Martes, 13 de junio, 2023

A principios de mayo, en su ofensiva contra la Franja de Gaza ocupada, Israel destruyó viviendas palestinas ilegalmente, a menudo sin que mediaran necesidades militares, en lo que constituye una forma de castigo colectivo contra la población civil, ha declarado hoy. Amnistía Internacional. Asimismo, llevó a cabo ataques aéreos aparentemente desproporcionados que causaron la muerte y heridas a la población civil palestina, también menores de edad.

Amnistía Internacional investigó nueve ataques aéreos israelíes que provocaron la muerte de civiles, y daños y la destrucción de edificios de viviendas de la Franja de Gaza. Tres ataques distintos realizados la primera noche de bombardeos, el 9 de mayo, en los que se dirigieron bombas guiadas de precisión contra sendos altos mandos de las Brigadas Al Quds, mataron a 10 personas civiles palestinas e hirieron al menos a otras 20. Las bombas fueron lanzadas contra zonas urbanas densamente pobladas a las 2 de la madrugada, cuando las familias dormían en sus casas, lo que indica que quienes planearon y autorizaron los ataques preveían —y probablemente descartaron— el daño desproporcionado a la población civil. El lanzamiento intencional de ataques desproporcionados, constante que Amnistía Internacional ha documentado en operaciones israelíes anteriores, es un crimen de guerra.

Por su parte, los grupos armados palestinos con base en la Franja de Gaza, encabezados por las Brigadas Al Quds, brazo armado de la Yihad Islámica palestina, lanzaron indiscriminadamente cohetes que causaron la muerte de dos civiles en Israel y de tres civiles palestinos en la Franja de Gaza, que también deberían investigarse como crímenes de guerra.

“Ha pasado un mes desde el acuerdo de alto el fuego entre las autoridades israelíes y los grupos armados palestinos, pero el sufrimiento que causan a la población civil de la Franja de Gaza estas recurrentes ofensivas israelíes no cesa nunca. En nuestra investigación, hemos escuchado relatos vívidos de bombas que destruían casas, de padres sacando de entre los escombros a sus hijitas, de una adolescente mortalmente herida cuando estaba en la cama abrazada a un oso de peluche. Más aterrador que todo esto es la casi certeza de que, salvo que los perpetradores respondan de sus actos ante la justicia, estas espantosas escenas se repetirán”, dijo Heba Morayef, directora regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.

En nuestra investigación, hemos escuchado relatos vívidos de bombas que destruían casas, de padres sacando de entre los escombros a sus hijitas, de una adolescente mortalmente herida cuando estaba en la cama abrazada a un oso de peluche.

Heba Morayef, directora regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África

“El hecho de que estemos documentando las mismas constantes de homicidios ilegítimos y de destrucción una y otra vez da fe de la inacción de la comunidad internacional a la hora de exigir cuentas a Israel. La impunidad de Israel por los crímenes de guerra que comete reiteradamente contra la población palestina y por sus 16 años de cruel bloqueo ilegal en curso de la Franja de Gaza alienta que se cometan aún más violaciones y cronifica la injusticia.”

Cinco días de ofensiva

El 9 de mayo, las fuerzas israelíes iniciaron una ofensiva de cinco días contra la Franja de Gaza, dirigida aparentemente contra miembros e instalaciones de las Brigadas de Al Quds. Los ataques israelíes causaron la muerte de 11 personas civiles palestinas, 4 de ellas menores de edad. El Ministerio de Salud de Gaza informó de que habían resultado heridas 190 personas, de las que 64 eran menores.

Las operaciones militares israelíes causaron daños en 2.943 viviendas, 103 de las cuales quedaron totalmente destruidas. Al menos 1.244 personas palestinas han sido desplazadas debido a la ofensiva, según cifras facilitadas por el Ministerio de Obras Públicas palestino.

El 10 de mayo, las Brigadas Al Quds, junto con grupos armados más pequeños, respondieron al ataque israelí con el lanzamiento de cientos de cohetes contra localidades israelíes durante 4 días y causaron la muerte de 2 civiles en Israel —Inga Avramyan, mujer israelí de 82 años, y Abdallah Abu Jibbeh, trabajador palestino de 35 años de la Franja de Gaza— y heridas a 40, según el Ministerio de Salud israelí. Los cohetes lanzados por grupos armados palestinos que fallaron o no alcanzaron el blanco también causaron la muerte de 3 civiles palestinos en el norte de la Franja de Gaza, entre ellos las de la niña Layan Mdoukh, de 10 años, y el adolescente Yazan Alayan, de 16. Este no es un incidente aislado: las conclusiones más recientes de Amnistía Internacional sobre víctimas palestinas causadas por cohetes que fallaron se publicaron después de la operación militar de agosto de 2022.

“Conocidos por su imprecisión inherente, los ataques con cohetes de grupos armados palestinos son indiscriminados; estos ataques deben investigarse como crímenes de guerra y las víctimas deben recibir una reparación sin demora y adecuada”, prosiguió diciendo Heba Morayef.

Violencia indescriptible

A las 2 de la mañana del 9 de mayo, los ataques aéreos israelíes alcanzaron un edificio de dos alturas del distrito de Al Shaf de la ciudad de Gaza con una bomba GBU-39, explosivo de pequeño diámetro fabricado por Boeing Defense, Space & Security y exportada a Israel desde Estados Unidos. El ataque estaba dirigido al apartamento de Khalil al Bahtini, miembro destacado de las Brigadas Al Quds y causó su muerte, y también las de su esposa Leila al Bahtini y de su hija de 4 años Hajar. El apartamento vecino resultó asimismo alcanzado y en él murieron Dania Adas, de 19 años, y su hermana Iman, de 17.

Alaa Adas, padre de Dania e Iman, dijo a Amnistía Internacional que se despertó cuando la puerta de su dormitorio cayó sobre él. Corrió a la habitación de Iman y Dania, a las que encontró en la cama. Dania, que iba a casarse en julio, ya estaba muerta. Iman, buena estudiante que soñaba con ser médica, respiraba aún y la llevaron apresuradamente al hospital, donde murió unas horas después.

“En lugar de graduarse y de estudiar en la universidad y cumplir su deseo de convertirse en médica, [Iman] murió”, dijo Adas.

En lugar de graduarse y de estudiar en la universidad y cumplir su deseo de convertirse en médica, [Iman] murió. 

Alaa Adas, padre de Dania (19 años) e Iman (17), víctimas del ataque en Gaza.

“Como civiles, las vidas de Leila y de Hajar al Bahtini y de Dania e Iman Adas debían haber sido protegidas, no destruidas. Israel tiene la obligación de cancelar un ataque si resulta evidente que podría causar daños desproporcionados a civiles y a bienes de carácter civil. El lanzamiento intencional de un ataque desproporcionado es un crimen de guerra”, concluyó Moyaref.

Destrucción deliberada

La destrucción deliberada por Israel de viviendas civiles también se cobró un alto precio entre la población civil de la Franja de Gaza, incluidas personas con discapacidad.

El 13 de mayo, las fuerzas israelíes atacaron un edificio de cuatro alturas en el campo de personas refugiadas de Yabalia. donde vivían 42 personas de la familia extendida Nabhan. Cinco de sus miembros viven con alguna discapacidad, de los que tres usan silla de ruedas.

Campo para personas refugiadas de Yabalia (Gaza): La imagen satelital muestra un edificio de la zona del campo para personas refugiadas de Yabalia el 11 de agosto de 2022.

La imagen satelital del 23 de mayo de 2023 (derecha) muestra el edificio arrasado y rodeado de escombros.

Hussam Nabhan, testigo presencial del ataque, contó a Amnistía Internacional que, hacia las 6 de la tarde, había recibido una llamada —cree que del servicio de inteligencia israelí— en la que le dijeron que las personas residentes del edificio tenían 15 minutos para evacuarlo. Hussam respondió que en el edificio había personas con discapacidad y que necesitaban más tiempo, pero su interlocutor se limitó a repetir el aviso.

Tras el ataque, Haneen Nabhan, de 22 años, quedó tan traumatizada que apenas podía hablar y dijo que su silla de ruedas había quedado enterrada bajo los escombros de su casa por lo que ya no podía desplazarse con independencia.

La investigación de Amnistía Internacional no halló indicios de que el edificio de Nabhan —y otros edificios de viviendas destruidos o dañados en los dos últimos días de la ofensiva— hubieran sido empleados para almacenar armas u otro material militar ni de que se hubieran lanzado cohetes desde su proximidad inmediata.

“La causa fundamental de esta violencia indescriptible es el sistema de apartheid israelí. Este sistema debe ser desmantelado, debe levantarse inmediatamente el bloqueo de la Franja de Gaza y los responsables del crimen de apartheid, crímenes de guerra y otros crímenes de derecho internacional deben rendir cuentas”, concluyó Morayef.

Información complementaria

Dado que las autoridades israelíes siguen impidiendo el acceso de Amnistía Internacional a la Franja de Gaza, la organización contrató a una persona de la zona que hizo investigación de campo recogiendo datos y entrevistando a testigos en los escenarios de los ataques tanto durante como después de los cinco días de la ofensiva. El equipo de investigación de Amnistía Internacional se ocupó de hacer entrevistas de seguimiento y de analizar imágenes de satélite y otros datos de código abierto, como imágenes de los ataques y de después, junto con declaraciones de autoridades israelíes.

Los ataques ilegales contra viviendas palestinas y el bloqueo ilegal impuesto en Gaza desde 2007 son parte integrante del sistema de apartheid israelí contra la población palestina que constituye el crimen de lesa humanidad de apartheid en virtud de la Convención contra el Apartheid y del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.