Martes, 15 de abril, 2025

Hadi Rostami, Mehdi Sharfian y Mehdi Shahivand fueron acusados de entrar en las casas de cuatro personas y robar cajas fuertes que contenían oro y dinero en efectivo. El 19 de noviembre de 2019, tras un juicio manifiestamente injusto ante el Tribunal Penal 1 de la provincia de Azerbaiyán Occidental, fueron condenados a la amputación de cuatro dedos de la mano


Tres hombres —Hadi Rostami, Mehdi Shahivand y Mehdi Sharfian— corren peligro inminente de amputación de dedos. El 14 de abril de 2025, las autoridades les informaron de que se había ordenado el envío de un mecanismo de guillotina a la Prisión Central de Urmía, provincia de Azerbaiyán Occidental, para ejecutar en los próximos días sus condenas de amputación. Tras haber sido declarados culpables 2019 después de un juicio manifiestamente injusto y de “confesiones” enturbiadas por la tortura, los tres hombres se han enfrentado a reiteradas amenazas de amputación: una forma de tortura y un crimen de derecho internacional. Hubo planes anteriores de amputarles los dedos que se suspendieron debido a la presión internacional.

 

ACTÚEN: REDACTEN SU PROPIO LLAMAMIENTO O UTILICEN ESTA CARTA MODELO

Presidente de la Magistratura

Head of Judiciary, Gholamhossein Mohseni Ejei

c/o Embassy of Iran to the United Nations in Geneva

Chemin du Petit-Saconnex 28, 1209 Geneva

Suiza

 

Señor Gholamhossein Mohseni Ejei:

 

Hadi Rostami (de 38 años), Mehdi Sharfian (de 42) y Mehdi Shahivand (de 29), recluidos en la Prisión Central de Urmía, provincia de Azerbaiyán Occidental, corren peligro inminente de que se ejecuten sus condenas de amputación de dedos de la mano. El 14 de abril de 2025, el fiscal adjunto de Urmía, en presencia del director de la Oficina de Aplicación de Condenas y del director de la Prisión Central de Urmía les informó de que las autoridades judiciales habían ordenado el envío de un mecanismo de guillotina a la prisión para ejecutar en los próximos días sus sentencias de amputación de dedos.En marzo de 2025, Hadi Rostami escribió una carta desde la prisión en la que suplicaba ayuda y afirmaba: “[Las autoridades] quieren cortarme la mano por un delito que no cometí. Pido a las organizaciones de derechos humanos, a las Naciones Unidas y a la comunidad internacional que actúen con urgencia para impedir la ejecución de esta pena inhumana.”

 Hadi Rostami, Mehdi Sharfian y Mehdi Shahivand fueron detenidos en agosto de 2017 y declarados culpables de robo en 2019 después de un juicio manifiestamente injusto. Se les negó el acceso a asistencia letrada durante la fase de investigación de su caso, y los tribunales se basaron en “confesiones” forzadas para dictar las sentencias condenatorias. Estos hombres han asegurado que los obligaron mediante tortura a hacer esas “confesiones”, de las que se retractaron durante el juicio. Según fuentes bien informadas, a los tres los torturaron propinándoles golpes y patadas, azotándolos con un cable y colgándolos de las muñecas y los pies durante los interrogatorios. A Hadi Rostami le rompieron una mano, y a Mehdi Shahivand los interrogadores le quitaron los pantalones y lo amenazaron con violarlo con un palo si se negaba a “confesar” autoincriminándose e incriminando a los otros dos hombres. Las autoridades desestimaron las denuncias de tortura de todos ellos y no ordenaron la apertura de investigaciones al respecto. Según rezaba la sentencia, que fue examinada por Amnistía Internacional, los tres fueron condenados a “la amputación total de cuatro dedos de la mano derecha, de manera que sólo les queden la palma y el pulgar”. Desde que se dictaron sus sentencias condenatorias, los tres han protagonizado múltiples huelgas de hambre para protestar por las condiciones de reclusión inhumanas y las reiteradas amenazas de ejecutar sus condenas de amputación. Hadi Rostami ha intentado suicidarse varias veces, una de ellas ingiriendo fragmentos de vidrio, con las consiguientes complicaciones graves de salud, para las cuales las autoridades le han negado atención médica adecuada. En febrero de 2021, como represalia por las huelgas de hambre, las autoridades le administraron 60 azotes en el centro penitenciario tras declararlo culpable de “alterar el orden de la prisión”.

 La tortura es un delito de derecho internacional. Las autoridades iraníes tienen la obligación, en virtud del derecho internacional, de prohibir y castigar la tortura en todas las circunstancias y sin excepción. Los responsables de ordenar y ejecutar el delito de tortura son susceptibles de ser procesados penalmente en virtud del derecho internacional.

Lo insto a suspender de inmediato los planes de ejecutar las condenas de amputación de dedos dictadas contra Hadi Rostami, Mehdi Sharfian y Mehdi Shahivand, a anular sus sentencias condenatorias y las penas de amputación y a concederles nuevos juicios con garantías y sin recurrir a castigos corporales. Lo insto a protegerlos de nuevos actos de tortura, a permitirles el acceso a la atención médica que necesiten, a investigar sus denuncias de tortura y a hacer comparecer a cualquier presunto responsable ante la justicia para que sea juzgado con las debidas garantías. En general, los insto a suprimir toda forma de castigo corporal tanto en la ley como en la práctica.

 

Atentamente, 

[NOMBRE]

INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA

 

Hadi Rostami, Mehdi Sharfian y Mehdi Shahivand fueron acusados de entrar en las casas de cuatro personas y robar cajas fuertes que contenían oro y dinero en efectivo. El 19 de noviembre de 2019, tras un juicio manifiestamente injusto ante el Tribunal Penal 1 de la provincia de Azerbaiyán Occidental, fueron condenados a la amputación de cuatro dedos de la mano. Su juicio se basó en “confesiones” forzadas que, según los acusados, se habían obtenido bajo tortura durante su detención y su interrogatorio —sin acceso a asistencia letrada— en un centro de detención dirigido por la Unidad de Investigación de la Policía de Irán (Agahi). Según una fuente bien informada, los interrogadores obligaron a Mehdi Sharfian y a Mehdi Shahivand a “confesar” robos en los que no habían participado y a implicar en ellos a Hadi Rostami. En una carta enviada al presidente de la Magistratura en septiembre de 2020, a la que Amnistía Internacional tuvo acceso, Hadi Rostami escribió que los interrogadores le habían propinado patadas y puñetazos y lo habían golpeado con diversos objetos. Afirmó también que uno de los interrogadores quería que firmara un papel en blanco, cosa que hizo cuando llegó a un punto de derrumbamiento físico y mental extremo; también afirmó que después la fiscalía había añadido, sin su conocimiento ni su consentimiento, los cargos de los que se le acusaba, para que pareciera que los había admitido. Los tres hombres se retractaron de sus “confesiones” durante el juicio y dijeron a los jueces que las habían hecho bajo tortura, pero ni el tribunal de lo penal ni el Tribunal Supremo cumplieron con su obligación de no permitir que esas “confesiones” se utilizaran como prueba y ordenar que se investigaran sus denuncias de tortura. La sentencia del Tribunal Supremo, a la que Amnistía Internacional ha tenido acceso, menciona brevemente y de forma muy general que Hadi Rostami había denunciado torturas, pero sin realizar mayores análisis. Hadi Rostami ha presentado numerosas denuncias oficiales ante organismos judiciales, que han sido ignoradas. En marzo de 2021, un representante del presidente de la Magistratura visitó la prisión, y Rostami denunció ante él su situación; el representante le ofreció falsas garantías de que su caso se resolvería. Hadi Rostami también planteó directamente su caso al actual presidente de la Magistratura iraní, Gholamhossein Mohseni Ejei, cuando éste visitó la cárcel de Ilam, en la provincia del mismo nombre, mientras Hadi Rostami estaba recluido allí, pero no hubo ningún resultado. Entre 2020 y 2022, y debido a la presión internacional, las autoridades iraníes ya suspendieron planes de ejecutar las condenas de amputación impuestas a los tres hombres.

El 13 de marzo de 2025, los tres hombres fueron convocados a la Oficina de Aplicación de Condenas en la prisión, donde les entregaron una carta de la fiscalía de Urmía en la que se afirmaba que sus condenas de amputación podrían ejecutarse en una fecha tan próxima como el 11 de abril de 2025. Después de eso, en marzo de 2025, Hadi Rostami escribió otra carta desde la prisión en la que suplicaba ayuda a la comunidad internacional: “Estoy encarcelado en la Prisión Central de Urmía desde 2017 por cargos de ‘robo’ y condenado a la amputación de cuatro dedos de la mano derecha, a pesar de mi inocencia. [...] En un centro de detención administrado por la Unidad de Investigación de la Policía de Irán (Agahi), me obligaron a firmar papeles en blanco bajo brutales torturas. Aun así, yo seguí defendiendo mi inocencia, pero mi voz fue ignorada”.

Al menos otros dos hombres recluidos en la Prisión Central de Urmía —Kasra Karami y Morteza Esmaeilian— también están condenados a la amputación de dedos. El 29 de octubre de 2024, las autoridades ejecutaron las condenas de amputación impuestas a dos hermanos kurdos —Mehrdad Teimouri y Shahab Teimouri— en la Prisión Central de Urmía. Después, los dos hermanos fueron trasladados a un hospital fuera de la prisión para que recibieran atención médica. Sin embargo, al cabo de unas horas fueron conducidos de nuevo a la prisión, a pesar de que necesitaban atención médica continuada, y fueron recluidos en celdas de aislamiento durante varios días mientras les negaban el acceso a atención de la salud.

Las víctimas de amputación judicial en Irán son en su mayoría personas de entornos pobres y vulnerables. Al mutilarlas deliberadamente, las autoridades iraníes reducen en muchos casos sus posibilidades de encontrar trabajo y ganarse la vida, particularmente en una sociedad donde las personas con discapacidades físicas son objeto de discriminación generalizada.

A pesar de las obligaciones que Irán ha contraído en virtud del derecho internacional, el Código Penal Islámico iraní sigue contemplando castigos corporales judiciales que constituyen tortura, como la amputación, la flagelación, la crucifixión, la lapidación o causar la ceguera de una persona. Según el Centro Abdorrahman Boroumand para los Derechos Humanos en Irán, los tribunales iraníes han dictado al menos 384 condenas de amputación desde 1979. El Centro también ha registrado la aplicación de 223 condenas de amputación desde 1979. Las autoridades iraníes no publican estadísticas oficiales sobre las condenas de amputación dictadas o ejecutadas, y es probable que las cifras reales sean muy superiores. La legislación iraní exige la presencia de un médico durante la ejecución de castigos corporales, lo que constituye una violación directa de las directrices éticas y las normas internacionales, que prohíben expresamente la participación de profesionales de la salud en actos de tortura.

 

PUEDEN ESCRIBIR LLAMAMIENTOS EN: Persa e inglés. 

También pueden escribir en su propio idioma. 

ENVÍEN LLAMAMIENTOS LO ANTES POSIBLE Y NO MÁS TARDE DEL: 11 de julio de 2025

Consulten con la oficina de Amnistía Internacional en su país si desean enviar llamamientos después de la fecha indicada.

NOMBRE Y GÉNERO GRAMATICAL PREFERIDO: Hadi Rostami, Mehdi Sharfian y Mehdi Shahivand (todos masculino). 

ENLACE A LA AU ANTERIOR: https://www.amnesty.org/es/documents/mde13/9227/2025/es/.