestinal y diverticulitis, debido a los cuales iba a someterse a cirugía para que le quitaran partes del intestino cuando fue detenido en enero de 2019. Anteriormente había sufrido un accidente isquémico transitorio, o mini ictus, que es una afección grave en la que el riego de sangre al cerebro se interrumpe temporalmente.En 2011 sufrió complicaciones tras una extirpación quirúrgica de la próstata. Hace varios años le extirparon también la glándula tiroides y necesitaba medicación tiroidea. Se le ha negado el acceso a atención médica adecuada y a servicios médicos especializados fuera de la prisión. Durante un tiempo se le negó también el acceso a su medicación diaria.

MassudMossaheb es ingeniero mecánico y ha trabajado en la industria aeroespacial durante decenios. En los últimos años era consultor de diferentes empresas, y cuando lo detuvieron en Teherán acompañaba a una delegación de MedAustron, empresa de tecnología de radioterapia dedicada al tratamiento y la investigación del cáncer. En el marco de un proyecto conjunto con Irán, la empresa trabajaba con las autoridades austriacas y el Ministerio de Salud y el Organismo de Energía Atómica de Irán en la construcción de un hospital para la administración de tratamientos terapéuticos. MassudMossaheb fue también uno de los fundadores de la Sociedad de Amistad Irano-austriaca, grupo no gubernamental establecido en Austria para estrechar los lazos con Irán.

Tras su detención en enero de 2019 y durante el tiempo que estuvo recluido en una habitación de hotel, los interrogadores del Ministerio de Inteligencia le dijeron que llevan 20 años sometiéndolo a seguimiento y observación y creían que todos los viajes que hacía hecho a Irán y las vacaciones que había pasado en el país durante ese tiempo eran una señal de espionaje. Tres días después de su detención lo llevaron a la Sección 209 de la prisión de Evin, que está controlada por el Ministerio de Inteligencia y donde sus interrogadores lo sometieron a tortura y otros malos tratos con métodos como no darle sus gafas, sin las que no ve bien. No se le permitió recibir visitas de su familia hasta el 16 de abril de 2019. Cuando llevaba detenido alrededor de 50 días, le levantaron el régimen de aislamiento y lo llevaron a una celda superpoblada del ala de cuarentena de la prisión, y actualmente se halla recluido en la Sección 7. El 29 de julio de 2019, las autoridades dijeron a su esposa que le llevara un traje a la prisión porque iban a hacerle una entrevista en la televisión. Lo amenazaron con recluirlo en régimen de aislamiento si no hacía la entrevista y lo obligaron a ponerse el traje y a leer declaraciones de “confesión” mientras hacían numerosas tomas frontales con dos cámaras.

Durante su juicio, que tuvo lugar del 1 de febrero al 26 de abril de 2020, estas “confesiones” forzadas se admitieron como prueba contra él. En la sentencia, el fiscal indicó que MassudMossaheb había trabajado con los servicios de inteligencia de Israel y Alemania durante los últimos 20 años, que se había valido de su puesto en la Sociedad de Amistad Austriaco-iraní para desarrollar disimuladamente sus actividades y que había pasado información de inteligencia sobre Irán a Israel y Alemania. También dijo que había recibido dinero a modo de “remuneración económica por sus servicios de espionaje”. El 13 de julio de 2020, las autoridades comunicaron a su abogado que se había confirmado la sentencia y era firme. El 11 de agosto de 2020, el portavoz de la Magistratura, GholamhosseinEsmaili, anunció la sentencia y condena de MassudMossaheb durante su conferencia de prensa semanal. A continuación, el 13 de agosto de 2020, la Radiotelevisión de la República Islámica de Irán emitió un vídeo propagandístico de las “confesiones” forzadas de MassudMossaheb.

Amnistía Internacional ha expresado anteriormente su preocupación por la situación de las personas presas en Irán durante la pandemia de COVID-19, pues las autoridades iraníes no han adoptado medidas suficientes para proteger a la población reclusa del país. Unas cartas oficiales filtradas han revelado que el Ministerio de Salud ha hecho caso omiso de las reiteradas peticiones formuladas por la Administración Penitenciaria para que le proporcionen recursos suficientes con que impedir la propagación del virus en la prisiones. Según la Organización Mundial de la Salud, las poblaciones reclusas están especialmente expuestas a contraer enfermedades infeccionas, como la COVID-19, y las condiciones de reclusión pueden agravar los riesgos, entre ellos el que supone la existencia de unos índices de transmisión más elevados, especialmente cuando las cárceles están superpobladas y los sistemas de salud son de peor calidad que en el resto de la comunidad.

Pueden escribir llamamientos en: Persa o inglés. También pueden escribir en su propio idioma.

Envíen llamamientos lo antes posible y no más tarde del: 31 de diciembre de 2020. Consulten con la oficina de Amnistía Internacional de su país si desean enviar llamamientos después de la fecha indicada.

Nombre y género gramatical preferido: MassudMossaheb(masculino)