Jueves, 24 de agosto, 2017
D'Amato, Daniel

En la actualidad, la situación de riesgo existente en ciertos países ha obligado a muchas personas a tomar la difícil decisión de salir de sus hogares en búsqueda de un refugio en el que puedan conseguir una mejor vida, un refugio en el que no tengan que enfrentar la violencia diaria que ven en sus países, un refugio en el que puedan estudiar y desarrollarse como individuos. Esto ha provocado una crisis de refugiados que, según ACNUR, supera las 60 millones de personas.

Sin embargo, al movilizarse como personas refugiadas exponen sus vidas a múltiples peligros en el proceso, ya sea porque las rutas son peligrosas o porque pueden ser detenidas tras ser objeto de actos racistas o xenófobos.


Estos desesperados intentos de escape han conllevado a que las personas que viajan como refugiadas por distintas partes del mundo como la ruta de los Balcanes o América Central se enfrenten no solo a detenciones arbitrarias y malos tratos por parte de las fuerzas de seguridad, sino también a abusos y explotación por parte de contrabandistas, bandas criminales y traficantes de humanos, de modo que estas personas, que solo huyen desesperadamente de la violencia, se encuentran entre la espada y la pared.

Existen varias zonas en las que el tráfico humano puede ser especialmente peligroso, considerando que algunas mujeres refugiadas que se movilizaban en la región de África Subsahariana, luego de haber atravesado Libia, comentaron a Amnistía Internacional que las violaciones pueden ser tan habituales que las mujeres toman pastillas anticonceptivas para evitar quedar embarazadas.

Mientras tanto, en el sudeste asiático hay miles de refugiados rohingyas que, de haber sobrevivido al viaje, se arriesgan a ser víctimas del tráfico de personas y de otros abusos tras huir de la persecución existente en Myanmar.

Paradójicamente, los gobiernos del mundo culpan a las personas que se dedican al tráfico y la trata de seres humanos de enviar a la muerte a miles de personas, mientras ignoran sus obligaciones legales y hacen poco o nada para proteger o mejorar la situación de estas personas.

Ya es hora de que los gobiernos del mundo hagan frente a la terrible situación de las personas refugiadas y trabajen juntos para garantizar su seguridad y protección. Únete a nuestra campaña y ayuda a las personas refugiadas.