Martes, 10 de enero, 2023

Desde 2017, Arabia Saudí ha detenido arbitrariamente y devuelto forzosamente a cientos de miles de personas migrantes etíopes 


Las autoridades saudíes están devolviendo forzadamente a cientos de miles de personas migrantes etíopes tras mantenerlas recluidas arbitrariamente en detención indefinida en condiciones crueles e inhumanas exclusivamente porque no tenían documentos válidos de residencia, una situación agravada por el abusivo sistema de patrocinio (kafala) saudí. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy. La organización pide a las autoridades saudíes que investiguen casos de tortura, así como al menos diez muertes bajo custodia, ocurridos entre 2021 y 2022.

El nuevo informe, “It’s like we are not human”: Forced returns, abhorrent detention conditions of Ethiopian migrants in Saudi Arabia, expone con detalle la situación de hombres, mujeres, niños y niñas etíopes recluidos arbitrariamente en los saturados centros de detención de Al Kharj y Al Shumaisi en condiciones terribles y abusivas y devueltos forzosamente a Etiopía entre junio de 2021 y mayo de 2022.

“Desde 2017, Arabia Saudí ha detenido arbitrariamente y devuelto forzosamente a cientos de miles de personas migrantes etíopes en condiciones tan abusivas e inhumanas que, a consecuencia de ellas, muchas han desarrollado graves problemas físicos y mentales a largo plazo. Ahora, más de 30.000 personas de nacionalidad etíope están detenidas en esas mismas condiciones, y corren peligro de sufrir la misma suerte. Sólo porque una persona no tiene documentos legales no significa que deba ser privada de sus derechos humanos”, ha manifestado Heba Morayef, directora regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.

Arabia Saudí ha estado invirtiendo agresivamente en embellecer su imagen […] pero bajo este brillante barniz yace un historial de terribles abusos contra personas migrantes que han estado trabajando duramente para ayudar al país a hacer realidad su gran visión.

Heba Morayef, Amnistía Internacional

“Arabia Saudí ha estado invirtiendo agresivamente en embellecer su imagen como parte de sus ambiciones de atraer empresas e inversiones extranjeras, pero bajo este brillante barniz yace un historial de terribles abusos contra personas migrantes que han estado trabajando duramente para ayudar al país a hacer realidad su gran visión.”

Se calcula que en Arabia Saudí hay 10 millones de trabajadores y trabajadoras migrantes. Amnistía Internacional ha optado por centrarse en la situación sufrida por las personas migrantes etíopes indocumentadas en Arabia Saudí a causa de los planes anunciados en marzo de 2022 por las autoridades etíopes y saudíes de devolver a Etiopía al menos a 100.000 hombres, mujeres niños y niñas etíopes para final de 2022.

Entre mayo y junio de 2022, Amnistía Internacional habló con 11 personas migrantes etíopes que estaban detenidas en Arabia Saudí antes de ser devueltas a su país, así como con un familiar de un exdetenido, con personal de ayuda humanitaria y con periodistas que conocen la situación dentro de los centros para migrantes.

Amnistía Internacional confirmó la ubicación de los centros de detención de Al Kharj y Al Shumaisi mediante verificación por satélite, y geoverificó vídeos del interior de ambos centros que revelan las terribles condiciones que se viven allí.

Devoluciones forzadas

Desde 2017, Arabia Saudí ha aumentado las detenciones y las devoluciones forzadas de migrantes etíopes como parte de una represión de los trabajadores y trabajadoras migrantes indocumentados en el país. En virtud del abusivo sistema saudí de patrocinio (kafala), los trabajadores y trabajadoras migrantes indocumentados carecen en muchos casos de maneras de regularizar su residencia, e incluso los que tienen documentos corren peligro de perder su permiso legal de residencia si abandonan a empleadores abusivos.

En marzo de 2022, las autoridades etíopes anunciaron que cooperarían en la repatriación, antes de terminar 2022, de más de 100.000 ciudadanos y ciudadanas de su país detenidos en Arabia Saudí. A día de hoy, al menos 30.000 personas migrantes etíopes permanecen detenidas en Arabia Saudí exclusivamente por no tener permiso de residencia legal, y siguen sufriendo en centros de detención saturados.

Enfrentadas a la detención arbitraria indefinida en condiciones abusivas, y sin recurso a impugnar su detención, muchas de las personas migrantes detenidas sienten que no tienen más opción que regresar a Etiopía.

Amnistía Internacional considera que el coercitivo entorno en el que viven estas personas migrantes hace que sea imposible que tomen una decisión realmente voluntaria, de acuerdo con el principio del consentimiento informado, y considera que su regreso a Etiopía constituye devolución forzada. La negativa de las autoridades saudíes a garantizar una evaluación caso por caso de las posibles necesidades de protección de las personas migrantes detenidas también genera el riesgo de que se devuelva a personas a situaciones de abuso, lo cual constituye una violación del principio de no devolución.

Condiciones inhumanas

Las autoridades saudíes han violado el principio básico expuesto en las Reglas Mandela según el cual “[t]odos los reclusos serán tratados con el respeto que merecen su dignidad y valor intrínsecos en cuanto seres humanos”.

Algunas personas que han estado detenidas y han sido entrevistadas por Amnistía Internacional han descrito como “inhumanos” el hacinamiento y las insalubres condiciones del centro de detención de Al Kharj, en Riad, y el centro de detención de Al Shumaisi, cerca de la ciudad de Yeda. Estas personas relataron tortura y palizas, y contaron que la comida, el agua y las camas eran insuficientes, y que no había acceso a atención médica adecuada, ni siquiera para los niños o niñas, las embarazadas o las personas enfermas de gravedad.

Amnistía concluyó también que entre las personas sometidas a devolución forzada había menores no acompañados y mujeres embarazadas.

Bilal, exdetenido que permaneció 11 meses recluido en el centro de detención de Al Shumaisi, contó que compartía habitación con otras 200 personas, pese a que sólo había 64 camas. Los detenidos tenían que hacer turnos para dormir en el suelo. Esto es lo que contó a Amnistía Internacional: “Es como si no fuéramos seres humanos”.

Mahmoud, otro detenido que había permanecido recluido en los dos centros, contó que su ración diaria de comida apenas era suficiente para una persona.

Otros dos exdetenidos contaron que las autoridades daban a cada detenido sólo medio litro de agua al día, a pesar de las abrasadoras condiciones en las saturadas instalaciones.

Atención médica inadecuada, enfermedad y muerte

Todas las personas que habían estado detenidas dijeron a Amnistía Internacional que los piojos y las enfermedades cutáneas eran una plaga. También dijeron que, cuando los piojos se propagaron entre las personas migrantes, éstas tuvieron que comprar bolsas de basura de plástico para usarlas como mantas, con el fin de protegerse, y quemarse el pelo para eliminar los piojos, porque las autoridades no les ofrecieron tratamiento.

Dos trabajadores humanitarios contaron a Amnistía Internacional que bastantes de las personas que eran devueltas a Etiopía desde Arabia Saudí sufrían enfermedades respiratorias e infecciosas, como la tuberculosis.

Amnistía Internacional también documentó casos de muertes bajo custodia en los centros de detención de Al Kharj y Al Shumaisi. Unas personas que habían estado detenidas informaron de diez muertes entre abril de 2021 y mayo de 2022, muchas ocurridas tras haber visto negada la atención médica, incluso en un caso después de haber sufrido heridas a raíz de palizas. Amnistía Internacional pide a las autoridades que investiguen estas muertes bajo custodia y hasta qué punto están vinculadas a la negación de atención médica adecuada.

Mahmoud, exdetenido que compartió celda con un hombre que vomitaba sangre, contó que las autoridades sólo le habían ofrecido paracetamol. El hombre murió el día que llegó a Etiopía tras ser devuelto forzadamente.

Un vídeo, verificado por Amnistía Internacional, muestra a un grupo de hombres reunidos en torno a lo que parece ser un cuerpo envuelto en una bolsa de plástico, mientras los hombres realizan el salat al janaza, un rito funerario musulmán.

Palizas y tortura

Seis personas que habían estado detenidas contaron a Amnistía Internacional que las sometían a palizas y tortura, incluidos golpes con palos de metal y cables, bofetones y puñetazos, y las obligaban a permanecer de pie en el exterior, con un calor extremo, sobre superficies de asfalto hasta que se les quemaba la piel.

Según dijeron, las torturaban cuando protestaban por las condiciones de reclusión, o cuando intentaban conseguir atención médica para un compañero o compañera de celda.

Hussein, exdetenido, dijo que un compañero de celda había muerto después de que los golpearan a los dos: “Le dolían las costillas y no lo llevaron al hospital. Suplicamos a los guardias penitenciarios que se llevaran su cadáver después de que muriera […] No se lo llevaron hasta dos días después”.

Arabia Saudí es uno de los países más ricos del mundo, pero amontona a personas migrantes en sucios centros de detención y se niega a proporcionarles atención médica, comida o agua adecuadas.

Heba Morayef, Amnistía Internacional

“Arabia Saudí es uno de los países más ricos del mundo, pero amontona a personas migrantes en sucios centros de detención y se niega a proporcionarles atención médica, comida o agua adecuadas. Los constantes abusos, que en ocasiones provocan la muerte de migrantes, indican la falta de voluntad de las autoridades saudíes de mejorar el trato que se da a los trabajadores y trabajadoras migrantes. Las autoridades deben investigar de manera urgente las muertes y la tortura de las personas migrantes detenidas. Mejor aún, deben dejar de detener a estas personas, para empezar”, ha manifestado Heba Morayef.

Si desean consultar el informe completo (en inglés), hagan clic en: “It’s like we are not human”: Forced returns, abhorrent detention conditions of Ethiopian migrants in Saudi Arabia.