Lunes, 23 de junio, 2025
El gobierno indio debe detener de inmediato todas las deportaciones de hombres, mujeres, niños y niñas rohinyás, reconocerlos como refugiados y tratarlos con la dignidad y protección que merecen en virtud del derecho internacional de los derechos humanos. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional en vísperas del Día Mundial de los Refugiados.
Tan solo el mes pasado, las autoridades indias deportaron, según los informes, al menos a 40 personas rohinyás refugiadas, entre las que había niños, niñas y personas mayores, obligándolas a saltar desde un buque de la armada y dándoles chalecos salvavidas antes de abandonarlas en aguas internacionales cerca de Myanmar. En otro incidente diferente, las autoridades obligaron también a más de 100 personas refugiadas rohinyás a cruzar la frontera con Bangladesh.
“Desde personas zoroástricas hasta tibetanas, pasando por afganas, bangladeshíes y tamiles de Sri Lanka, India ha sido desde hace mucho un santuario para quienes huyen de la persecución. Sin embargo, las acciones recientes de india, que incluyen abandonar a personas refugiadas rohinyás en el mar y deportar por la fuerza a personas refugiadas sin seguir ningún debido proceso, traiciona de forma desafortunada esta orgullosa tradición. La historia recordará cómo optó el gobierno por tratar a las personas perseguidas que llamaron a sus puertas en busca de seguridad”, ha declarado Aakar Patel, director de la junta directiva de Amnistía Internacional India.
La historia recordará cómo optó el gobierno por tratar a las personas perseguidas que llamaron a sus puertas en busca de seguridad.
Aakar Patel, presidente de la junta directiva de Amnistía Internacional India
“El gobierno indio nos trata como a criminales”
El 8 de mayo, las autoridades indias detuvieron al menos a 40 personas refugiadas rohinyás que vivían en Delhi, muchas de las cuales tenían documentos de identificación emitidos por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), según sus familiares que hablaron con Amnistía Internacional. A estas personas les vendaron los ojos, las llevaron en avión a las lejanas islas de Andamán y Nicobar, y las trasladaron a un buque de la armada india.
Al parecer, en el mar de Andamán entregaron a las personas refugiadas chalecos salvavidas y las obligaron a saltar al agua, sin dejarles más opción que intentar llegar a nado hasta una isla en territorio de Myanmar. En conversación con Amnistía Internacional, un familiar de una de las personas refugiadas rohinyás dijo: “Cuando llegaron a tierra, nos llamaron utilizando el teléfono de un pescador […] Desde entonces no hemos sabido nada de ellas. Nos preocupa mucho su seguridad”. Aunque se cree que las personas refugiadas llegaron a tierra sanas y salvas, se desconocen su ubicación y su condición actuales.
Unos días después, más de 100 personas refugiadas rohinyás recluidas en el Centro de Detención de la Zona de Tránsito de Matia en Assam, el centro más grande de este tipo en India, fueron transportadas en autobús y luego obligadas a cruzar la frontera este con Bangladesh, según los informes sin darles acceso a ningún proceso legal formal ni ningún examen de su solicitud de asilo.
El 17 de mayo, dos personas refugiadas rohinyás presentaron una petición en la que instaban al Tribunal Supremo de India a intervenir y detener de inmediato nuevas deportaciones. Sin embargo, el Tribunal Supremo desestimó su petición, y el juez puso en duda la credibilidad de esa “historia bellamente elaborada” que carecía de pruebas sustanciales, al tiempo que criticó el momento de presentación de la petición, durante el reciente conflicto entre India y Pakistán.
Hablando con Amnistía Internacional a condición de que se mantuviera su anonimato por temor a represalias, una persona rohinyá que vive en India dijo: “Vivimos con el miedo constante a que nos deporten. Aunque tenemos tarjetas de refugiado emitidas por el ACNUR, el gobierno indio nos trata como a criminales. En los últimos meses se han llevado a muchos de mis familiares y amigos sin previo aviso, sin explicación, y los han deportado a Myanmar […] ¿Cómo puede el gobierno indio enviarnos de vuelta a un lugar donde es casi seguro que nos espera la muerte?”.
Personas refugiadas rohinyás sin estatuto de refugiado y las obligaciones jurídicas de India
El 8 de mayo, en un caso relativo a las condiciones de vida y las deportaciones de personas refugiadas rohinyás, el gobierno indio dijo al Tribunal Supremo que no reconocía las tarjetas de refugiado emitidas por el ACNUR ni tampoco a las personas rohinyás como refugiadas, ya que India no es signataria de la Convención de la ONU sobre el Estatuto de los Refugiados, de 1951, y por tanto no brinda protección a las personas refugiadas.
El Tribunal Supremo de India resolvió que sólo las personas con ciudadanía india tienen el derecho constitucional a residir en el país. Por tanto, la situación de las personas refugiadas rohinyás es competencia de la Ley de Extranjería, que permite las deportaciones forzadas.
Amnistía Internacional considera que el hecho de que India no haya ratificado la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados no puede servir de excusa para empujar a personas a condiciones de peligro, persecución y apatridia. En virtud del principio de no devolución (non-refoulement) contenido en el derecho internacional consuetudinario, India está obligada a abstenerse de enviar de vuelta a personas a lugares en los que corran un peligro real de sufrir abusos y violaciones graves de derechos humanos. Esta obligación jurídica también se contrae en virtud del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en el que India es Estado Parte.
Instamos al gobierno de India a cumplir sus obligaciones legales contraídas en virtud del derecho internacional y detener de inmediato todas las deportaciones de personas refugiadas rohinyás. Las denuncias recientes de deportaciones desde el país deben investigarse de forma urgente, independiente y transparente.
Aakar Patel
Deportaciones crueles e ilegítimas
La devolución forzosa de personas refugiadas rohinyás a Myanmar es cruel e ilegítima. Estas personas han soportado la violencia y persecución más extremas contra sus comunidades desde la campaña encabezada por el ejército en Myanmar en 2017. Además, decenas de miles de personas rohinyás que buscan refugio en campos de Bangladesh se enfrentan a graves problemas para acceder a productos básicos, como alimento, cobijo adecuado y atención médica, en una situación que se ve aún más agravada por los recientes recortes de la ayuda.
“Instamos al gobierno de India a cumplir sus obligaciones legales contraídas en virtud del derecho internacional y detener de inmediato todas las deportaciones de personas refugiadas rohinyás. Las denuncias recientes de deportaciones desde el país deben investigarse de forma urgente, independiente y transparente. India debe ratificar la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y modificar las leyes nacionales para conformarlas con sus obligaciones internacionales sobre protección de las personas refugiadas”, ha manifestado Aakar Patel.
“El primer ministro Narendra Modi ha subrayado a menudo el compromiso de india con Vasudhaiva Kutumbakam, la creencia de que el mundo es una familia. En este Día Mundial de los Refugiados, les pedimos a él y al gobierno de India que cumplan este principio reconociendo y protegiendo a las personas rohinyás como refugiadas que viven en India.”