Jueves, 13 de noviembre, 2025

Los documentos obtenidos por Amnistía Internacional y el Proyecto Supervisión de la Tecnología de Vigilancia (STOP, por sus siglas en inglés), un grupo de defensa de la privacidad y los derechos civiles radicado en Nueva York, tras una demanda de cinco años de duración contra el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) revela preocupantes abusos relativos a la vigilancia contra manifestantes y comunidades de color, incluido el frecuente uso de tecnología de reconocimiento facial que entraña violaciones de derechos.

El análisis llevado a cabo por Amnistía Internacional y STOP de los más de 2.700 documentos hasta la fecha revela el Departamento de Policía utilizó tecnología de reconocimiento facial en varias ocasiones, sometiendo a la población de Nueva York a tecnologías invasivas, irregulares y profundamente discriminatorias. 

Los documentos revelaron además que la tecnología se había utilizado para identificar a personas basándose en informes no solicitados de gente que consideraba a determinados individuos sospechosos por el hecho de que hablaban un idioma diferente o vestían ropas culturalmente distintivas.

Nueva York promete ser una ciudad santuario, pero lo que hemos creado ha sido ni más ni menos que un estado de vigilancia.

Michelle Dahl, directora ejecutiva del Proyecto Supervisión de la Tecnología de Vigilancia

“Estas tecnologías costosas, proclives al error y sesgadas están consumiendo miles de millones de dólares. La vigilancia llevada a cabo por el Departamento de Policía pone a la población de nuestra ciudad en peligro de sufrir detenciones falsas, deportación o cosas peores. Hace ya mucho que la población de Nueva York debería ser consciente de la manera distópica en que el Departamento de Policía nos vigila a todos. Es hora de que los legisladores pasen a la acción y hagan rendir cuentas al Departamento de Policía de Nueva York, prohibiendo por ley el reconocimiento facial e imponiendo una supervisión civil auténtica.”

El reconocimiento facial viola el derecho a la privacidad mediante la extracción masiva de datos a partir de imágenes sin el conocimiento ni el consentimiento de las personas afectadas. Está impregnado de sesgo racial, afecta desproporcionadamente a las comunidades negras y de piel oscura, y mediante su efecto disuasorio suprime la protesta pacífica y la libertad de expresión. Por estos motivos, cientos de organizaciones consideran que esta tecnología es ilegal. Amnistía Internacional y STOP llevan mucho tiempo pidiendo que se prohíban el uso, el desarrollo, la producción y la venta de tecnología de reconocimiento facial con fines de identificación y vigilancia masiva por parte de las fuerzas encargadas de hacer cumplir la ley y otras agencias gubernamentales.

En su análisis de los documentos entregados, los grupos concluyeron que la vigilancia llevada a cabo por el Departamento de Policía de Nueva York a menudo pone en peligro a comunidades marginadas. Asimismo, los registros del Departamento de Policía documentaron el establecimiento de perfiles de residentes de Nueva York basados en el idioma, la etnia y otras características protegidas.

Las conclusiones iniciales del análisis de más de 2.700 documentos del Departamento de Policía de Nueva York muestran que:

  • a 17 de abril de 2020, el Departamento de Policía ya había gastado más de cinco millones de dólares en tecnología de reconocimiento facial entre 2019 y 2020, y está gastando al menos 100.000 dólares más cada año;
  • el Departamento de Policía de Nueva York dejó de hacer un seguimiento de la precisión del reconocimiento facial en 2015 tras concluir que el índice de error era demasiado alto;
  • agentes del Departamento de Policía de Nueva York conspiraron con el Servicio de Marshals de Estados Unidos para contratar ilícitamente a una controvertida empresa de reconocimiento facial con el fin de vigilar una cuenta privada de Instagram, lo cual viola la política sobre reconocimiento facial del Departamento;
  • el 31 de diciembre de 2019, el Departamento de Policía de Nueva York utilizó el reconocimiento facial para vigilar a residentes de la ciudad que utilizaban argot para describir Times Square en las redes sociales, por ejemplo: “NYE in Times Square is da BOMB” [manera coloquial de decir que la Nochevieja en Times Square es espectacular], en lo que claramente constituye una violación peligrosa y excesivamente amplia del derecho a la libertad de expresión, y además ignora el contexto cultural y lingüístico;
  • el Departamento de Policía de Nueva York ha utilizado el reconocimiento facial y el cumplimiento selectivo de la ley contra personas que lo criticaban: por ejemplo el 1 de febrero de 2020, cuando al parecer identificaron y detuvieron a una persona por hacer un grafiti que decía “FTP”, una abreviatura habitual de “fuck the police” (que se joda la policía), en un contexto de disidencia y protestas cada vez más fuertes contra la brutalidad policial;
  • Las personas que residen en Nueva York fueron objeto de perfiles raciales por parte del Departamento de Policía, y dos hombres fueron señalados erróneamente por el reconocimiento facial en la celebración de Nochevieja en Times Square el 31 de diciembre de 2019, por permanecer sin bailar y por hablar un idioma de Oriente Medio. El informe que emitió el programa de reconocimiento facial decía: “No estaban acompañados de mujeres, no bailaban como el resto de la gente y provocaban en todo el mundo una sensación de incomodidad […] En un momento determinado uno entró en el cuarto de baño y gritaba por su teléfono en un idioma de Oriente Medio”;
  • el 3 de junio de 2020, el Departamento de Policía tomó como blanco a un “controvertido crítico en Twitter”, pese a reconocer que no había circunstancias apremiantes ni amenazas, y resolvió seguir vigilando todas sus cuentas de redes sociales, sin motivo;
  • el 5 de junio de 2020, el Departamento de Policía de Nueva York desplegó tecnología de reconocimiento facial para identificar a un manifestante de Black Lives Matter (BLM) por escribir hiperbólicamente “los polis deberían morir” en una publicación en redes sociales;
  • el 22 de abril de 2020, el Departamento de Policía utilizó tecnología de reconocimiento facial para identificar a dos cantantes únicamente por el contenido de su vídeo musical, lo que en la práctica sometió a los artistas a una rueda de reconocimiento virtual y violó su libertad de expresión.

El análisis demuestra múltiples casos de discriminación y abuso mediante la utilización del reconocimiento facial, conclusión que refuerza lo que nuestra investigación anterior ha identificado sistemáticamente como un desprecio a la seguridad de las comunidades negras y de personas de piel oscura en la ciudad de Nueva York.

Matt Mahmoudi, investigador y asesor sobre inteligencia artificial y derechos humanos de Amnistía Internacional

“El Departamento de Policía de Nueva York lleva demasiado tiempo evitando el escrutinio y se ha beneficiado de una falta de transparencia para invertir ilegalmente en tecnología de reconocimiento facial, y utilizarla también ilegalmente, con el fin de limitar el derecho de las personas a la privacidad, la igualdad y la no discriminación, así como su derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica.”

Información complementaria

En septiembre de 2020, Amnistía Internacional presentó una solicitud de información pública, en virtud de la Ley de Libertad de Información, para obtener los documentos del Departamento de Policía de Nueva York sobre la labor de vigilancia que había realizado de las históricas protestas del movimiento Black Lives Matter, celebradas ese mismo año. En 2021, el Departamento de Policía denegó la solicitud de Amnistía Internacional y el recurso administrativo. STOP y la empresa líder en derecho procesal Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan, LLP demandaron entonces al Departamento de Policía de Nueva York en nombre de Amnistía Internacional, y pidieron una orden judicial que obligara a entregar los documentos solicitados. En 2022, la Corte Suprema de Nueva York para el condado de Nueva York ordenó al Departamento de Policía de Nueva York que hiciera públicos más de 2.700 documentos sobre la vigilancia de BLM.

En 2022, Amnistía Internacional, STOP y entidades asociadas en la coalición neoyorkina de Ban the Scan (Veto al escaneo) revelaron que la población de Nueva York que vive en las zonas donde hay mayor probabilidad de que la policía aplique la medida de dar el alto y registrar también está más expuesta a la tecnología de reconocimiento facial. Los grupos demostraron también que las zonas de población no blanca del Bronx, Brooklyn y Queens tenían una mayor concentración de cámaras de vigilancia policiales.

En la actualidad, Amnistía Internacional, STOP y la coalición Ban the Scan están pidiendo a los miembros del ayuntamiento que prohíban el reconocimiento facial. Esta prohibición incluye dos medidas que ya han obtenido el patrocinio de una mayoría del ayuntamiento. Además, las organizaciones piden al Departamento de Policía y al alcalde de Nueva York que se comprometan a poner fin de inmediato al uso de esta tecnología discriminatoria, invasiva y proclive al error.