Viernes, 27 de noviembre, 2020

Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción, con independencia del carácter o las circunstancias del delito, de las características y la culpabilidad o inocencia del acusado y del método utilizado por el Estado para llevar a cabo la ejecución. La pena capital viola el derecho a la vida, proclamado en la Declaración Universal de Derechos Humanos


El 24 noviembre, el profesor universitario irano-sueco AhmadrezaDjalali supo que la fiscalía había ordenado ejecutar su condena a muerte por “corrupción en la tierra” (efsad-e fel-arz). En una breve llamada telefónica que hizo a su esposa ese mismo día, explicó que lo habían trasladado a la sección 209 de la prisión de Evin de Teherán y recluido allí en régimen de aislamiento Corre riesgo inminente de ejecución.

Actúen: Redacten su propio llamamiento o utilicen esta carta modelo

 

Presidente de la Magistratura
Head of the Judiciary Ebrahim Raisi

c/o Permanent Mission of Iran to the UN

Chemin du Petit-Saconnex 28, 1209 Geneva, Suiza

Señor Raisi:

El 24 noviembre de 2020, AhmadrezaDjalali, así como su familia y su abogado, fue informado en la fiscalía de la prisión de Evin de que las autoridades habían cursado una orden a la oficina de aplicación de condenas para que se ejecutara su condena a muerte. Los funcionarios de la fiscalía no indicaron la fecha de la ejecución, pero dieron que se llevaría a cabo dentro de una semana o no más tarde del 1 de diciembre. AhmadrezaDjalali fue trasladado a continuación a la sección 209 de la prisión de Evin, donde quedó recluido en régimen de aislamiento. Ese mismo día, hizo una llamada telefónica de menos de dos minutos a su esposa, quien reside en Suecia, y le comunicó la noticia, añadiendo que iban a trasladarlo a prisión de Raja’iShahr, en Karaj, para proceder a la ejecución de la condena. Fue la primera llamada telefónica que hacía a su familia desde mediados de octubre de 2020. Las autoridades penitenciaras le habían bloqueado la comunicación telefónica alegando que así se lo había ordenado el Ministerio de Inteligencia a la fiscalía tras haber concedido AhmadrezaDjalali una entrevista a un medio de comunicación extranjero. Según la información de que dispone Amnistía Internacional, la fiscalía dijo el 24 de noviembre que debía ejecutarse la condena a muerte porque se habían agotado ya todas las vías de apelación, revisión judicial e indulto.

AhmadrezaDjalali fue condenado a muerte por “corrupción en la tierra” (efsad-e fel-arz) en octubre de 2017, tras un juicio manifiestamente injusto ante la Sección 15 del Tribunal Revolucionario de Teherán. El tribunal se basó principalmente en “confesiones” que, según AhmadrezaDjalali, había hecho bajo tortura y otros malos tratos mientras estaba recluido en régimen de aislamiento prolongado y sin acceso a asistencia letrada. Entre otras cosas, amenazaron con ejecutarlo y con matar o hacer daño a sus hijos —que viven en Suecia— y a su madre —que vive en Irán—. Amnistía Internacional ha sostenido constantemente que el delito de “corrupción en la tierra” no cumple los requisitos de claridad y precisión que impone el derecho internacional e infringe, además, el principio de legalidad y seguridad jurídica. El 9 de diciembre de 2018, los abogados de AhmadrezaDjalali supieron que la Sala 1 del Tribunal Supremo había confirmado la condena a muerte sin darles la oportunidad de presentar documentación para su defensa. El tribunal Supremo ha rechazado al menos dos solicitudes de revisión judicial de la causa contra AhmadrezaDjalali’.

Le pido que suspenda de inmediato los planes de ejecutar a AhmadrezaDjalali y anule su sentencia y su condena y que le proporcione sin demora acceso a su familia y sus abogados. Le pido además que garantice que es puesto en libertad de inmediato y que se reconoce su derecho exigible a una indemnización, como ha reconocido en su caso el Grupo de Trabajo de la ONU sobre la Detención Arbitraria. Hasta que sea puesto en libertad se debe garantizar también que está protegido contra la tortura y otros malos tratos y ordenar realizar con prontitud una investigación independiente, efectiva e imparcial sobre su presunta tortura y otros malos tratos, llevando a las personas responsables ante la justicia para someterlas a un juicio justo y en el que no se recurra a la pena de muerte. Le pido que declare la suspensión oficial de las ejecuciones con vistas a la abolición de la pena capital.

Atentamente,
[NOMBRE]

Información complementaria

El 24 de noviembre de 2020, en respuesta a un tuit del ministro de Asuntos Exteriores sueco en que afirmaba haber mantenido ese día una conversación telefónica con su homólogo iraní y afirmaba que Suecia “condena la pena de muerte y está intentando que no se ejecute la condena impuesta a [Ahmadreza]”, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, SaeedKhatibzadeh, dijo que esta información era “inexacta y errónea”, sin explicar nada más.

AhmadrezaDjalali, médico y profesor universitario irano-sueco residente en Suecia, estaba de viaje en Irán por motivos profesionales cuando lo detuvieron, el 26 de abril de 2016. Estuvo siete meses recluido en la sección 209 de la prisión de Evin, que está controlada por el Ministerio de Inteligencia. Pasó tres de ellos en régimen de aislamiento, sin acceso a un abogado. Ha dicho que, durante ese tiempo, lo sometieron a tortura y otros malos tratos para obligarlo a “confesar” que era un espía. Afirma que sus interrogadores lo obligaron a leer “confesiones” ya escritas ante una cámara de vídeo. Niega las acusaciones vertidas contra él y afirma que han sido fabricadas por las autoridades. En una carta escrita desde la prisión de Evin en agosto de 2017, AhmadrezaDjalali dijo que estaba recluido únicamente por haberse negado a utilizar sus contactos profesionales en instituciones europeas para espiar para Irán.

El 17 de diciembre de 2018, la televisión estatal iraní emitió la “confesión” de AhmadrezaDjalali durante un programa titulado Cortar de raíz y en el que se intercalaron con ella música dramática, gráficos e imágenes de noticias internacionales, a la vez que una voz lo presentaba a él como “espía”. Al obtener y emitir estas “confesiones” forzadas, las autoridades iraníes violaron el derecho de AhmadrezaDjalali a la presunción de inocencia, así como su derecho a no ser obligado a declararse culpable. AhmadrezaDjalali ha dicho que la “confesión” emitida era la que se filmó cuando estuvo recluido en régimen de aislamiento y sin acceso a un abogado.

En noviembre de 2017, el Grupo de Trabajo de la ONU sobre la Detención Arbitraria pidió a Irán que dejara de inmediato en libertad a AhmadrezaDjalali y le concediera el derecho exigible a una indemnización y otras formas de reparación, pues había sido detenido sin orden judicial, no había sido acusado formalmente hasta 10 meses después de su detención y se le había impedido de manera efectiva ejercer su derecho a impugnar la legalidad de su detención. También determinó que se había violado su derecho a un juicio justo con gravedad suficiente como para considerar su privación de libertad de carácter arbitrario.

Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción, con independencia del carácter o las circunstancias del delito, de las características y la culpabilidad o inocencia del acusado y del método utilizado por el Estado para llevar a cabo la ejecución. La pena capital viola el derecho a la vida, proclamado en la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Pueden escribir llamamientos en: Persa o inglés. También pueden escribir en su propio idioma.

Envíen llamamientos lo antes posible y no más tarde del: 21 de enero de 2021. Consulten con la oficina de Amnistía Internacional de su país si desean enviar llamamientos después de la fecha indicada.

Nombre y género gramatical preferido: AhmadrezaDjalali (masculino)

Enlace a la AU anterior: https://www.amnesty.org/es/documents/mde13/0853/2019/es/